En el sur de Bogotá, donde los barrios crecen al ritmo de la autogestión y la solidaridad, la comunicación comunitaria ha sido, desde hace décadas, un ejercicio de resistencia, construcción colectiva y afirmación territorial. Fue ese impulso, acumulado por años de trabajo, el que dio origen a la Agencia de Medios Techotiba.

La historia de la Agencia no se explica sin el esfuerzo sostenido de quienes imaginaron una manera distinta de habitar el territorio. Eran colectivos de comunicación, organizaciones culturales, promotores de lectura, educadores populares y gestores comunitarios que compartían un objetivo común: ampliar las posibilidades de sus barrios, acompañar procesos de transformación social y movilizar saberes que históricamente habían sido invisibilizados. Con una convicción profunda y la gestión de recursos a través de proyectos, consolidaron un espacio común donde potenciar sus ejercicios. Ese lugar fue bautizado primero como La Casa de la Comunicación, La Comunicadera y, finalmente, la Agencia Techotiba, para reivindicar la herencia de los pueblos muiscas, primeros habitantes y ascendentes del territorio.

Desde su creación, la Agencia se consolidó como un nodo de articulación de iniciativas culturales, educativas y comunicativas. A través de ferias populares, cineclubes, obras de teatro, procesos de investigación comunitaria y talleres de educación popular, los colectivos lograron activar nuevas dinámicas territoriales.

En materia de comunicación comunitaria y alternativa, la Agencia Techotiba se convirtió en un referente. El trabajo sostenido fortaleció la calidad de los medios locales, pero también la formación de comunicadores populares, líderes barriales y organizaciones sociales. Con el tiempo, la Agencia contaba con medios en casi todos formatos: audiovisual, impresos, radio, muralismo, producción gráfica, fanzines y plataformas digitales. Llegando a producir más de 20 medios comunitarios, varios de ellos se potencian gracias a la Agencia; otros se crean, dándole voz a sectores sociales y poblaciones que nunca habían tenido un ejercicio de comunicación y; se trabaja de manera colectiva en tres medios que se convierten en las apuestas comunicativas de la Agencia, debido a la participación de los diferentes organizaciones y medios en la producción de sus contenidos: el Periódico Techotiba, la Radio Techotiba y el Audiovisual Techotiba. Con todos estos medios, fue posible abordar temas que rara vez ocupan la agenda de los grandes medios: dinámicas comunitarias, luchas territoriales, actividades culturales, debates sobre el buen vivir y procesos organizativos invisibilizados.

La política pública local también fue un escenario determinante en la consolidación del proyecto. A partir de su participación en la Mesa Local de Comunicación, los medios comunitarios reconocieron la necesidad de articularse e incidir en el diseño e implementación de las estrategias de comunicación en la localidad y la ciudad.

Techotiba funcionó como un ecosistema de creación dotado de equipos y herramientas para edición, impresión, producción audiovisual y desarrollo tecnológico. Desde la infraestructura se contaba con espacios para hacer radio, audiovisual, diseño, biblioteca, taller, salones de ensayo, huerta y teatro.

La Agencia impulsó investigaciones, como la relacionada con los medios escolares en la localidad, cuyo objetivo era describir experiencias, sistematizar información y producir un directorio para docentes, estudiantes, instituciones y organizaciones sociales. Esta investigación permitió comprender mejor cómo se forman las nuevas generaciones de comunicadores comunitarios y qué papel juegan los colegios en la construcción de ciudadanía. Allí también se recopiló un archivo de medios comunitarios, con el fin de preservar la memoria de las narrativas locales y reconocer el trabajo realizado por generaciones de comunicadores populares.

Los procesos formativos también fueron otro pilar fundamental. La Agencia desarrolló ciclos de educación popular sobre cómic, música, teatro, circo, uso de software libre, taller de bicicleta, economía solidaria y popular y soberanía alimentaria, basada en el consumo consciente. Estas formaciones, diseñadas desde las necesidades reales de las comunidades y sustentadas en el diálogo de saberes, buscaban fortalecer capacidades técnicas y promover prácticas coherentes con el cuidado del territorio, como la transformación de material reciclado.

La Agencia de Medios Techotiba fue un proyecto en constante movimiento que articulaba saberes ancestrales, prácticas de educación popular y herramientas de comunicación. Fue también una prueba de que los territorios pueden narrarse a sí mismos con rigor, creatividad y sentido colectivo. Allí, donde la ciudad suele mirar poco, la comunicación comunitaria ha encontrado un camino para hacerse visible, para tejer unidad y para sostener la fuerza de las voces que, desde Techotiba, siguen ampliando horizontes para Bogotá y el país.