«Hacer la paz con la naturaleza»

Colombia a la vanguardia mundial en la lucha por la protección de la biodiversidad

Por: Julio E. Monroy Cortés

 

 

El planeta tierra se encuentra en una encrucijada crítica entre la vida y la muerte. No se trata de ser alarmistas, sino de ser realistas y responsables. Todos sufrimos las consecuencias de la devastación ambiental y humana como resultado del sistema capitalista. Sin embargo, la falta de conciencia individual y colectiva frente a esta catástrofe podría llevarnos al colapso, a un punto de no retorno.

Las señales y alarmas son evidentes. En todos los continentes se manifiestan fenómenos naturales preocupantes. Los efectos del cambio climático amenazan la vida de millones de personas. Desastres naturales, proliferación de nuevos virus y enfermedades, así como escasez de agua y alimentos, son los resultados de un modelo que, en nombre del desarrollo, está destruyendo la biodiversidad y la vida del planeta.

La codicia de unos pocos poderosos ha condenado al sufrimiento, la pobreza y la esclavitud a millones de personas en el mundo. Oleadas migratorias, guerras y desplazamientos masivos de comunidades no cesan por un segundo. Las naciones, en su inmensa mayoría, parecen incapaces de brindar libertad y vida digna a sus ciudadanos. ¿Estamos ante una crisis global?

La sed de poder del capitalismo ha provocado el saqueo de naciones y pueblos que han sido devastados por la muerte y el hambre. Afganistán, Libia, Irak, Siria, son algunos de los países invadidos por los Estados Unidos bajo el pretexto de llevar libertad y democracia. Como si no hubiese sido suficiente, la historia parece repetirse con la injerencia norteamericana en Venezuela en donde se ratifica que su único interés es el apetito insaciable de las grandes fuentes de riqueza como el petróleo, el oro y otros recursos naturales.

La avaricia y la lógica del capital concentran la riqueza en pocas manos. La tierra ha sido privatizada y usurpada a sangre y fuego. Palestina es quizá el ejemplo más cruel del genocidio y la complicidad internacional. La disputa violenta por recursos naturales y riquezas ha llevado a ejércitos a la guerra, dejando miles de víctimas inocentes, como también sucede en la guerra de Rusia y Ucrania. Aquí nuevamente los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN nos están conduciendo a la posibilidad de una tercera guerra mundial que aniquilaría nuestra existencia.

“Nuestra tragedia radica en nuestra inmensa riqueza”

Como ha dicho el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, nuestra tragedia no radica en la pobreza, sino en nuestra inmensa riqueza. En donde hay riqueza, hay invasiones, guerras, intereses mezquinos y muerte. No es casual que Colombia sea uno de los países más violentos del mundo. Nuestra posición geoestratégica y abundancia de recursos naturales nos convierten en un objetivo para las multinacionales y los poderosos. Tristemente, nuestra riqueza ha dejado una huella de miseria y dolor, y nos sitúa entre los países más desiguales del mundo.

No obstante, la injusticia y opresión del sistema imperante, encontró resistencia en los movimientos sociales, campesinos, indígenas, obreros y estudiantiles, los cuales han luchado por un cambio real que solucione las históricas demandas sociales. El estallido social de 2021 en Colombia manifestó la rabia e indignación de la juventud y del pueblo que salió a las calles a exigir justicia social.

La posterior victoria de Gustavo Petro a la presidencia en 2022, con el gobierno del Pacto Histórico, marcó un hito de ruptura con la dominación de las élites colombianas. Ha sido este gobierno progresista quien ha hecho enormes esfuerzos en la lucha por la paz mundial y lo que se ha denominado como la Paz con la Naturaleza, que llena de orgullo y esperanza a millones de colombianos que siguen esperando poder abrazar y defender esta oportunidad de transformación social, política, económica, cultural y ambiental que el país tanto necesita.

Ahora más que nunca, es necesario implementar políticas en favor del cuidado de la vida y la protección de la biodiversidad. Debemos detener ya mismo todo lo que destruya al medio ambiente y la vida. Sabemos que para lograr estos objetivos se requiere replantear el modelo económico, así como las prácticas de consumo de la humanidad. Pero lo que resulta más urgente y necesario es que se cumplan a cabalidad los compromisos de las naciones para frenar el cambio climático.

Si no hay voluntad política, especialmente de los países más desarrollados, la devastación planetaria será irreversible. Por esto la COP16, que se celebrará en Cali, Colombia, gracias a la gestión del gobierno nacional, del 20 de octubre al 1 de noviembre, será un evento de gran relevancia global que abordará temas cruciales relacionados con la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad ambiental.

En esta gran Convención global se abre la oportunidad para que Colombia resalte y defienda su enorme biodiversidad ante el mundo, y se acuerden importantes compromisos con la protección del medio ambiente. A nivel global, la COP16 tiene el potencial de generar acuerdos y estrategias clave para preservar los ecosistemas y la biodiversidad, abordando problemas como la pérdida de hábitats, el cambio climático y la degradación ambiental. La colaboración y el compromiso de los países participantes serán fundamentales para asegurar un futuro sostenible para el planeta. ¡Es hora de hacer la Paz con la Naturaleza y sembrar esperanza!

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