«Entrevista con Susana Muhamad»![]()
Por: El Callejero
En medio del inevitable panorama de las elecciones y ad portas de una consulta interna por parte del Pacto Histórico para elegir un candidato a la presidencia de la República, nos daremos a la tarea de traer cada mes una entrevista, un perfil o un análisis sobre las y los candidatos, en la medida en la que vaya avanzando la contienda electoral.
En esta ocasión, como periódico El Callejero, tuvimos la oportunidad de formularle algunas preguntas a la precandidata Susana Muhamad y esto fue lo que nos contestó:
Antes las diferentes reseñas y referencias que podemos encontrar sobre Susana Muhamad ¿Qué es lo que considera que la define como persona y en particular, en el escenario de la política colombiana?:
Yo soy una persona idealista, comprometida, con mucha vocación de servicio y sobre todo con mucha inspiración frente a la posibilidad de la acción colectiva. También, me motiva ver lo que se puede lograr si armonizáramos la vida social, política y económica con la naturaleza, para cerrar las brechas sociales y las injusticias. Ese es mi motor, también me define la integridad y el respeto por lo público, soy una persona comprometida con el poder social.
Cuéntenos un poco sobre su trayectoria profesional, su llegada al progresismo y el trabajo que realizó como secretaria de Ambiente de Bogotá, durante la alcaldía de Gustavo Petro:
¿Por qué estamos destruyendo la naturaleza y la vida en el proceso de desarrollo y por qué hay pobreza? Fueron dos preguntas claves que tuve desde muy joven y sobre las que indagué cuando salí de la universidad. Después de mucho tiempo he denominado esa etapa de mi vida como un viaje por el sistema, fueron 9 años fuera de Colombia trabajando en multinacionales de energías, en comunidades mineras, viviendo en Sudáfrica, Dinamarca, Holanda, viajando con activistas, y recibí muchas respuestas que pude sistematizar en mi maestría. Finalmente, llegué a la conclusión que la política era ese lugar donde debería darse esta lucha, porque vi que era una lucha de poder.
En el 2009, comienza mi vida política al lado del presidente Gustavo Petro, lo acompañé en la Alcaldía de Bogotá, en sus tres campañas presidenciales, siempre en los equipos programáticos. Estuve como secretaria de Ambiente de la ciudad de Bogotá, después como concejala y finalmente el presidente me llama para ser ministra de Ambiente en el primer Gobierno del Cambio.
En la alcaldía de Petro se propone la primera Política Pública sobre Cambio Climático en el país, se dejó el Plan Distrital de Cambio Climático; se buscó electrificar el transporte público; se trabajó en la recuperación de las quebradas; se recuperaron humedales y se trabajó el ordenamiento territorial; grandes luchas, incluida la del servicio de aseo para empoderar a los recicladores; grandes luchas que siempre estaban en frente de un capital que quería dominar ese sentido de lo público y yo creo que, desafortunadamente, perdimos la batalla una vez se acabó la alcaldía y no hemos podido volver a elegir un gobierno de izquierda durante tres períodos.
Como ministra de Ambiente se resaltan muchas acciones, por ejemplo, la COP16 que puso a Colombia a hablar de desarrollo sostenible y energías renovables a nivel internacional, la reducción de la deforestación, la restauración ecológica a gran escala, la inversión en proyectos ambientales, la justicia ambiental. Para usted ¿Qué fue lo más importante que hizo en el ministerio?:
Lo más importante que hizo el ministerio fue poner en el imaginario del país que su diversidad biológica era un activo y no un obstáculo. Demostrar cómo el país de la belleza combinaba el turismo con la lógica de la naturaleza, resaltando las diversidades culturales del país desde lo ambiental. Frenando la deforestación, teniendo las cifras más bajas en 23 años y, buscando a través de la creación del Fondo de la Vida y Biodiversidad que el gobierno pudiera emprender grandes macroproyectos ambientales que transformaran el territorio y realmente recuperaran ecosistemas complejos como la Amazonía, la Mojana, la Sierra Nevada de Santa Marta, la Sabana de Bogotá, entre otros.
También un ministerio que tuvo visibilidad política, vocería. Este fue uno de los corazones del Gobierno, gracias a la visión política del presidente, al poner el cambio climático como el principal tema de la agenda internacional del país.
Evidentemente, también la organización exitosa, en todo sentido, diplomático, organizativo, de participación social y comunitaria, de poder popular que fue la COP16, realmente es el evento diplomático más importante en la historia de Colombia.
Cómo sintetizaría su plan de Gobierno:
Lo que propongo para un segundo Gobierno del Cambio tiene lo que yo llamaría tres patas de la mesa. La primera, que consiste en la seguridad climática, implica garantizar el acceso a agua potable, a la seguridad y soberanía alimentaria, desde la aceleración de la reforma agraria, pero también del cambio de las condiciones de distribución y acceso a los alimentos y, sobre todo, con una política fuerte de agroecología.
En segundo lugar, generar economías para la vida y fomentarlas, las cuales deben tener un principio que no erosionan sino que fortalecen la seguridad climática del país. Ahí tenemos sectores como la agroecología, el sistema energético con renovables y en clave de industrialización, el fomento de turismo de naturaleza con base comunitaria y social, la industrialización de la transición energética del transporte, la economía del cuidado y la economía circular en las ciudades.
El tercer aspecto o pilar clave es lo territorial, lo que llamaría territorios del cuidado, en donde se puede articular la política social de la mano del poder popular para mejorar los indicadores de salud, de seguridad, de capacidad económica, educativa y cultural de la población. Para nosotros el ambiente y la cultura pasan a ser el centro de la transformación del país. Y, en lógica territorial, los microterritorios del cuidado, pero, también, en lo que llamaría las bioregiones que es esa interrelación urbano-rural. De lo que estamos hablando es de sembrar futuro, de enfrentar el capitalismo que explota y crea desigualdad y construir una alternativa cultural y ambiental que regenere la vida.