En estos últimos meses en Colombia se ha abierto nuevamente el debate sobre el tema de la despenalización del aborto. Hace apenas unos días se esperaba la decisión histórica de la Corte Constitucional, que diera respuesta a la demanda interpuesta por Causa Justa, para que se elimine el delito del aborto en el Código Penal.

Sin embargo, la decisión quedó en puntos suspensivos y podría tardar hasta mediados del próximo año, dado que, a menos de un mes de la vacancia judicial, el magistrado Alejandro Linares se declaró impedido para participar en la decisión. En los próximos días la Corte deberá resolver si efectivamente acepta el impedimento o no, para poder designar a un conjuez y continuar con el debate y el proceso de votación.

Vale la pena resaltar que en Colombia la Corte Constitucional mediante la Sentencia C-355 de  2006 aprobó el aborto legal, únicamente en tres circunstancias: 

Cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer, certificada por un médico.

Cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida, certificada por un médico.

Cuando el embarazo sea el resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas, o de incesto.

En los demás casos, de acuerdo con el artículo 122 del Código Penal colombiano: “la mujer que causare su aborto o permitiere que otro se lo cause, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años. A la misma sanción estará sujeto quien, con el consentimiento de la mujer, realice la conducta prevista en el inciso anterior”.

Lo que hoy se debate en Colombia es la eliminación del delito, cada año más de 400 mujeres y niñas enfrentan cargos penales. Las mujeres son criminalizadas y perseguidas simplemente por tomar decisiones sobre sus cuerpos y sobre sus vidas. El deber del Estado, en lugar de perseguir, debería ser acompañar y garantizar las condiciones óptimas para la realización de este tipo de procedimientos que, cuando se realizan clandestinamente, ponen en riesgo la vida de miles de niñas y de mujeres todos los días.

Para darle una mirada más amplia a la discusión, es importante reconocer que en algunos países como Argentina, algunas regiones de México, Estados Unidos y varios países de Europa, el aborto ya es legal; por ende, lo que indican los estudios de organizaciones de derechos humanos es que, al contrario de los mitos que se han tejido alrededor de la legalización del aborto, por ejemplo, en países como Holanda, Bélgica, Alemania y Suiza donde el aborto es legal, se registran las tasas más bajas a nivel mundial. La mortalidad materna no aumenta porque las mujeres tienen acceso a procedimientos seguros. El aborto no causa cáncer de mama, la Organización Mundial de la Salud ha planteado en repetidas ocasiones que: «datos epidemiológicos sólidos no muestran ningún aumento en el riesgo de cáncer de mama para las mujeres después de un aborto espontáneo o inducido», además, cuando el aborto se legaliza y se ofrece un tratamiento integral para las niñas y las mujeres, se reducen las posibilidades de secuelas mentales.