«La Consulta Popular del Pacto Histórico»

Por: El Callejero

 

 

Fue en el pasado mes de junio cuando el proyecto político Pacto Histórico dio un paso definitivo en su consolidación, al radicar ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) los documentos requeridos para su formalización como movimiento político. En este proceso se planteó la fusión de los partidos Colombia Humana, Unión Patriótica, Polo Democrático Alternativo, Partido Comunista Colombiano, y los movimientos Progresistas y Minga Social y Popular.

La documentación entregada incluyó el acuerdo de fusión, los estatutos, la plataforma de unidad y las decisiones internas de cada partido, lo que demuestra, según sus voceros, que el trámite se realizó conforme a la normativa electoral vigente. La intención era, claramente, dejar de ser una coalición temporal de cara a las elecciones y transformarse en un movimiento político y social con personería jurídica propia.

No obstante, el camino hacia esa consolidación ha comenzado a tornarse bastante pedregoso. En el mes de septiembre, el CNE aprobó la fusión a medias, porque dejó por fuera tanto a Colombia Humana, el partido del presidente Gustavo Petro, como a Progresistas, el movimiento de la senadora María José Pizarro. La agridulce decisión sí permite que el Polo Democrático, la Unión Patriótica y el Partido Comunista se fusionen en el Pacto Histórico. Pero, como ya está claro, estos partidos son apenas una fracción de las fuerzas que componen la coalición.

Todas estas cuestiones tuvieron también eco en la consulta a la cual citó el Pacto Histórico para la elección de las listas de Senado, Cámara y para la precandidatura presidencial. Fue un mes, entre el 26 de septiembre y el 26 de octubre, en el que, en medio de una campaña exprés, las y los candidatos tuvieron que enfrentarse a los ataques del CNE, la desinformación y el desistimiento de candidatos como Daniel Quintero, quien al final quedó en el tarjetón pese a haberse retirado. Imposibilidad para usar el logo, definición de si era o no una consulta interpartidista, entre muchos inconvenientes más, fueron los retos de esta consulta que tenía una única intención: permitir la participación ciudadana y democrática en el ejercicio de elección de candidatos a la Presidencia, Senado y Cámara del partido Pacto Histórico.

¿Qué es una consulta popular?

La consulta del Pacto Histórico se puede definir como un proceso electoral interno de carácter popular. Su propósito principal es que la coalición de partidos y movimientos de izquierda escoja, mediante el voto ciudadano, a su candidato para las próximas elecciones de congresistas y presidenciales.

Este proceso se desarrolla en ejercicio del principio de democracia interna, mediante mecanismos de participación abierta, transparente y regulada, que garantizan la deliberación colectiva y la construcción plural de las candidaturas con la más amplia participación ciudadana. Al ser una consulta abierta o popular, permite que cualquiera de los aproximadamente 39 millones de colombianos habilitados en el censo electoral pueda participar, sin necesidad de ser militante o afiliado al Pacto Histórico.

Para facilitar la participación ciudadana, la Registraduría Nacional habilitó más de 20.000 mesas en todo el país. Este proceso se realizó con base en las garantías previstas en la Constitución y la ley, y con especial atención a la Resolución 00701 de 2025 del Consejo Nacional Electoral, que fijaba la fecha para la realización de consultas populares para el año 2025.

¿Qué se decide con la consulta?

La consulta buscó fortalecer los mecanismos democráticos de elección popular, para lo cual, por un lado, y como ya había pasado en años anteriores, se abrió la puerta para la elección de un candidato a las presidenciales, en este caso un precandidato que, en el mes de marzo, deberá nuevamente volver a las urnas para medirse con los candidatos del denominado Frente Amplio, cuyo resultado será el representante de la izquierda a nivel nacional.

Por otro lado, por primera vez, se permitió que fuera la ciudadanía, y no los partidos, quienes eligieran el orden de los candidatos de las listas cerradas del Pacto Histórico, tanto para el Senado como para la Cámara.

Pero ¿qué quiere decir esto? En Colombia hay dos tipos de posibilidad de votaciones para elegir congresistas. Uno es el voto preferente, que indica que el elector vota por un nombre dentro de la lista y ese candidato depende de sus propios votos. El otro son las listas cerradas, en las que el elector vota por un partido y, en la medida en que se va sumando la votación, van ingresando más o menos personas de las que se encuentran en un listado previo. Históricamente, estos listados son elegidos a puerta cerrada por los mismos partidos; en esta ocasión, el listado se organiza de acuerdo con el voto preferente de cada candidato que se presenta a esta consulta popular.

¿Cómo se desarrolló?

A pesar de todos los inconvenientes que se presentaron para el desarrollo y la convocatoria a la consulta, finalmente el 26 de octubre se desarrolló en todas las regiones del país, sin mayores dificultades en temas de orden público, pero sí con bastantes tropiezos en todo lo referente a las garantías electorales, es decir, las condiciones necesarias para poder ejercer el derecho al voto.

En redes sociales, desde tempranas horas de la mañana comenzaron a hacerse visibles las denuncias por la ausencia de mesas de votación en las zonas rurales y el traslado de mesas de votación a las cabeceras municipales. Así lo denunció el precandidato Iván Cepeda: “Hay 4.000 puestos de votación que han sido trasladados a cabeceras municipales en zonas rurales del país, zonas en las que se sabe que la votación por el Pacto Histórico es supremamente numerosa y masiva”. En esa misma línea se pronunció el presidente Gustavo Petro desde su cuenta de X: “Desastre de la Registraduría, de su programa de sistemas que se cae o lo sabotean, deja sin votar a la ciudadanía. Incumplieron: eran 13.000 puestos y hay 9.000”.

En el transcurso del día también se denunciaron extensas filas. En puestos de votación en los que habitualmente había hasta 30 mesas de votación, solo se instalaron 2 o 3, además del desabastecimiento de tarjetones y el maltrato a las y los adultos mayores.

¿Quiénes fueron elegidos?

Al contrario de lo que se planteaba desde algunos medios de comunicación y los partidos tradicionales, la votación en la consulta fue positiva: hubo una presencia importante de votantes en casi todos los departamentos, con lo que se llegó a los 2,7 millones de votos, un récord en términos de este tipo de mecanismos. Con ello se refuerza que el Pacto sigue siendo una de las fuerzas políticas más relevantes del país.

El promedio de la participación electoral fue del 7 %, un número alto para una elección relativamente fría, sobre la cual se pueden sacar importantes conclusiones. Por un lado, se evidenció que la fuerza del Pacto sigue estando por fuera del centro del país; los departamentos con mayor votación fueron Nariño, Cauca, Sucre, Córdoba, Amazonas, Putumayo, Magdalena y Atlántico. Por el contrario, se mantuvo una baja votación por la izquierda en Antioquia y en el Eje Cafetero, como tradicionalmente lo ha sido; sin embargo, en zonas como Bogotá y Cundinamarca la votación disminuyó por encima del 40 %, un indicador que deberá ser analizado para las elecciones de marzo y de mayo.

Presidenciales

En el pulso entre Iván Cepeda y Carolina Corcho, fue el primero quien salió vencedor con un 65 % de la votación, más de un millón y medio de votos; por su parte, Corcho consiguió el 29,1 % de la votación, cerca de 670.000 votos. Con este resultado, es Iván Cepeda quien volverá a medirse en una nueva consulta con el denominado Frente Amplio en el mes de marzo, para lograr y apoyar entre la izquierda y la centroizquierda un solo candidato.

Senado

En el Senado fueron 145 candidatos y candidatas, que se organizarán en una lista cremallera, es decir, una lista hombre-mujer, de acuerdo con la mayor votación obtenida. Por lo cual, y con el 98% de los votos escrutados, los primeros 30 puestos y su respectiva votación quedaron de la siguiente manera:

  1. Pedro Hernando Florez (185.029)
  2. Carmen Patricia Caicedo (74.982)
  3. Wilson Arias (171.354)
  4. Laura Cristina Ahumada (68.940)
  5. Walter Rodríguez Chaparro (137.821)
  6. Aida Yolanda Avella (50.120)
  7. Ferney Silva Idrobo (90.450)
  8. Yuly Esmeralda Hernández (42.166)
  9. Carlos Alberto Benavides (77.623)
  10. Sandra Claudia Chindoy (42.010)
  11. Jorge Alejandro Ocampo (66.439)
  12. María Eugenia Londoño (35.219)
  13. Alex Xavier Flórez (63.995)
  14. Kamelia Edith Zuluaga (34.636)
  15. Agmeth José Escaf (48.115)
  16. Yaini Isabel Contreras (31.747)
  17. Cristian Kevin Gómez (47.401)
  18. Isabel Cristina Zuleta (27.741)
  19. Martín Alonso Caicedo (40.600)
  20. Deisy Johana Osorio (16.981)
  21. David Ricardo Racero (38.797)
  22. Deicy Alejandra Omaña (15.980)
  23. Orlando Miguel de la Hoz (38.495)
  24. Mari Jurado Palomino (14.873)
  25. Alberto Manuel Gascón (32.217)
  26. Etna Támara Argote (13.671)
  27. Luis Guillermo Pérez (30.711)
  28. Colombia Sofía Villamil (13.439)
  29. Robert Daza (27.774)
  30. Nelly María Cadena (12.648)

Vale la pena aclarar que el primer puesto se está disputando entre María José Pizarro y Carolina Corcho. El objetivo del Pacto Histórico es lograr no solo 20 curules, como en las votaciones anteriores, sino poder superar este umbral y llegar a los 30 o 40 senadores del partido.
Por su parte, en las Cámaras se presentaron 343 candidatos, en esta disputa por la representación de las diferentes regiones del país, también se obtuvieron importantes votaciones, entre las más altas están:

Alfredo Mondragón: 81.181
María Fernanda Carrascal: 62.796
Hernán Muriel Pérez: 41.612

Cómo entender esta elección

Lo primero que tendría que ser analizado es que fueron las ciudades, es decir, el voto urbano el que decidió, dada la carencia de mesas de votación en el sector rural, lo que dejó a las comunidades campesinas y étnicas sin voz en este proceso democrático.

Esta situación se vio reflejada en la elección de figuras que responden a las maquinarias tradicionales como es el caso de Pedro Florez, integrante del clan Torres, que con Euclides Torres financió la precampaña de Petro en 2022 y ha recibido jugosos contratos del gobierno; y de Patricia Caicedo, respaldada por la maquinaria de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) liderada por Felipe Harman. De hecho, sacó más votos en el Meta, donde está el fortín político de Harman, que en su natal Magdalena. E influenciadores como Wally, Lalis, Hernán Pérez y Amaranta Hank. Las bases más sólidas de la izquierda y la representación de los sectores populares no obtuvieron los primeros puestos de la lista, lo cual deja algunas dudas sobre la votación y su verdadera representatividad.

Además, de la necesidad de exigir el voto como un derecho integral para todas y todos los ciudadanos del país, parece inconcebible que en pleno siglo XXI todavía no puedan llegar de manera integral los mecanismos de votación a las zonas rurales y alejadas del país y que no sea este un motivo de indignación nacional.

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