En este artículo informaremos sobre cómo estamos contaminando a partir del desconocimiento en el manejo de nuestros recursos o desechos. Para lograrlo, analizaremos la necesidad de separación en la fuente para facilitar y optimizar el trabajo del reciclador y la reutilización y aprovechamiento de los diferentes tipos de materiales.

Cuando hablamos de separación en la fuente hacemos referencia al lugar donde el ser humano consume los productos y la clasificación que hace de ellos, en ese mismo lugar. Para hacer la separación debemos contar con diferentes bolsas donde distribuyamos los materiales de acuerdo a su composición. 

Si separamos en la fuente se generarán algunos sobrantes, de los cuales podremos obtener diferentes materiales:

LOS RESIDUOS INORGÁNICOS

que incluyen: hierros, metales, papeles, cartones, vidrios, hojas de cuaderno, periódicos, archivos, plásticos, tarros, chatarra, botellas plásticas (PET) y otros más, deben ir en bolsa blanca y ser entregados a los recicladores de oficio sin ninguna contraprestación, según el decreto 596. En la transformación de los inorgánicos estamos recogiendo los empaques de papas, chitos, galletas y todo ese material al que le decimos chirrión (porque al apretarlo suena) para hacer postes para cercas de fincas, casas o muebles. Con los plásticos de tarros de cloro, pastas de bandejas, pedazos de plásticos y otros materiales que vemos que no nos sirven podemos hacer mangueras negras.

LOS RESIDUOS ORGÁNICOS

provienen de aquellos procesos en los cuales participan los seres vivos, si los separamos de forma adecuada en la fuente, ya sea en las casas, las industrias o en alguna cosecha y les hacemos un debido tratamiento o manejo podemos obtener un mayor aprovechamiento de ellos. Por ejemplo, los escurridos son aquellos residuos que sueltan líquidos, de forma adecuada y colocándole otros ingredientes como: cales, harina de rocas y melazas, los podemos utilizar como abonos; los sólidos de estos orgánicos se tratan con técnicas de compostaje donde se reúnen todos estos residuos que pasaremos a denominar como recursos y que forman una BIOMASA. Etimológicamente Bio- hace referencia a la vida y –Masa a gran cantidad de materia orgánica para ser tratada. Los procesos de compostaje consisten en colocar la materia orgánica junta y con algunas técnicas se inicia una descomposición o transformación de esta biomasa, la cual se convierte en abono que puede ser aprovechado en jardines o cultivos de diferentes frutas y verduras. Esta Biomasa la conforma aproximadamente un 65% de nuestras mal llamadas basuras, que son realmente recursos aprovechables.

LOS SOBRANTES

Por último, tenemos algunos sobrantes que conforman más o menos un 7% de nuestros residuos, que son materiales como: pañales, papel higiénico, pequeños sobrantes de construcción, sobrantes de cables, tierras, desperdicios de jardinería. Si los manejamos adecuadamente los podemos utilizar como material de biorremediación, esto quiere decir que con estos residuos, se puede utilizar un tonelaje considerable para tapar huecos que hace la industria minera cuando realiza la extracción de materiales.

Es posible concluir que todos salimos ganando si separamos en la fuente y disponemos bien los diferentes residuos. Así dejaremos de tener basureros a cielo abierto y no tendremos que usar la incineración, que genera tantos daños.  

LA LEY 596 DEL 2016

Regula lo relativo con el esquema de la actividad de aprovechamiento del servicio público de aseo y el régimen transitorio para la formalización de los recicladores de oficio.

La ley define al reciclador de oficio como:

persona natural que realiza de manera habitual las actividades de recuperación, recolección, transporte, o clasificación de residuos sólidos para su posterior reincorporación en el ciclo económico productivo como materia prima; que deriva el sustento propio y familiar de esta actividad.