«Editorial»
Por: El Callejero
“Pero tras de tantas debilidades, tantas bajezas, y tantos desfallecimientos está el pueblo, el pueblo poderoso y temible; con su alma trágica y grande de heroísmos y dolores.
Es a la defensa de ese pueblo oprimido, de esas ideas vencidas, de esos ideales oscurecidos, que venimos nosotros a combatir. Las ideas liberales son nuestra bandera.
Este no es un periódico comercial, hecho para ganar dinero, es un periódico liberal, hecho para defender ideas. Nuestra política, nuestra literatura y nuestra filosofía, no son hechas para halagar los sueños de los poderosos, los nervosismos de las almas débiles, ni la fe de los espíritus creyentes. Esos no son nuestros ideales. Venimos a combatir no a delinquir. Para nosotros el periodismo es una misión, no una comisión. Combatir por la libertad, es combatir por la patria. Donde no existe la libertad, hay una comarca, pero no una patria. Lidiamos, pues, por la patria americana. Los espíritus liberales, las conciencias libres, las almas grandes tienen aquí un hogar para sus pensamientos. Las grandes causas tienen aquí un soldado para su defensa. Abrevados, hace ya tanto con hiel y vinagre en la cruz del periodismo liberal, sabemos demasiado la vía dolorosa y nuestros labios están habituados a la amargura de la lucha. Los que nos conocen saben bien, que el halago no ha tenido nunca fuerza para seducirnos; ni el insulto ha tenido jamás poder para detenernos. Destinado este periódico a andar entre pueblos y hombres que nos conocen, el programa está demás. Los pueblos dirán: He aquí nuestro enemigo insospechable. Y los déspotas dirán: He aquí nuestro enemigo implacable. Ambos afilarán sus armas; los unos para ayudarnos, y los otros para atacarnos.
Bienvenidos sean ambos”.
Juan Montalvo
Este es el editorial de la primera edición de la revista Hispanoamérica publicada en New York en 1893, cuya edición y dirección estaba a cargo de José María Vargas Vila. Hispanoamérica surge como consecuencia de la confluencia de diferentes intelectuales y líderes políticos liberales exiliados en Estados Unidos, cuyos textos y objetivos son expresados bajo la dirección del colombiano y en el cual participaron Juan Montalvo, Fernández de Lizardi, Sarmiento y José Martí. Sus páginas se componen de una serie de artículos políticos y literarios en los que se analiza y se informa con rigor sobre el estado de las naciones latinoamericanas: Venezuela, Colombia, Centroamérica, México, Argentina, Chile, Perú y Cuba; junto a algunas crónicas europeas. También se publicaron retratos de figuras políticas e históricas y se abrió un amplio espacio para la expresión literaria. Allí se registraron traducciones de textos reconocidos como: “El cuervo” de Poe, “Marco Aurelio” de H. Taine, “Los deberes del Estado” de Herbert Spencer y textos de Diógenes Arrieta, César Zumeta, José Santos Chocano, Julián del Casal, entre otros, además se publicó por entregas en forma de folletín, anexo a la publicación, la novela Aura de Vargas Vila y algunos de sus cuentos que luego aparecerán en el libro: Copos de espuma (1902). Esta publicación se convirtió en la tribuna de una serie de escritores, cuyas voces se vieron filtradas gracias a la pluma de Vargas Vila, reconocido como el autor más leído en Latinoamérica a finales del siglo XIX y durante la mitad del siglo XX.
Las publicaciones periódicas del siglo XIX en Latinoamérica contribuyeron a la configuración de la idea de nación, en dos momentos, el primero comprendido entre 1810-1830 que corresponde a los movimientos independentistas y a lo que podría denominarse como la independencia política, en esta etapa se identifican publicaciones periódicas que sirven como instrumento de propaganda oficial de los gobiernos, y otras de tipo liberal ilustrado que se distribuyeron con menos restricciones gracias a la libertad de imprenta que permitió la Constitución de Cádiz, estas publicaciones estuvieron a cargo de los intelectuales de la época que se proponían difundir diferentes modelos de gobierno, educación y desarrollo tendientes a construir una identidad americana.
Vargas Vila se acerca más al segundo tipo de liberal ilustrado, sus ideas le dieron forma a más de una decena de publicaciones periódicas (La Federación, Los Refractarios, El Eco Andino, El Espectador, La República, La Revista Americana, La Revista, Némesis, etc.). No obstante, la intelectualidad colombiana no lo reconoce como tal, ni le da un estatus de periodista. Apenas lo identifica como escritor de novelas eróticas, anticlericales, proscritas y antiimperialistas, que desde hace ya bastante tiempo se vieron excluidas del canon de la literatura colombiana.
Como escritor y como persona ha sido, a lo largo de la historia del país, menospreciado y su obra ha caído en el olvido, hacemos un llamado para reconocer su importante papel como comunicador alternativo y creador de medios de comunicación. Desde todas las latitudes donde pudo residir como exiliado por el clero y el Estado fue reivindicado como figura política, liberal y periodista experimentado, vinculado a los gobiernos progresistas de su época en toda la región, y en particular en países como Venezuela, Ecuador y México.