Esta edición del periódico El Callejero es la primera desde que se instaló formalmente el nuevo gobierno, después de que resultara ganador en las elecciones presidenciales, en segunda vuelta, el pasado 19 de junio, Gustavo Petro y fuera posesionado el 7 de agosto en una fiesta popular sin precedentes en la historia de Colombia.

Una fiesta que desde tempranas horas de la mañana reunió a más de 1.000 artistas de todo el país en una celebración en el centro de la capital, en la que hubo comparsas, conciertos y más que todo una gran diversidad, ejemplo de ese país pluriétnico y multicultural que declara la Constitución del 1991. Cerca de las 11:00 a.m., la plaza de Bolívar no daba abasto, así como la plaza de la Independencia, la plaza Santander y las Aguas.

Cuando comenzó el discurso, este mismo pueblo, que tantas veces se tapó los oídos y cerró los ojos, puso atención a cada palabra y las sonrisas, los reproches e incluso las lágrimas brotaron por doquier. Este pueblo por siglos silencioso se enardeció por la salida de la espada de Bolívar y por el legado de Pizarro, quizá la pasión, la sangre o la memoria de siglos de opresión fue la que se escuchó esa tarde soleada, como pocas en Bogotá.

La responsabilidad de Petro es inmensa, hoy por primera vez miles de nadies, de mujeres, de campesinos, de víctimas, de oprimidos y de excluidos esperan reformas que los dignifiquen y que les den un nombre y un lugar en este país que históricamente los ha marginado.

Hoy como nunca antes la gente espera cambios reales que permitan que la inequidad y que la desigualdad cierre la brecha y que por fin se consiga la paz.

En este nuevo número se abordan diversos temas. El primero de ellos, la reforma tributaria, una reforma polémica que algunos ya celebran y defienden a capa y espada, pero que termina siendo abiertamente conservadora al no representar cambios reales en la forma de tributación, con un ministro de Hacienda abiertamente de centro. Sin embargo, desde el periódico se escucharon diferentes voces, entre ellas la del viceministro de Hacienda y se traen algunos análisis con respecto a esta nueva reforma.

En la misma sección se realiza un análisis sobre los presupuestos participativos y lo lesivos que han resultado para el ejercicio de participación social y comunitaria en Bogotá.

En la sección Reciclando, por un lado, se abordan las consecuencias de los contenedores instalados en la anterior administración de Peñalosa, así como lo costoso e inconveniente de los nuevos soterrados, implementados por la alcaldesa Claudia López. Además, todas las indicaciones sobre el registro de carreteros que al parecer espera iniciar con un plan de sustitución de las carretas de tracción humana.

Como tema central la ALO Sur, un proyecto que comienza a ser implementado y que levanta en su contra la voz de los ambientalistas y de la comunidad que tendrá que comenzar a soportar la huella de contaminación de miles de carros transitando a pocos metros de su casa.

En la sección Comunicación para la Reconciliación, se realiza la tercera entrega sobre la comunidad Wounaan, se aborda desde un enfoque de género y se hace la segunda entrega de la historia de Octavio, un reincorporado de una antigua guerrilla.

En Contando, se realiza un reportaje sobre las expresiones artísticas de las comunidades indígenas del Putumayo, así como del legado de la paz, que se expone en los próximos meses en la Red de Bibliotecas de Bogotá (BIBLORED).

Por último, en Informando, se tratan temas de interés local como la actual problemática de los bicitaxistas y el pésimo servicio de recolección de basuras en el suroccidente de la capital.

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