En las últimas sema­nas se ha presentado un incremento en el pie de fuerza para Bogotá por parte de la Alcaldía Ma­yor. Es evidente que en la ciudad todos los días se incrementan los crímenes y las acciones delictivas en todas las localidades, lo que deja en claro que el pie de fuerza disponible no es suficiente porque mientras se cometen de­litos en un cuadrante, los demás quedan desprote­gidos y los policías no dan abasto.

En cifras llegaron 1398 policías para la ciu­dad, de acuerdo con la Alcaldía Mayor, los cua­les fueron repartidos de la siguiente manera: 1.000 para Transmilenio y 398 para el resto de la capital. Esta distribución raya en el absurdo y no garantiza la seguridad para los ca­pitalinos. Es absurdo por­que Transmilenio no in­vierte, pero sí recibe. Más del 95% de los dueños de este pésimo y catastrófico servicio llevan recibien­do privilegios y coimas desde varias administra­ciones anteriores, además el sistema solo le retorna a la ciudad el 5% de sus ganancias y no garantiza un sistema de seguridad y control eficiente con todos sus ingresos gene­rados. 95% de ganancias para brindarle a los ca­pitalinos un sistema que tiene a la ciudad en jaque con la cantidad de deli­tos, riñas y homicidios en la capital. Con este tipo de decisiones se condena a la ciudad a seguir hun­dida en la delincuencia que la acecha día a día.