La comunidad académica expresa su voz, pero quienes eligen a los rectores (as) de las instituciones de educación superior públicas son los integrantes de los Consejos Superiores Universitarios (CSU) y Consejos Directivos, conforme a lo establecido por la Ley 30 de 1992. En el caso de la Universidad Nacional de Colombia, el próximo jueves 21 de marzo, los ocho integrantes del CSU deberán designar al rector (decimos rector porque en esta ocasión los candidatos son diez hombres y ninguna mujer) para el periodo 2024-2027, tomando como base una preselección de cinco nombres, los cuales serán los ganadores de la consulta electrónica previa realizada a la comunidad académica.

Para las y los redactores de la Ley 30 de 1992, la “participación democrática” de la comunidad académica llega hasta la conformación de “una terna”, es decir, hasta expresar y/o respaldar una candidatura, pero en realidad la comunidad de las instituciones de educación superior rara vez tiene la voz en la elección de sus autoridades.  En este sentido ¿Dónde queda la autonomía universitaria?

A excepción de casos como los de la Universidad de Nariño y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, en ninguna universidad o institución técnica y tecnológica se considera la opinión de estudiantes, profesores y egresados. Esto se debe a que las consultas realizadas carecen de carácter vinculante, dejando la decisión final en manos de los Consejos Directivos y Consejos Superiores Universitarios. Un ejemplo claro de esta problemática se evidencia en los resultados de la designación de rectoría en la Universidad Nacional de Colombia en la última década:

Después de dos periodos consecutivos del exrector Moisés Wasserman, en 2012, se designó a Ignacio Mantilla, a pesar de que en la consulta a la comunidad académica el actual candidato Leopoldo Múnera fue quien tuvo la mayoría de votos. En 2015, no obstante, en la consulta Mario Hernández figuraba como el ganador, la decisión final fue reelegir al rector Mantilla.

La situación se tornó aún más evidente en 2018, cuando Dolly Montoya fue designada como rectora, a pesar de haber obtenido la votación más baja y haber sido la última candidata en ser ternada. En 2021, de nuevo el Consejo Superior Universitario optó por reelegir rectora, a pesar de que Dolly Montoya habría sido superada por el voto en blanco.

La historia de designación de rector o rectora ya la conocemos, porque la misma se repite cada 3 años: La comunidad académica se expresa y el CSU la ignora.

La comunidad académica está cansada de ser requerida para legitimar decisiones, pero no ser parte de ellas. Ser consultados no equivale a que exista participación democrática. Por ello, hoy, como cada 3 años, egresados, docentes y estudiantes nos unimos para instar a los y las 8 integrantes del CSU a que su voto refleje lo expresado en la Consulta Electrónica Previa, que se llevará a cabo el próximo martes 12 de marzo. Que el año 2024 sea histórico y el CSU haga vinculante la Consulta: que se escuchen y se tomen en cuenta las expresiones de la comunidad académica de las sedes de frontera, que la elección de la rectoría sea resultado de los compromisos y propuestas de campaña con la comunidad universitaria, orientados a formar las y los profesionales que la sociedad necesita, y, sobre todo, que este sea el primer paso hacia el avance en la construcción de la democracia universitaria en Colombia.

Esta situación nos lleva, una vez más, a discutir sobre democracia universitaria y nos recuerda la necesidad de ir más allá de la Ley 30 de 1992, la cual no responde a la realidad de las Instituciones de Educación Superior, las cuales también demandan mejores asignaciones presupuestales, garantías de bienestar y políticas de género que nos permitan habitar campus universitarios seguros. Nuestra victoria real es la construcción de la nueva Ley de Educación Superior y la Ley Estatutaria que reconoce la educación como derecho fundamental (que actualmente se discute en el Congreso de la República) y bien común al servicio del pueblo y de un país en paz con justicia social.

Nota 1: Invitamos a la comunidad académica (docentes, egresados y estudiantes) a manifestarse en una solicitud colectiva que le hacemos a los y las integrantes del Consejo Superior Universitario para que su voto en la designación de rector sea la reflejada en los resultados de la Consulta Previa Electrónica.

Nota 2: Al momento del cierre de esta edición fue elegido como rector de la Universidad Nacional José Ismael Peña, un ingeniero de sistemas egresado de la misma universidad, doctorado en Ciencias de Gestión de la Universidad de Grenoble (Francia);  quien habría obtenido la votación más baja por parte de estudiantes, docentes y egresados, apenas el 8.3%, frente al 34.3% obtenido por el profesor Leopoldo Múnera, en una votación en la que participaron 2.321 docentes, 24.669 estudiantes y 9.617 egresados. No fue posible cambiar el titular y nuevamente triunfaron intereses externos a la comunidad académica.

Vale la pena recordar que la elección fue dada por el Consejo Superior conformado por: la Ministra de Educación, Aurora Vergara; dos miembros de la universidad designados por el Presidente, ambos estudiantes de la institución; Humberto Rosanía; un exrector de la institución, Ignacio Mantilla; un integrante designado por el Consejo Académico, Verónica Botero, decana de la facultad de Minas; un representante elegido por los profesores, Diego Torres, de la facultad de Ciencias y otro elegido por los estudiantes, Sara Jiménez.