«Editorial»

Por: El Callejero

 

 

Con esta segunda edición de las Series Ambientales del periódico El Callejero, queremos como en la anterior lograr generar otro tipo de interacción de los lectores con el territorio, esta vez desde la reflexión sobre la avifauna y su relación directa con el cuidado de la flora local, una lectura que, aunque sigue siendo fragmentada, espera al menos aportar a la construcción de esa memoria ambiental del territorio Techotiba y a la visibilización de todas las especies que allí habitan.

Esta edición es un grito, que esperamos no resuene en el silencio de la administración, sino que haga eco en la mente y en el corazón de las personas, en la búsqueda de esa empatía por los miles de seres que están muriendo y siendo desplazados por las nefastas obras de la administración actual, un grito por toda la flora y la fauna local endémica, nativa y migratoria, conformada por insectos, reptiles, aves, mamíferos, peces, anfibios, árboles, arbustos y todos los seres cuyas vidas están en riesgo por la desaparición del bosque Bavaria, de la ronda del río Bogotá, del corredor de árboles de la avenida 68, avenida Primero de Mayo, avenida Ciudad de Cali y avenida Villavicencio en el afán devastador de la alcaldesa por el “progreso”, que al día de hoy solo sume al sur de la ciudad en condiciones indignas de vida, de movilidad y medio ambientales, por la contaminación del aire, la contaminación visual y la contaminación auditiva que hoy acarrea la ejecución de todas estas obras.

Mientras el gobierno nacional firma en el Congreso acuerdos como el de Escazú que defiende a los líderes ambientales y a sus territorios, en Kennedy-Techotiba el gobierno distrital les da la espalda y los deja a merced de concesionarios que se adueñaron de las tierras, de servicios de policía paramilitarizados y de abogados que se inventan todo tipo de triquiñuelas para cambiar los suelos que están o que deberían estar protegidos.

Hace pocos días el presidente de la república Gustavo Petro levantó su voz ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y expresó la inconformidad que por siglos ha tenido que sufrir el pueblo colombiano, por las pésimas políticas sobre el control de drogas que han llegado importadas desde los Estados Unidos y hacía un llamado para descarbonizar el planeta, un llamado realmente por el cuidado de la naturaleza, de la biodiversidad, de las especies y de los territorios. Si esa es la voz de Colombia que resuena en el exterior, la pregunta es ¿qué nos pasa en el interior? Y ¿por qué no se respeta la autonomía de las comunidades y de los pueblos del sur de la capital? Un sur creado por miles de manos de víctimas, de comunidades indígenas, afros, palenqueras, raízales, desplazadas, de mujeres, de niños y de niñas y de reincorporados cuya esperanza hoy se encuentra entre el gobierno nacional y un año más de administración local y distrital que va a dejar la ciudad devastada y probablemente quebrada.

El llamado es que esa belleza no se vea ensangrentada con la vida de las miles de especies que aún transitan por estos territorios, retomamos a continuación un fragmento del discurso presidencial y los y las invitamos a leer este nuevo número que habla de aves, de semillas, de colectivos, de luchas territoriales, de víctimas y de personas que día a día luchan por hacer de este pedazo en el que nacieron un lugar mejor:

“Vengo de uno de los tres países más bellos de la Tierra.

Allí hay una explosión de vida. Miles de especies multicolores en los mares, en los cielos, en las tierras… vengo de la tierra de las mariposas amarillas y de la magia. Allí en las montañas y valles de todos los verdes, no solo bajan las aguas abundantes, bajan también los torrentes de la sangre. Vengo de un país de belleza ensangrentada.

Mi país no solo es bello, es también violento.

¿Cómo puede conjugarse la belleza con la muerte?, ¿Cómo puede erupcionar la biodiversidad de la vida con las danzas de la muerte y el horror? ¿Quién es el culpable de romper el encanto con el terror?

¿Quién o qué es el responsable de ahogar la vida en las decisiones rutinarias de la riqueza y del interés? ¿Quién nos lleva a la destrucción como nación y como pueblo?

Mi país es bello porque tiene la Selva Amazónica, la del Chocó, las aguas, las cordilleras de los Andes, y los océanos” (Discurso presidencial).

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