El Callejero habló del papel del papel con Cristian Sánchez, director de La Paz Necesidad Nacional, un medio impreso de Techotiba que oscila entre el fanzine, la revista y la tribuna futbolera, ese lugar en donde las barras despliegan su amor por la vida en los colores y los cánticos de sus equipos, pero donde también irrumpe la violencia para vestir de luto a todo un país que ve cómo las juventudes se quedan por el camino. Durante la conversación se desarrollaron tres nodos de reflexión que se conectan entre sí por el eje común de la memoria, la paz y la transformación social. Las lectoras y los lectores podrán hacer una lectura lineal o leer por separado cada uno de los nodos. En todos los casos, se aproximará a una reflexión crítica sobre la necesidad de comunicar para transformar realidades.

Nodo 1: Los orígenes y el ADN

Contrario a lo que se podría pensar, La Paz Necesidad Nacional no surge ni como un espacio para exaltar los logros de un equipo ni para confirmar el sentir de una colectividad reunida alrededor del fútbol, sino como una respuesta a un complejo problema que trasciende las rivalidades entre barras y se inserta en todo un ciclo de violencia ante el cual las comunidades se resisten mediante la palabra.

Cuéntanos todo lo relacionado con la trayectoria de tu medio.

El impreso que nosotros tenemos se llama La Paz Necesidad Nacional. Es una revista que nació como un fanzine, y antes del fanzine hicimos una revista en el año 2008, como parte de la barra Nación Verdolaga. Nos reunimos varios integrantes de la barra, creamos el equipo Comunicaciones la Nación y teníamos la intención de hacer una revista a nivel distrital que hiciera parte de la filial en Bogotá de la organización futbolera. De esta revista sacamos 2000 ejemplares y fue la primera edición impresa que hicimos, como parte del corazón de la barra Nación Verdolaga. A partir de ahí empezamos a pensar lo que iba a ser y lo que es hoy en día La Paz Necesidad Nacional.

¿Y cómo surge la idea o la necesidad de crear un medio de comunicación alternativo de la localidad?

Como parte de la organización futbolera y una de las barras de este país, hemos tenido también muchas bajas. A la fecha tenemos más de 36 muertos, entre los cuales unos 30 han sido consecuencia de las violencias asociadas al fútbol. Entonces, desde nuestra experiencia y nuestra profesión empezamos a pensarnos la comunicación para transformar la realidad de los jóvenes en estas organizaciones futboleras. Una realidad en que la violencia no fuera el pan de cada día y que los pelados no se murieran en enfrentamientos entre organizaciones futboleras. Entonces, como Comunicaciones la Nación empezamos a trabajar varios frentes, uno de ellos el impreso, queriendo transformar la realidad que se vive alrededor del fútbol en Colombia.

Hablando de transformar esas realidades, ¿en qué lugares tiene mayor influencia La Paz Necesidad Nacional?

Principalmente en la localidad de Kennedy y entre la organización. No es un secreto que nacimos y crecimos como parte de la barra, y aunque intentamos desprendernos, es algo que llevamos en el ADN del medio de comunicación. Lo que queremos hacer y lo que hemos intentado hacer es articularnos con otras organizaciones futboleras, con otras barras de la ciudad y del país. Y en ese proceso hemos estado trabajando con ANTIFACAN y ANTIFAMEDALLO; hemos estado trabajando con la cancha; hemos invitado a escribir a hinchas del América, de Millonarios, del Tolima. Entonces creo que nuestro nicho y nuestra población en realidad son organizaciones futboleras, hinchas de diferentes equipos, hinchas del fútbol en paz y del respeto por la vida. A ellos les hemos apuntado y les seguiremos apuntando para que en algún momento podamos decir que hemos logrado reducir el índice de violencia alrededor del fútbol un poquitico. Y pues esa es nuestra principal población, sin dejar de lado las diferentes comunidades y organizaciones de jóvenes, de mujeres, de líderes, de defensores de derechos humanos y la comunidad en general.

Nodo 2: Muertes, memoria y resistencia

Las muertes de jóvenes futboleros parecen ser otro síntoma de un país afectado por el conflicto armado interno. Parece más fácil aceptar lo que nos divide que construir en el disenso en busca de esos puntos de encuentro que nos hermanan. Pero Comunicaciones la Nación, mediante su impreso, se resiste a que los ciclos de violencia se perpetúen. Por eso, quiere imponerse como un testimonio de la vida y de las luchas sociales de su localidad.

¿Qué experiencia con los lectores o con la comunidad ha marcado al medio que diriges?

Digamos que en nuestros diferentes impresos hay historias de vida de los muertos que hemos tenido. En Cultured Revista,escribí un artículo en el año 2012 sobre la muerte de un amigo que nos marcó a todos un antes y un después alrededor del fútbol. El artículo se llamaba “Una vida a la verdolaga: una pasión, un sueño, la tribuna y el fútbol de un barrio de corazón verde”. Este fue el primer artículo que impulsó también la creación de un medio propio. Y varios artículos, desafortunadamente, los hemos escrito después de la muerte de los compañeros. Sin embargo, hubo uno que logramos escribir en vida: el artículo de Media Traba, que apareció en uno de los fanzines. Fue un homenaje que le quisimos hacer en vida. Él alcanzó a leer su artículo, alcanzó a firmar algunos ejemplares y al poco tiempo lo matan en Bolivia. Esas son como las historias que contamos, que narramos alrededor de los impresos para dar a conocer estos casos de jóvenes hinchas que por una pasión pierden la vida, y también por el consumo de drogas. Lo que queremos es que precisamente sean cosas que no se repitan.

En ese sentido, nos llama la atención de la línea editorial que se ha impuesto en La Paz Necesidad Nacional. ¿Qué puedes contarnos con respecto a la visión del medio y sus líneas argumentativas?

El enfoque principal del medio de comunicación es el derecho a vivir en paz. Creemos en la importancia de que las y los jóvenes en Colombia de las diferentes organizaciones, no solo futboleras sino también sociales, tengamos la oportunidad de vivir en paz en un país que históricamente ha sido atravesado por la violencia, donde tenemos más de nueve millones de víctimas del conflicto armado. Así que encontramos la necesidad de generar, de promover y de hacer resistencia desde el derecho de vivir en paz, y es eso lo que hemos trabajado en todas las ediciones impresas, lo que también intentamos hacer por medio de diferentes estrategias. Por ejemplo, el podcast Radio Nación Verdolaga, que lo hicimos también en el marco de un proyecto de derechos humanos a nivel distrital en Bogotá. Y eso es principalmente lo que queremos dar a conocer… O no dar a conocer, sino que queremos compartir ese sentimiento y la necesidad de vivir en paz en nuestro país.

Nodo 3: El papel del papel

Ante panoramas como este, es indiscutible que lo escrito y lo leído, junto con su soporte, tiene una función en los medios comunitarios. Por eso, para cerrar esta conversación con Cristian Sánchez, nos concentramos en los retos que los medios impresos con una vocación de resistencia tienen que asumir.

 Existe una deuda histórica con los medios de comunicación alternativos por parte del Estado y las instituciones. ¿Cómo cree usted que puede pagarse esa deuda desde el Estado y los mandatarios?

Nos damos cuenta de que las administraciones de turno muy poco favorecen a los medios de comunicación independientes, o populares, o alternativos. Y sabemos que es muy difícil que las instituciones entiendan la importancia de fortalecer los medios comunitarios: sus planes de desarrollo se quedan. Pero, una forma de hacerlo sería aprobando la Ley de Tercios, donde en realidad el recurso público de este país no se quede en los medios masivos de comunicación, en los medios privados, sino que esos recursos lleguen a los medios alternativos, a los medios comunitarios, a los medios populares, los medios que en realidad conocen los procesos de la calle, los procesos en sus territorios, las necesidades de sus organizaciones. Soy consciente de que no es, ni ha sido, ni será nada fácil, pero creo que desde estos espacios vamos a seguir haciendo el llamado para que en algún momento los medios independientes tengamos un papel importante en el recurso público y podamos competir en igualdad de condiciones con los medios privados, con los medios masivos.

Desde allí podríamos acercarnos a una respuesta a esta pregunta: ¿cuál crees que es el papel del papel en la comunicación?

Yo creo que permitirnos plasmar las historias que queremos contar y que queden en el tiempo, escritas para las nuevas generaciones. Pero además de eso, permitirnos por medio de carteles, de stickers, de fanzines, de plegables, comunicar lo que mueve los sentimientos en la localidad, en la ciudad, pero también en el país. Poder dejar escrito, impreso y retratado todo lo que queremos dar a conocer.

Y, en ese sentido, ¿cuáles crees que son los mayores retos que enfrentan los medios impresos en la localidad?

Bueno, los mayores retos son imprimir, sacar ejemplares, reunir el equipo. Nosotros, con el tiempo, ya hemos logrado consolidar equipos de trabajo, pero las impresiones son el reto más importante, y desde allí, mantenerse constante. Nosotros lo hemos hecho como muy desde el sentimiento, desde el hobby, pero el mayor reto creo que es hacerlo periódicamente y hacerlo como una forma de vida, disciplinadamente. El reto es ese seguir imprimiendo, sea una vez al año, sea dos veces, pero sacar algo, mostrarlo y seguirse manteniendo con el impreso. En realidad, no hay nada mejor que leer un impreso recién hecho y darse cuenta de todo el trabajo que está detrás de un texto, de una fotografía, de una ilustración.

Y, ya para terminar, ¿por qué los medios de comunicación impresos, como fanzines, revistas y periódicos no han muerto y no morirán?

Creo que es porque siempre tenemos algo que contar, pues desafortunadamente en el país y en el mundo los derechos humanos siguen siendo vulnerados, porque la vida sigue siendo violentada de muchas maneras. En épocas de invasores y genocidas que están muy activos a nivel mundial, en épocas de campañas electorales que siguen intentando vendernos pan y circo y cortinas de humo alrededor de la vida, necesitamos seguir contando las historias que pasan en los barrios y haciendo memoria desde los territorios, desde las organizaciones sociales, desde las organizaciones futboleras.