«Los corotos»

Bogotá, donde todos llegamos a buscar lo que falta.

Por: Diego Arévalo 

 

El corotero es una persona como usted o como yo o como cualquiera en el planeta. La única diferencia es que sus derechos son pisoteados o no se reconocen. Uno de los sitios donde es común encontrarlos es en el centro de la capital del país. La economía de estas personas siempre es al día, en una lucha constante en contra de las autoridades, que siempre buscan desplazarlos. Lo que la gente parece no entender es que estas personas deberían ser protegidas, porque todos esos objetos que venden son algo que usted en su hogar u oficina desechó, y ahora nuevamente es ofrecido como un objeto útil.

 Y entonces ¿Qué es un coroto? un coroto es un objeto que usted ha sacado de su casa como un bafle, un juguete, ropa y hasta alimentos empacados con fecha de caducidad, que son encontrados por los recicladores en las calles de la capital, en los barrios y son llevados a lugares de exhibición, lugares de rebusque. Los corotos son una contribución a la solución de los problemas ambientales, la gran pregunta es ¿por qué arremeter en contra de los recicladores y los coroteros que transforman esos objetos que iban a ir directamente a los rellenos? Las alcaldías locales deberían apoyar esta labor y mejorar las condiciones de vida de estas personas, que le están dando la oportunidad a estos objetos de ser renovados. Ya que después de haber estado en los hogares por 20 años y ser arrojados a la basura, un corotero los pone a vivir otros 20 años más, es decir que contribuye a disminuir la contaminación y los residuos en la ciudad.

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