En este segundo número de El Callejero agradecemos a todos los lectores de la primera edición, por los buenos comentarios que hemos recibido, también queremos invitarlos a que sumen su voz a esta propuesta de comunicación popular y comunitaria.  

En esta edición encontrarán una variedad de temas que abarcan lo nacional, lo local y las cuestiones particulares de los recicladores. No podemos salirnos de la coyuntura y resaltar lo relevante que ha sido el Paro Nacional, que ha trascendido el ejercicio de la movilización y ha generado una profunda reflexión sobre los problemas sociales que atraviesa el país, mientras transcurre el Paro el gobierno ha ignorado por completo los reclamos de los ciudadanos, creó el holding financiero, aprobó la reforma tributaria, sigue indolente frente al asesinato de líderes sociales, respalda al ESMAD, a la fuerza pública y se ha esforzado por infundir el miedo y deslegitimar la protesta. Lo más preocupante es presenciar día a día a este gobierno indolente que llama vándalos a todos los que salen a las calles a reclamar sus derechos y que ni siquiera ha tenido el mínimo gesto de empatía y de solidaridad con las víctimas, que en este mes nuevamente abren sus heridas con la esperanza de encontrar los restos de sus seres queridos, que salieron engañados de sus casas y terminaron siendo ejecutados por las fuerzas del Estado, los eufemísticos “falsos positivos”, por los que debería responder y condolerse el gobierno, pasaron como otra noticia más del día.

Los territorios, los barrios, incluso los mismos hogares terminan replicando, desafortunadamente, las problemáticas del país, porque nuestros problemas son culturales, porque como nación no hemos aprendido a preocuparnos por el otro y eso nos lleva a otra serie de artículos en los que las problemáticas del barrio María Paz y del Cartuchito tienen un espacio para ser expuestas a la comunidad, por un lado, el problema del cerramiento de las calles que ha generado inseguridad e inconvenientes para todas las personas que transitan por esta zona, además de lo simbólico de este acto, que refleja clasismo y xenofobia. También hablaremos sobre el coroto, ese objeto que se ha convertido en el sustento de cientos de familias en el Cartuchito y sobre la problemática de la bodega de la UAESP, una solución sin solución para los recicladores y coroteros.

Por último, pero no menos importante, están las pequeñas historias, esas que narran la vida cotidiana, entre tinto y tinto es el relato de una vendedora de café del Cartuchito que cuenta cómo todos los días trabaja y cuida de su familia.

Los invitamos a disfrutar de este número, que busca generar nuevas miradas y nuevas lecturas del territorio, que amplíen nuestra visión del mundo y de la realidad en que vivimos.