
«¿Consulta Popular?»
Por: Laura María Rodríguez
En realidad, no ha pasado mucho tiempo desde que se comenzó a hablar de la Consulta Popular, fue hace menos de dos meses que la Comisión VII del Senado decidió archivar el proyecto de Ley de la Reforma Laboral, exactamente el 18 de marzo del presente año.
Frente a la falta de voluntad del Senado, de por lo menos discutir la Reforma, el presidente de la República, Gustavo Petro, decidió convocar al constituyente primario, que es el pueblo, para que decidiera sobre la Laboral, sintetizando los elementos estructurales de la misma en 12 preguntas que pudieran responderse con un sí o un no.
Una vez consolidadas las 12 preguntas, el 1 de mayo, después de una inmensa movilización en la Plaza de Bolívar, el presidente radicó la Consulta Popular para que fuera aprobada o rechazada por el Senado de la República y se definiera si podía la ciudadanía votar cada una de las preguntas. Teniendo en cuenta que para su aprobación por votación es necesaria la participación de mínimo 13 millones de personas y una votación positiva de más de 6 millones de votos.
Las doce preguntas que se radicaron en el Congreso de la República fueron:
- ¿Está de acuerdo con que la jornada de trabajo dure máximo 8 horas y la jornada diurna sea entre las 6:00 a. m. y las 6:00 p. m.?
- ¿Está de acuerdo con que se pague con un recargo del 100% por el trabajo los días de descanso dominical o festivo?
- ¿Está de acuerdo con que las micro, pequeña y medianas empresas productivas, preferentemente asociativas, reciban tasas de interés en materia de crédito e incentivos para sus proyectos productivos?
- ¿Está de acuerdo con que las personas puedan tener los permisos necesarios para atender citas médicas y licencias por periodos menstruales incapacitantes?
- ¿Está de acuerdo en que las empresas deban contratar laboralmente al menos 2 personas con discapacidad por cada 100 trabajadores?
- ¿Está de acuerdo con que los aprendices del SENA y de instituciones similares tengan un contrato laboral?
- ¿Está de acuerdo que las personas trabajadoras en plataformas de reparto y transporte acuerden su tipo de contrato y se les garantice el pago de seguridad social?
- ¿Está de acuerdo con establecer un régimen laboral especial para que los empresarios del campo garanticen los derechos laborales y el salario justo a los trabajadores agrarios?
- ¿Está de acuerdo en eliminar la tercerización e intermediación laboral mediante contratos sindicales?
- ¿Está de acuerdo con que las trabajadoras domésticas, madres comunitarias, periodistas, deportistas, artistas, conductores, y demás trabajadores informales, sean formalizados o tengan acceso a la seguridad social?
- ¿Está de acuerdo en promover la estabilidad laboral mediante contratos a término indefinido como regla general?
- ¿Está de acuerdo con constituir un fondo especial destinado al reconocimiento de un bono pensional para los campesinos y campesinas?
Una analogía que permite entender mejor lo que sucedió días después en el Senado podría ser el del juego de ajedrez. Muy pronto fue citada la Plenaria del Senado para la revisión de la Consulta, se dejó el debate para el día martes 13 de mayo, en horas de la tarde, y se anunció que la votación se haría al día siguiente. Hasta ahí era jaque mate por parte del Gobierno, si se aprobaba ganaba, avanzaba la campaña a favor de la Consulta Popular y la pedagogía alrededor de cada una de las preguntas, y si perdía también ganaba, porque lograba el respaldo popular y un fuerte reclamo al Congreso de la República que desconocía la importancia de la participación política del pueblo y la reivindicación de los derechos laborales.
Sin embargo, no fue mate, ese mismo día en horas de la noche se permitió agregar en el orden del día 14 de mayo la apelación del archivo de la Reforma Laboral. Esa noche, a eso de las 10:10 p.m., se publicó el orden para la jornada del miércoles: primero se votaría la apelación al hundimiento de la Reforma Laboral y después se haría lo mismo con la solicitud de convocar a una Consulta Popular. Jaque.
Al día siguiente, en horas de la mañana y antes del inicio de la sesión, la senadora Paloma Valencia radicó una proposición para que la agenda fuera tal como la habían publicado. La Plenaria acogió este último pedido con una votación de 56 votos a favor y 42 en contra. Al mediodía, se comprobó que el Gobierno no tenía los votos. Mate. Con la votación de la Reforma Laboral, las y los congresistas que no estaban de acuerdo con la Consulta podían excusar su voto en un supuesto ejercicio de transparencia y de interés por el avance de la Laboral.
Efectivamente, tan solo unas horas después fue aceptada la apelación que revivió la Reforma Laboral y en una votación, por decir lo menos atípica, corrupta y amañada, la oposición logró negar la Consulta con una votación 47 a favor y 49 en contra.
El panorama no se proyecta nada sencillo, el Gobierno decidió radicar una nueva Consulta, esta vez con 4 preguntas más, que se adelantan a lo que ya se puede prever, el hundimiento de la Reforma a la Salud. Las preguntas son:
- ¿Está de acuerdo con que el Gobierno Nacional compre o produzca los medicamentos necesarios para garantizar su entrega completa y oportuna a los pacientes?
- ¿Está de acuerdo con que las EPS dejen de ser intermediarias financieras y se transformen en gestoras de salud, y que la Adres pague directamente a hospitales y clínicas?
- ¿Está de acuerdo con garantizar un modelo de atención primaria en salud, preventivo y resolutivo, con ampliación de los servicios especializados de carácter público, privado y mixto?
- ¿Está de acuerdo con establecer un régimen laboral especial que garantice la vinculación formal, los derechos laborales y un salario justo a los empleados y trabajadores de la salud?
Por lo pronto, solo queda esperar una nueva votación y, mientras, camina en la Comisión IV una especie de frankenstein laboral, con el que las Verdes, específicamente, Claudia López, vía Angélica Lozano, están buscando llevarse las banderas del progresismo y convertirse de la noche a la mañana en las abanderadas de las causas obreras del país.