«Teresa y Sofía»

Narrativas Bajo Techo

Concurso de Narrativas de Buen Trato

Categoría grupal Erika León

Sofía era una niña de 2 años que vivía con su mamá Teresa, ellas vivían en un pueblo cerca de Bogotá. Sofía no conocía a su papá, porque él decidió irse cuando se enteró que sería papá. Pero eso no fue impedimento para que Sofía fuera una niña alegre, le gustaba pintar, bailar y jugar con Mila, quien era una pequeña perrita que no tenía dueño pero a la que todos en el pueblo cuidaban.

Un día, Teresa, la mamá de Sofía, consiguió un nuevo trabajo en un restaurante, allí debía atender las mesas, pues era muy hermosa y tenía un gran carisma. Teresa estaba muy feliz con su nuevo trabajo, pues en las tardes podía pasar más tiempo con Sofía y esto las hacía sentir muy bien. Mientras Teresa trabajaba en el restaurante, la señora Flor, quien era una señora mayor, cuidaba de la pequeña Sofía. A mamá e hija les encantaba ir al parque central del pueblo, pues vendían unos deliciosos pasabocas rellenos de arequipe, se sentaban en el pasto y disfrutaban mucho de su compañía. Todo en ese momento era mágico pues las dos estaban demasiado unidas.

En el mes de agosto, a Teresa le dijeron que debía trabajar más horas pues el trabajo se había incrementado e iban a comenzar atender todas las noches. Teresa aceptó y aunque esto la hizo sentir un poco triste porque no estaría con Sofía en las tardes,  a la vez estaba un poco aliviada pues tendría más dinero para darle una mejor vida a Sofía y poder comprar lo que su hija necesitaba.

Un día, Teresa se encontraba atendiendo las mesas y conoció a un hombre joven y apuesto, su nombre era Raúl, era un hombre alto, de ojos claros y con una sonrisa encantadora, él era de Medellín, pero por cuestiones de trabajo lo habían trasladado a ese pueblo. Él era un sargento de la policía y esa noche fue muy caballeroso con Teresa, pues le había dado una buena propina esa noche y había decidido acompañarla hasta su casa.

Cada vez eran más constantes las visitas de Raúl al restaurante donde se encontraba trabajando Teresa y aunque pocas veces podían hablar a solas, pues en el trabajo no tenían momentos a solas para dialogar, él buscaba la forma de acercarse a ella. Después de varias semanas de visitarla al restaurante, Raúl la invitó a salir, Teresa aceptó la invitación, pues desde el primer momento que ella lo vio llegar al restaurante él le gustó. Así que esa noche salieron a caminar por el parque central a beber algo, Teresa llamó a la señora Flor para avisarle que llegaría un poco tarde. Ella le dijo que no habría problema pues Sofía había estado jugando toda la tarde con Mila y se había acabado de quedar dormida.

Esa noche Raúl acompañó a Teresa a su casa y le dio un beso de despedida, ella se puso algo nerviosa, decidió entrar a la casa de inmediato y cerrar la puerta. Al día siguiente Raúl volvió a pasar al restaurante, pero esta vez llevaba un ramo de flores, eran para Teresa, ella se alegró cuando lo vio parado en la puerta y esa noche volvieron a salir, esta vez fueron a cenar, Raúl le tenía una linda sorpresa. Esa noche Raúl le pidió a Teresa que fueran novios pues a él le agradaba mucho pasar tiempo con Teresa, ella aceptó ser su novia, pero en ese momento no le quiso contar que tenía una hija, decidió quedarse callada. Pensó que sería mejor contárselo en otro momento.

Así fueron pasando los días, Teresa y Raúl comenzaron a salir cada vez más. La señora Flor, como todos los días, cuidaba de la pequeña Sofía. Aunque ella comenzaba a sentirse un poco triste, pues a pesar de que su mamá le compraba juguetes y ropa, Teresa ya no pasaba mucho tiempo con ella y tampoco volvieron a salir al parque por esos deliciosos pasabocas. Cada vez que Sofía le decía a Teresa que quería jugar con ella, Teresa le respondía que no tenía tiempo y esto ponía muy triste a Sofía.

Un día Teresa estaba en el parque central tomada de la mano de Raúl cuando le sonó el celular, era la señora Flor para decirle que Sofía no se sentía bien, la niña se quejaba de un intenso dolor de estómago. Allí Teresa le dijo a Raúl si la podía llevar a su casa pues su hija se sentía mal. Raúl se sorprendió cuando Teresa le dijo que tenía una hija y en ese momento él se enojó y le dijo a ella que porque no le había comentado ese pequeño detalle. Ella no quería discutir en ese momento y salió en busca de un taxi que la llevara a casa. Al llegar encontró a Sofía en la cama y a la señora Flor dándole de beber un poco de aromática. Sofía se puso contenta al ver que su madre estaba junto a ella, esa noche decidieron cuidar a la niña en casa y hacerle algunos remedios caseros.

A la mañana siguiente, Sofía amaneció mucho mejor, ya no sentía dolor de estómago. Sin embargo, Teresa había pedido permiso en el restaurante para poder quedarse con su hija. Ese día Teresa no supo nada de Raúl, ella presentía que él aún seguía enojado por la forma en que se enteró de Sofía. Así pasó una semana, Raúl no volvió a pasar por el restaurante. Por lo que Teresa decidió llamarlo para explicarle el motivo del porque le había ocultado que tenía una hija, pues a ella le dio miedo que él se alejara. Luego de un par de días, Raúl y Teresa arreglaron las cosas, volvieron a salir como lo acostumbraban hacer antes, pero esta vez iban con la pequeña Sofía, quien se divertía bastante pues le agradaba estar junto a su mamá. Teresa estaba muy feliz pues Raúl trataba muy bien a la pequeña Sofía en ese momento todo parecía estar bien.

Luego de unos meses, Raúl y Teresa se fueron a vivir juntos, ella aún continuaba trabajando en el restaurante, pero esto ya no le agradaba a Raúl pues ella llegaba muy tarde a la casa, así que eran constantes las discusiones por esto. Una noche Raúl salió a beber con unos amigos, llegó tarde a la casa y Teresa estaba muy preocupada pues él no le contestaba las llamadas, cuando él llegó a la casa Teresa le hizo reclamo por llegar en ese estado, él le gritó que no lo molestara y le dio un fuerte empujón. Teresa comenzó a llorar pues nunca había visto a Raúl en ese estado, él se fue a dormir pues estaba bastante tomado y ella decidió dormir en la habitación con Sofía. A la mañana siguiente, Raúl se levantó muy temprano a buscar un vaso con agua y Teresa le reclamó por haberla empujado la noche anterior a lo que él le contestó que no recordaba nada y que si lo había hecho que lo disculpara. Teresa lo perdonó, ella pensó que eso había sucedido por culpa del licor. Pero cada vez era más constante ver a Raúl enojarse con facilidad, ya no era cariñoso con Teresa, la celaba mucho y criticaba la forma de vestir de ella.

Un día en el restaurante hicieron una celebración, pues el dueño cumplía años, por lo cual él quiso celebrarlo con sus empleados. Teresa ese día se arregló para la ocasión y decidió ir a festejar con sus compañeros. Ella llegó a la casa a las 11:00 p.m. Raúl se encontraba en la casa enojado, pues él le había dicho a Teresa que no quería que fuera allá. Esa noche discutieron y Raúl le pegó a Teresa, además le prohibió que volviera al restaurante o él se iría de su lado. Ella no quería que él se fuera por lo que decidió renunciar al día siguiente.

Teresa permanecía todo el tiempo en la casa cuidando a Sofía y atendiendo a Raúl cuando llegaba de trabajar. Ella empezó a notar que Raúl hablaba mucho por teléfono y cada vez que ella le preguntaba con quien hablaba él le gritaba diciendo que eso no era asunto suyo. Una mañana Teresa decidió ir al mercado con Sofía y vieron a Raúl besando a una mujer joven y muy bonita. Teresa se puso a llorar y se fue para la casa con la niña. Sofía no entendía lo que sucedía en ese momento, pero no le gustaba ver a su mamá llorar. Ese día cuando llegó Raúl a la casa, Teresa lo confrontó y le preguntó: “¿Quién era esa mujer?” Él se enojó bastante y nuevamente golpeó a Teresa. La dejó inconsciente por unos minutos, cuando ella despertó vio que Sofía estaba a su lado llamándola: “Mami, por favor despierta”. Teresa se puso de pie y adolorida fue al baño a limpiarse las heridas. Sofía también estaba muy triste al ver a su mamá con morados en la cara, ella le decía que ya no quería que Raúl viviera con ellas. Pero Teresa no quería que Raúl se fuera de su vida. Ella no quería volver a estar sola.

Raúl volvió a la casa dos días después de lo sucedido, esta vez llevó unas flores y un chocolate para Teresa, él quería que ella lo perdonara y le dijo que esa mujer no era nada serio, que él realmente la amaba a ella, que olvidaran lo sucedido y volvieran a ser la familia de antes. Teresa se conmovió por esas lindas palabras y decidió perdonarlo. Raúl cambió, ya era muy atento con Teresa y con la pequeña Sofía. Los fines de semana salían a comer, él jugaba mucho con Sofía y esto hacía muy feliz a Teresa. Pero el cambio duró un par de semanas, una noche Raúl volvió a llegar a la casa tomado, Teresa le reclamó que porque volvía a llegar en ese estado. Él volvió a golpearla, esta vez, Sofía se despertó al escuchar el ruido y comenzó a llorar. Esto hizo que Raúl se enfureciera más y también golpeó a la niña, Teresa no la pudo defender pues estaba muy golpeada y adolorida. Después de unos minutos Raúl salió y por esa noche no volvió a la casa. Teresa fue a mirar a la pequeña Sofía quien tenía un poco de sangre escurriendo de su nariz. Ella comenzó a llorar al ver a su hija en ese estado y decidió empacar las cosas de las dos en una maleta. Llamó a su prima María quien vivía en la localidad de Kennedy para pedirle el favor si la podía recibir en la casa por unos días a lo que María le respondió que con mucho gusto, pues la última vez que se habían visto Sofía era un bebé. Apenas amaneció Teresa y Sofía fueron al terminal de buses y tomaron un bus directo a Bogotá. Al llegar su prima María las esperaba, ella se sorprendió al ver a su prima y a la pequeña Sofía golpeadas, pero en todo el camino Teresa no quiso contarle lo que había sucedido. Llegaron a la casa cenaron la comida que su prima les tenía y ya en la noche, sentadas en la sala, Teresa le contó a María los malos tratos que recibía de Raúl.

Allí María le aconsejó que debía denunciarlo, pues esto no podía quedarse así, por lo que Teresa dijo que era lo mejor, pero que tenía miedo. Su prima María le dijo que no se preocupara que ella no iba a estar sola, que ella la iba apoyar. Así fue, a la mañana siguiente Teresa y María se acercaron a la Comisaría de Familia en Kennedy y denunciaron los abusos que habían vivido por parte de Raúl.

Allí la señora Gloria quien era una funcionaria de la entidad la atendió muy amablemente, ella las escuchó y las orientó frente al proceso que se llevaría a cabo en contra del señor Raúl.

Teresa consiguió trabajo en una casa de familia haciendo oficios varios, quería ayudar a su prima con gastos del hogar, por lo tanto Teresa decidió matricular a Sofía en un jardín de la Secretaría Distrital de Integración Social de la localidad de Kennedy. Teresa había escuchado muy buenos comentarios del lugar y quería que Sofía interactuara con más niños de su edad y aprendiera muchas cosas que de seguro la maestra le enseñaría. A los pocos días Teresa se dio cuenta que esa fue una excelente idea.

Sofía volvió a ser la niña alegre y juguetona que era. Ella disfrutaba mucho estar en su Jardín, pues la maestra era muy amorosa con todos los niños y niñas. Teresa estaba muy tranquila allí le garantizaban a su hija un cuidado calificado, enseñanzas, diversión y la alimentación. Así mismo en ese hermoso Jardín Teresa recibió apoyo psicológico y poco a poco olvidarían los momentos tristes que vivieron junto a Raúl.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Estas sin internet en este momento!

Nos gustaria enviarte todos nuestros contenidos digitales y periódicos quincenales, tan solo debes dejarnos tus datos y siempre recibirás en tu correo el contenido!