«Segunda entrega: El conflicto»
Por: Marta Gómez
En la entrega anterior: Los Inicios, Octavio narraba el contexto y el ambiente político y social que provocó la organización de varios grupos de izquierda en diferentes universidades del país y el inicio de los diálogos de paz en el gobierno de Belisario Betancur.
En esta nueva entrega, se narra cómo en el país comienzan a organizarse los que luego se reconocerán como los actores del conflicto y su incidencia en el territorio.
A mediados de los años 80, menciona Octavio, comienza la guerra sucia y de exterminio a la oposición política, el denominado Plan Baile Rojo o el genocidio de la Unión Patriótica. Es así, como comienzan a asesinar a algunos profesores, entre ellos, el profesor Héctor Abad Gómez, fundador de la escuela de Salud Pública, en la facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, sus planteamientos se centraban principalmente en que la medicina debía ir a la persona antes de que estuviera enferma, debía ser preventiva y ubicaba el centro de las enfermedades de la población colombiana en la desnutrición, la falta de condiciones de vida digna y los problemas sociales. Su muerte bajo las balas de estos grupos de exterminio desenmascara la aparición de organizaciones como Amor por Medellín, Oiga Caleño Vea y Muerte a Secuestradores, quienes se ensañan en el asesinato de la juventud de izquierda, que en Medellín, venía realizando un trabajo organizativo y político grande, en algunos sectores de la ciudad y en el departamento de Antioquia donde había presencia del M-19, de la Unión Patriótica y de otras organizaciones, que habían logrado obtener democráticamente alcaldías y varios cargos públicos. El genocidio termina con un saldo de cerca de 7.000 muertos de la Unión Patriótica, de militantes del partido comunista, cerca de 3.000 sindicalistas y la aniquilación de organizaciones políticas como el Frente Popular, A luchar y Firmes, en ese experimento antisubversivo muchos académicos, lideres e intelectuales tienen que exiliarse.
Esto conlleva a que se cierren las posibilidades de hacer política. Octavio recuerda que, para esos días, de recrudecimiento de la violencia él aún era líder estudiantil: “En medio de ese desangre, yo no pertenecía a ninguna organización armada, era dirigente estudiantil y me hacen dos atentados en la ciudad de Medellín, nosotros estábamos era en esa pelea en contra de la reforma académica y de la privatización de la universidad, entonces ahí le toca a uno, se impone defenderse e ingreso a la guerrilla en el año 89”.
Cuando ingresa asume responsabilidades en el proceso de diálogo que había iniciado en el 84 y que se termina en el año 89. En 1990 se da el ataque a Casa Verde al tiempo que varias guerrillas entran en diálogo con el gobierno, “se dan nuevamente unos esfuerzos de diálogo en Cabo Norte, Tlaxcala, México, con la coordinadora, eso no funciona. Luego llegaron los diálogos del Caguán con el gobierno de Pastrana”, ambas negociaciones fracasan.
Octavio pasa a trabajar con estructuras urbanas y en el año 2004 resulta detenido en medio del denominado Plan Colombia: “En el año 2004 fui detenido saliendo de una reunión de mando, ya habían terminado los diálogos del Caguán, ya había iniciado el Plan Colombia, un plan militar bastante fuerte, en el primer gobierno de Uribe, donde hubo una serie de capturas masivas. También, hubo una serie de masacres para diezmar a la guerrilla y la guerrilla pasa a la defensiva, los territorios se ponen bastante complicados y hay todo un despliegue militar, en el que yo termino capturado cuando estoy haciendo tránsito por la ciudad de Medellín hacia el frente, en el 2004, y permanezco privado de la libertad por 13 años”.