¿Indignados con el Metro?

Por: El Callejero

 

 

Desde hace algunos días, el Metro de Bogotá ha sido tendencia en X y foco de producción de memes y comentarios que denuncian la improvisación y el desastre urbanístico de la ciudad. Este circo mediático comenzó cuando Gustavo Bolívar, exdirector de Prosperidad Social, hizo virales las imágenes de las estaciones temporales de la avenida Caracas en las que, los pilares de la obra del Metro atraviesan varios de los corredores y dificultan el acceso y el tránsito de quienes las utilizan. 

Frente a la denuncia, el alcalde Carlos Fernando Galán, respondió en su cuenta de X: “Aprovecho el interés (y el desconocimiento) del precandidato para contarle a la ciudad que estas son estaciones temporales. Las definitivas tendrán columnas pórtico como estas (…)” en la imagen que adjunta, se evidencia que en lugar de las actuales columnas hay unas diferentes que se ubican a lado y lado de la futura estación de Transmilenio. 

Por su parte, el director del Metro de Bogotá, Leónidas Narváez, también publicó: “Les sigo contando sobre estaciones temporales para Transmilenio, que cabe decir, distan mucho de las estaciones definitivas, que serán estaciones construidas con columnas ovaladas en pórtico, no circulares monopila, como las que hay entre una estación y otra”. 

No obstante, la aclaración no permite comprender exactamente qué es lo temporal, las columnas o los montajes reciclados de las estaciones, además eso temporal a cuánto tiempo se refiere ¿meses, años, décadas? Y, aunque en la discusión varios personajes de la política aprovecharon los 5 minutos de tendencia para exponer sus opiniones al respecto, la mayoría de habitantes de la ciudad saben que esta no ha sido la única improvisación de la obra. 

Ya van casi 4 años que la Empresa Metro de Bogotá viene deteriorando la calidad de vida de las y los bogotanos, desde múltiples dimensiones, la seguridad, la salud, la calidad del aire, el manejo ambiental y la planeación urbanística. Sin embargo, es evidente el respaldo de los grandes conglomerados económicos y de la información a favor de la obra, esta afirmación se deduce fácilmente ante la falta de análisis críticos y por el evidente sesgo de las publicaciones y sus titulares: “Obras de Línea 1 del Metro de Bogotá ya completó el 50%; el gerente reveló complejos retos que se vienen”, “Predios en Avenida Caracas se valorizarán entre 10% y 20% con el metro de Bogotá”, “El Metro de Bogotá: un sueño que se construye entre todos”. 

Así mismo, ha sido evidente el pago a diferentes figuras de la política, incluso de la izquierda, cómo olvidar el video de la senadora Clara López subida en el tramo de Bosa y Patio Bonito, en el que mencionó: “Ya llevan 49% de avance y cuidan de la naturaleza, los árboles que tienen que talar o afectar, si encuentran un nido con un huevo tienen que esperar a que nazca y a que salga volando”. 

Ambas perspectivas, las que enuncian los medios y las que enarbolan algunos políticos, son bastante falsas. Como somos un país sin memoria, vale la pena volver a hacer, a modo de memorial de agravios, un recuento de lo que han tenido que sufrir las comunidades del sur de la capital con las obras del Metro de Bogotá:

Demolición de hogares: En el año 2021, comenzó la compra de los predios, los habitantes fueron paulatinamente desocupando las viviendas y el tiempo pasó sin que se presentara oficialmente el proyecto en los barrios, principalmente de la localidad de Kennedy, Techotiba. No obstante, con el pasar de los días comenzó la pesadilla para los vecinos de estas viviendas, que tuvieron que soportar como otros llegaban a demoler estas casas para llevarse el material, con martillos y palos hicieron el trabajo por el que la empresa Metro le cobró a la ciudad, la demolición de las casas aledañas a la obra que ya habían sido compradas a las buenas y a las malas. 

No fue cosa de uno o dos días, fueron meses, en los que la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Alcaldía Local de la época en cabeza de Claudia López y Yeimy Carolina Agudelo, respectivamente, no hicieron ningún pronunciamiento al respecto. Las hordas de policías que en ese tiempo perseguían manifestantes tampoco garantizaron la seguridad de los habitantes de los barrios, que vieron cómo poco a poco la llegada de la empresa Metro hacía de sus vidas una pesadilla, así lo relató, en nuestra edición número 12, Rosa María Chaparro del barrio Camilo Torres, quien para la época había interpuesto varios derechos de petición: “Nosotros fuimos directamente afectados por la Empresa Metro de Bogotá, en el 2019 ellos vinieron, nos visitaron y nos dijeron que el predio iba a ser adquirido; de ahí en adelante se suscitaron una serie de problemas por cambios de personal, venían y nos decían que teníamos que alistar documentos, pero nunca se concretó nada. Ya se vino la pandemia y se perdió el acompañamiento personalizado, a mediados de marzo del 2020 nos pidieron el correo electrónico para entregar la resolución de la adquisición del inmueble, en ese momento mi mamá estaba viva, pero meses después falleció y eso generó que se alargara todo el proceso. Este año cuando vendieron los demás predios, Metro nunca vino, ni se acercó, ni se interesó por nuestra situación en particular. Llegó el día en que los vecinos fueron desocupando sus casas y en el momento más inesperado nos dimos cuenta que quedamos en medio de la nada, porque ni atrás, ni hacia los lados teníamos ya casas, llegaron y vandalizaron completamente. Nos acercamos a la Empresa Metro y pedimos un acompañamiento que nunca llegó”, la misma historia se repitió en otros barrios como Kennedy Central, Timiza, Britalia, Patio Bonito y El Amparo.

Salud física y mental: La empresa Metro ha obtenido permisos para construir durante casi las 24 horas del día, lo cual ha afectado a la población aledaña a la obra, debido no solo al ruido, sino también a la contaminación e incluso a las vibraciones.

También ha sido evidente la falta de pasos peatonales que faciliten el tránsito a la ciudadanía. Sumado al caos vial, especialmente en el sur de Bogotá, lo cual ha duplicado los tiempos de movilidad en la ciudad.

Dentro de las afectaciones a la salud también se cuenta la aparición de vectores o plagas, especialmente ratas en varias zonas de la ciudad. El mal manejo de residuos y residuos peligrosos por parte de la Empresa y las operaciones activas tan cercanas a los barrios, ha afectado la salud de trabajadores y ciudadanos, especialmente enfermedades respiratorias y cutáneas. 

Planeación urbanística: La falta de planeación y desarrollo urbanístico salta a la vista, no solo por el polémico caso de las “estaciones temporales”, de la columna del Metro que quedó a escasos metros de una vivienda o de las columnas que también quedaron a escasos metros y por encima del puente nuevo de la avenida 68 con Primero de Mayo. Lo que evidencia, así algunos no lo quieran aceptar, fallas en los estudios y en los diseños. 

Se suma también la desvalorización de las propiedades, la creación de espacios inseguros y la interferencia en el tejido urbano. 

Manejo ambiental: Quizás uno de los puntos más álgidos es el manejo ambiental que la Empresa Metro de Bogotá ha hecho de esta obra. La realidad dista mucho de lo que planteó la senadora Clara López, hace más de tres años cuando empezaron a talar importantes corredores ambientales, no lo hicieron tomando las medidas necesarias o esperando la eclosión de los huevos de las aves, cada vez más escasas en la ciudad. No, lo hicieron de manera subrepticia, en las noches, sin control ciudadano y sin planes de manejo de fauna, todo lo incumplieron. 

Además, de todas las irregularidades que fueron denunciadas en la edición 45 de El Callejero, sobre la carencia de un Plan de Manejo Ambiental. Vale la pena resaltar que, desde el año 2021, la Junta Administradora Local y organizaciones sociales ambientales de la localidad han hecho derechos de petición, solicitudes de información y han instaurado tutelas ante la Secretaría Distrital de Ambiente, con las cuales han podido hacer seguimiento a la construcción de la primera línea del Metro, más exactamente en el predio Gibraltar, donde se han presentado irregularidades, frente a la ejecución del Plan de Manejo Ambiental y Plan de Contingencia corroborados con la comunidad y la Secretaria Distrital de Ambiente, quien emite un concepto técnico que lo evidencia: 

“Gases: Aunque se considera que el proceso de desgasificación realizado por la EAAB alcanzó los criterios de finalización, es probable que se presenten acumulaciones puntuales o “bolsas” de gas que puedan ser identificadas durante las labores constructivas de la Empresa Metro Bogotá, esto a razón de la gran cantidad de materia orgánica en descomposición que aún se encuentra dentro del predio donde persiste la actividad biológica.  

Lixiviados: Teniendo en cuenta que el predio se manejó como un botadero sin ningún tipo de diseño de ingeniería durante aproximadamente 10 años (durante los años 80), producto de la descomposición de las basuras se generaron lixiviados que durante las excavaciones pueden ser encontrados, por lo que es importante gestionar este tipo de residuos líquidos, así como mezclas lixiviado-agua subterránea como residuo peligroso consecuente con lo estipulado en el Decreto 1076 de 2015 – Titulo 6.

Escorrentía: Dado que bajo la superficie del predio se ubica una gran cantidad de material antrópico en descomposición (basuras), así como lixiviados, y que el predio no cuenta con canales perimetrales para aguas lluvias, toda la escorrentía proveniente de dicha área debe ser gestionada como residuo peligroso consecuente con lo estipulado en el Decreto 1076 de 2015 – Titulo 6.

Material particulado y olores: Teniendo en cuenta que durante las labores constructivas será necesario realizar excavaciones que involucren la capa de relleno artificial antrópico (basuras), es necesario contar con un plan de manejo de olores ofensivos para ser implementado en caso que se evidencien durante las excavaciones, con el fin de evitar al máximo la afectación de la comunidad aledaña al predio. De igual forma deberá tener un manejo de material particulado que impida el reasentamiento del mismo en áreas vecinas.

Geotecnia: Es importante siempre tener en cuenta que el predio Gibraltar, al haberse usado durante los años 80 como un botadero a cielo abierto sin ningún tipo de diseño de ingeniería, no es un área estable geotécnicamente, como quiera que no se hizo una reconformación geotécnica, adicionalmente, aún se está presentando descomposición de la materia orgánica que el terreno pueda sufrir cambios en superficie. 

Manejo de excavaciones: Es importante tener en cuenta los resultados de los muestreos de suelo superficial en el predio (entre 5 cm y 1 m de profundidad), razón por la cual todo suelo o material antrópico o mezcla de estos que sea necesario retirar para las labores constructivas, deberá gestionarse como residuo peligroso consecuente con lo estipulado en el Decreto 1076 de 2015 – Titulo 6. Es importante resaltar que a mayores profundidades, el riesgo de encontrar mayores concentraciones de estos compuestos se eleva, dado que se encontrará directamente con la capa de basura.

(…) Adicionalmente, teniendo en cuenta la información sobreviniente evaluada en el presente concepto técnico, se evidencia que el suelo tiene presencia de sustancias en concentraciones que pueden llegar a presentar un riesgo para el trabajador de la construcción por plomo en el área 3, es necesario adelantar acciones de gestión de riesgo específicas para el polígono de intervención de la Primera Línea del Metro de Bogotá…”.

A causa de las diferentes denuncias realizadas y las visitas técnicas de la Secretaría Distrital de Ambiente, esta entidad emite un concepto técnico, que se ratifica en una respuesta a la solicitud de información instaurada por la edilesa, Diana Castro, y cuya respuesta del 11 de noviembre informa el concepto técnico que contiene los posibles incumplimientos y las posibles sanciones que puede llegar a tener la Empresa Metro. Sin embargo, al solicitar este documento por parte de la JAL, fue negada la solicitud al afirmar que aún no tiene un acto administrativo: “La dirección de control ambiental requirió a la Subdirección de Recurso Hídrico y del Suelo para que diera un alcance al concepto técnico en mención, con esta información esta dirección decidirá el mérito o no del inicio de un proceso sancionatorio ambiental en contra de la sociedad METRO LINEA 1 SAS, acogiendo el concepto técnico previamente citado”. 

Ya han pasado 7 meses y la JAL no ha recibido ninguna copia de este documento que ya tiene un número asignado, 09116 del 11 de octubre del 2024, emitido por la Dirección de Control Ambiental

Por lo cual, es posible que la Empresa Metro enfrente importantes sanciones por la exposición a metales pesados, residuos peligrosos y vectores a los que ha sometido a las comunidades de estos barrios populares de Bogotá. 

Lo que realmente preocupa es el encubrimiento por parte de la Alcaldía Mayor de Bogotá para que ninguna entidad se pronuncie sobre las fallas evidentes que está teniendo la Empresa Metro y los riesgos de detrimento patrimonial por falta de planeación.

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