«Respuestas que agreden»

Loa violencia silenciosa que todas y todos ejercemos hacia las mujeres.

Por: Las Situadas

 

 

En el 2024 se presentaron 745 feminicidios en Colombia, según cifras de la Defensoría del Pueblo. Un feminicidio es la manifestación más extrema de abuso y violencia contra las mujeres, ocurre cuando un hombre decide asesinar a una mujer por ser mujer. Según el Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), generalmente los feminicidios son perpetrados por parejas o exparejas sentimentales de la víctima y ocurren como consecuencia de otras violencias que la mujer ya estaba viviendo antes de ser asesinada.

Es decir, más de 700 mujeres que fueron víctimas de feminicidio el año pasado estaban enfrentando violencia antes de ser asesinadas. Es muy probable que esas mujeres hayan buscado ayuda de un familiar, amigo o institución y es más probable aún que las respuestas que recibieron al buscar ayuda las hayan hecho sentir culpables, avergonzadas o juzgadas.

Estas respuestas disminuyen la confianza y dignidad de las mujeres, reduciendo su intención de buscar ayuda y aislándolas en el proceso.

Lo más grave de este panorama, es que los imaginarios que existen entre los y las jóvenes de Latinoamérica parecen reforzar creencias violentas hacia las mujeres y las niñas de la región, según el Informe Rompiendo Moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres, realizado por OXFAM: “La normalización de la violencia llega a tal punto que el 86% de las y los jóvenes no intervendrían si un amigo le pega a su novia; es más, el 25% considera que sus amistades no intervendrían si la agresión ocurre en un espacio público”.

El informe también revela que el 84% de las mujeres y hombres jóvenes que participaron en el proceso “creen que la violencia contra las mujeres es producto de la desigualdad, pero no piensa que solucionar el problema está dentro de su ámbito de actuación”.

Ante una realidad que se presenta desesperanzadora para la vida digna de las mujeres, es importante recordar que aportar a la seguridad de las mujeres, a través de nuestras respuestas, es responsabilidad de todos, todas y todes: “Muchas víctimas se niegan a cooperar porque han recibido respuestas sociales negativas o debilitantes cuando hablaron de la violencia que estaban atravesando”, afirman Allan Wade y Cathy Richardson en el texto Respuestas sociales a las víctimas de delitos violentos.

Según esta investigación, en muchos casos, recibir respuestas sociales negativas resulta ser mucho más angustiante que la violencia misma. En contraste, una respuesta social positiva puede ayudar a las mujeres a ganar seguridad y recuperarse de las agresiones. Por esta razón, es imperativo que revisemos las respuestas que les ofrecemos a las mujeres que se encuentran a nuestro alrededor y que, posiblemente, están enfrentando violencia de género.

Somos respondedores sociales. Nuestras respuestas pueden alivianar la situación o profundizar las situaciones de riesgo que día a día enfrentan las mujeres ¿Tus respuestas son un espacio seguro para las mujeres que enfrentan violencias?

Para aportar a esta conversación, la Colectiva Situadas, en colaboración con El Callejero y la Beca Zarelia: Rompiendo Moldes, creó la cartilla interactiva ‘Mujeres Turbulentas’. En las páginas de este trabajo comunitario encontrarás cartas personales y reveladoras de diferentes mujeres que han enfrentado la violencia de género y hoy comparten las respuestas sociales que han recibido y las resistencias cotidianas que las ayudan a salir a flote en medio de una realidad que se presenta indigna y difícil para los sueños de las mujeres latinoamericanas.

Respuestas sociales que nos hicieron retroceder:

Hace mucho tiempo fui golpeada por mi pareja de ese entonces. Por consejo de otras personas, fui a denunciarlo en una comisaría de familia. Me atendió un funcionario hombre.

Mientras yo contaba mi historia llorando, él me coqueteaba y se burlaba de mí al mismo tiempo. Sentí que no valía la pena volver a denunciar a la persona que me golpeaba porque no me tomaron en serio, así que opté por defenderme yo sola.

Att: Anika

Respuestas sociales que nos ayudaron a avanzar

Una vez peleé con mi esposo y le dije que me iba a ir de la casa. Él me dijo que me fuera, que no le importaba.

Mi tía estaba ahí y le dijo que yo me podía ir a vivir con ella, que a ella sí le importaba y que allá íbamos a estar bien. Esa fue la única vez que me sentí apoyada por alguien más.

Att: Salome

Historias de nuestra resistencia a la violencia

Cuando sufría violencia decidía no contestar. Me callaba ante las agresiones, pero sí grababa con mi teléfono lo que vivía.

Le contaba a mis amigas, buscaba a las psicólogas de los colegios de mis hijos y ellas me orientaban sobre lo que podía hacer para salir de esa situación. Si yo pude, todas pueden. Todas podemos.

Hoy me felicito por salir de esas agresiones y alejarme del agresor. ¡Somos fuertes, somos valientes, somos todo lo que nos podamos imaginar!

Att: Nana

Encuentra aquí la cartilla completa: 

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