«Memoria Viva»

La lucha contra la desaparición y el reclutamiento forzado. 

Por: Ana María Castellanos

 

 

David Estiven Fernández Soler, más conocido por su familia y amigos como Coco, fue presuntamente reclutado de manera forzada, desaparecido y asesinado por el Estado Mayor Central (EMC). Detrás de la vida de Coco quedaron sus luchas, quedó la olla, las pintas, los debates, quedaron sus amigos y amigas, todas las personas que lo acompañaron en cada marcha y encuentro. Su familia quedó esperándolo, en especial su hermana y su mamá que no han dejado de luchar por él desde el día en que se lo llevaron.

Sofía, su hermana, creció con el mismo espíritu de liderazgo y vocación. Ella es estudiante de economía, amante de los números, los debates, la radio comunitaria y la escritura. Sofía tuvo que pasar por uno de los horrores más grandes: perder a un ser querido a causa de  la guerra. Hoy conmemoramos la lucha que Sofía y los amigos y amigas de David Fernández mantienen por la pervivencia de su memoria.

Un duelo que nunca termina

Así describe Sofía la pérdida de su hermano. Para ella, la noticia del asesinato le arrebató lo último que le quedaba: la esperanza. Desde el año 2021, su hogar comenzó a fragmentarse cuando su hermano fue reclutado. Desde ese momento, su familia en compañía de otras colectividades que lo conocieron o que conocen su caso, se unieron para buscar justicia y para exigirle al Estado garantías para traerlo de vuelta.

Durante todo el proceso de búsqueda hubo actores armados que intentaron que sus familiares y amigos declinaran en la publicación de las denuncias, en las que contaban lo que había sucedido. En paralelo, dentro del ámbito legal surgía una disputa para tumbar la denuncia que se le había interpuesto al Estado, teniendo en cuenta que había todo un historial de las amenazas y agresiones físicas de las que había sido objeto David, presuntamente por grupos paramilitares.

El reclutamiento y la desaparición forzada rompe a las familias y a la comunidad que tiene que ver cómo, quien un día trabajó con tenacidad por transformar su realidad, al final su vida le fue arrebatada por la guerra. La idea de volver a ver vivos a quienes se llevaron es lo que muchas veces les queda a sus seres queridos y conocidos. Como menciona Sofía “ya nunca lo vas a volver a ver. Es una persona de la que nunca te pudiste despedir. Nunca le contaste las cosas que lograste. Es difícil estar en la casa y esperar a que alguien llegue. Es difícil sentarse en la mesa y saber que alguien falta […] el hecho de no tener un cuerpo y no poder hacer una despedida nos ha hecho más dolorosa toda esta situación’’.

Aquí, las entidades estatales tienen mucha responsabilidad en lo que pasó, pues nunca hubo una adecuada respuesta a las denuncias, que como ya se mencionó estableció David luego de múltiples amenazas e intimidaciones, pero tampoco cuando la familia solicitó información, en el desarrollo de las negociaciones entre el Gobierno y el Estado Mayor Central. Hoy, le siguen exigiendo al Gobierno Nacional y al presidente Gustavo Petro que les ayude a traer de vuelta el cuerpo de Coco.

Hacer Memoria Viva

Desde el colegio, Sofía estaba interesada en los temas sociales, así fue como se acercó a la radio comunitaria que tenía su escuela. Desde allí, a la par con la escritura, encontró una forma de manifestarse políticamente. Luego, su hermano fue llevándola a los espacios de encuentro donde hacían conmemoraciones, o entornos donde la idea de revolución iba acompañada con una olla, el arte y la palabra. Después de la desaparición de Coco, Sofía se acercó más a sus compañeros de causa: “Encontré en ellos como un pedacito de él’’ comenta.

En su proceso de duelo hubo actores clave para sobrellevar la pérdida, como lo fue la Fundación Nydia Erika Bautista quien les brindó asesoría jurídica, terapia psicológica y, sobretodo, acompañamiento. La mejor amiga de Coco, y otros amigos muy cercanos a él, han estado muy pendientes de su familia, y se han asegurado de cuidarles como lo hacía él.

A raíz de este acercamiento por el dolor de perderlo, surge el colectivo Memoria Viva. Este colectivo al cual Sofia pertenece, tiene por objeto estudiar la desaparición forzada en Colombia y el cómo hacer memoria. El colectivo ha procurado llevar estos ejercicios a la comunidad a través de galerías, charlas y también de brindar apoyo a familias que han tenido que vivir lo mismo que la familia y los amigos de Coco. Como explica Sofía “Hacemos memoria viva a él. No dejamos morir ese legado que nos dejó. Las ideas que nos dejó. Siempre estamos presentes en estos temas, esencialmente en la desaparición forzada’’.

Sofía resalta la importancia de no normalizar las situaciones de violencia a las que se enfrenta el territorio. Este país ha estado tan expuesto al dolor de la guerra que su mecanismo de defensa ha sido hacerla parte del paisaje. Es por esto que Memoria Viva es una iniciativa tan valiosa para seguir haciendo conciencia sobre lo que sucede en el país, para darle nombre, para darle un espacio donde llorarlo, donde recordarlo, y donde cambiar la dolorosa realidad. ‘’En algún momento espero transformar mi dolor en acompañamiento’’, menciona Sofía.

Si ustedes no se cuidan entre ustedes, nadie va a venir a cuidarlos

Le decía Sofía a su hermano y sus papás cuando aún estaban juntos. Para Sofía, la transformación de la sociedad tiene que partir de algo esencial: el cuidado y el amor con el otro. “A veces somos muy inconscientes y entonces tratamos mal al otro. Lo tratamos de manera agresiva, sin paciencia, sin cariño. Eso hace que la vida sea mucho más difícil […] Si todos tuviéramos ese poquito de cariño, ese poquito de amor para poder compartir, haríamos que la vida fuera más amena’’ indica Sofía.

Por otro lado, ve con preocupación cómo la sociedad que habitamos está fraccionada e individualizada, es consciente que ella misma estaba en una burbuja que estalló cuando se llevaron a Coco. Sofía veía los casos de desaparición forzada como algo lejano, es por esto que hace un llamado a la empatía y al cuidado del otro y más aún en estos tiempos crudos donde luchar por una Colombia diferente cuesta la vida. “Si nosotros no nos queremos entre nosotros y nosotros no estamos para nosotros, la vida se hace mucho más difícil, va a ser más dolorosa, y mucho más martirizante. No se pueden llevar las cosas así sin amor” decía Sofía.

A Coco: tu familia y amigos siguen luchando incansablemente para traer tu cuerpo y despedirte como lo mereces, siguen llevando tu recuerdo a donde quiera que vayan y como menciona Sofía, continuarán haciendo memoria viva de ti. A las familias de las víctimas: gracias por no desfallecer, ojalá un día encuentren consuelo para el dolor, y justicia para nuestras y nuestros jóvenes arrebatados.

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