«Construir la paz desde abajo»

Un desafío que han asumido las mujeres firmantes en la localidad.  

Por: Laura María Rodríguez

 

 

Carolina Sarmiento es firmante de paz y exprisionera política. Su infancia y su juventud transcurrieron en la localidad de Kennedy, Techotiba, estudió en el colegio INEM y participó en el movimiento estudiantil, la juventud comunista e hizo parte de varios procesos organizativos. Luego decidió unirse a la lucha armada y política. En el 2016 hizo parte de las y los firmantes  del Acuerdo de Paz, un momento que considera histórico para el país porque marcó un gran paso para la participación política de las mujeres. Justamente, el punto dos del Acuerdo de Paz contempla ese ejercicio del que históricamente las mujeres han sido excluidas, al igual que la clase popular, trabajadora y campesina: “La construcción de país con el Acuerdo, viene cargada de la Reforma Rural Integral, de la participación, de la reparación a las víctimas, como eje central; del tema de las drogas y de cómo buscarle una salida al fin del conflicto”.

Después de la firma, se conformó el partido Comunes que hace parte del ejercicio de participación política contemplado en el Acuerdo. En la actualidad, el partido no tiene solo representación de firmantes, sino también una participación de la juventud y de las mujeres de la sociedad civil, de la cual ellas y ellos hoy también hacen parte. Carolina es una de las integrantes de la Dirección Nacional del partido, que en su gran mayoría está conformado por mujeres y en donde se ha hecho efectiva la paridad. 

Desde esa conciencia de la importancia de seguir construyendo país, hizo parte, el año pasado de la lista del Pacto Histórico en la localidad de Kennedy – Techotiba como candidata a edilesa. Allí, estaba en el puesto cinco de la lista y aunque no quedó, sí reconoce lo emocionante que fue para ella volver al barrio y reconectarse con las comunidades y con una localidad que hoy encuentra mucho más grande y más retadora que hace unos años: “Hacer ese ejercicio de ir a hablar con la comunidad, hablar con nuestros vecinos, volver a reencontrarnos y ver las problemáticas. Pero también comprometernos más allá del ejercicio electoral a trabajar conjuntamente porque nuestra localidad esté mucho mejor, por condiciones de vida digna, por recuperar nuestros espacios ambientales que son tan importantes; por ese ejercicio de cultura tan fuerte que hay en términos de la defensa del patrimonio, de nuestros humedales. También toda esa contracultura desde el arte y desde la música, me devolví años atrás a mi localidad y me sentí muy contenta del ejercicio”.

Kennedy es hoy una de las localidades que más firmantes acoge y la primera que inicia con la construcción de la Mesa de Reincorporación, la primera que existirá a nivel nacional y que busca aterrizar el Acuerdo de Paz en la localidad y hacer política pública para firmantes: “La alcaldía ha venido haciendo un ejercicio de compromiso, pero es importante que sigamos haciendo veeduría y resistencia para que se cumplan los compromisos. Hay que pelear por la participación ciudadana y la implementación del Acuerdo de Paz en las localidades”.

Comuneras, el trabajo en los barrios

Desde el colectivo Comuneras, Carolina también hizo parte de un proyecto que se desarrolló en el barrio las Margaritas, denominado “Mujeres constructoras de paz”, allí de la mano de otras organizaciones como la Asociación Textil Unimodas (ASOTEX), que lucha por los derechos de las mujeres víctimas del conflicto, trabajaron sobre el Acuerdo de Paz, en especial el enfoque de género. También colaboraron con Caminemos Juntos por la Paz, una organización de madres que perdieron a sus hijos soldados en el conflicto: “Trabajar con ellas fue muy interesante, empezar a generar esos lazos de confianza. Ellas tenían muchas prevenciones, pero logramos encontrarnos y entender que no éramos personas diferentes, sino al contrario, había muchas cosas que nos unían, como el hecho de ser de la misma clase popular y de ir a la guerra en un mismo contexto social y político (…), pero, lo más importante, construyendo lazos de unidad, construyendo lo que debería ser ese ejercicio de paz desde abajo”.

Como Comuneras han hecho una importante labor en la localidad con múltiples iniciativas, otra de ellas fue “Paz a mi barrio”, un proyecto que buscaba construir paz desde la realidad de los niños y jóvenes, en cuyo cierre se encontraron con madres de víctimas de ejecuciones extrajudiciales y madres de jóvenes soldados que murieron en la guerra: “Fue un momento tremendo, nos dimos cuenta de lo mucho que hay que hacer y de lo significativo que son esos encuentros”. Todos estos procesos también los han generado con alianzas con otros colectivos de la localidad y así poco a poco, pero haciendo mucho por las comunidades, han llevado el Acuerdo de Paz al barrio y han puesto a hablar a las mujeres de participación incidente y de la importancia de la paz con justicia social.

Entre sonrisas nos despedimos de Carolina, seguros de que las mujeres han llevado a la localidad no solo el Acuerdo de paz, sino las acciones que permiten crear un verdadero tejido social inmune a la guerra.

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