Esta nueva edición del periódico El Callejero es todo un reto en medio de la agenda informativa que los grandes medios de co­municación han buscado imponer y en resistencia a lo que muchos sectores del mundo digital han decidido seguir, respon­der y alargar. A lo que nos referimos es a todo el embrollo en el que se viene vinculando tanto al presidente de la república como a sus funcionarios y, ¿por qué no abordamos el mismo tema? porque consideramos que está agotado, que es evidente la posición parcializada de la Fiscalía y la debi­lidad de las fuentes de información y de inves­tigación que se han con­siderado legítimas. Ade­más, porque cada vez se corrobora más la versión del golpe blando, ese que de a poco viene sumando detractores e inconfor­mes de un gobierno sin poder, que busca avan­zar en las reformas y las propuestas del cambio en medio de algo más que un clima adverso, un sistema minuciosamente elabora­do para operar en contra del pueblo y a favor de unos pocos, llámense em­presas, multinacionales o plutócratas.

Lo real y lo tangible fue la enorme moviliza­ción que se registró en las principales ciudades del país a favor del pre­sidente y sus reformas, en medio de todas las fuentes adversas y de la manipulación de la infor­mación que, a hoy, tiene plagada no solo la tele­visión y sus tres franjas de noticias, en todos los canales, sino también las redes sociales e incluso las notificaciones vía ce­lular de algunos medios de información, un bom­bardeo de noticias falsas que generan zozobra y la sensación de vivir en un estado fallido ad portas de una guerra inminente.

No obstante, el men­saje del presidente el 7 de junio, en medio de las multitudes y protegido por ellas, fue claro, “¡Va­mos por un trabajo dig­no, vamos por una salud en las casas de la gente, gratuita y para toda la población!” e instó a la organización de las asam­bleas populares, que no deberían ser más que la posibilidad y la mate­rialización de la política pública desde el pueblo y para el pueblo.

En esta edición se abordan diferentes temá­ticas, abrimos este núme­ro con un análisis sobre lo que viene sucediendo en la localidad de Ken­nedy-Techotiba, en una administración que se supone ha invertido mi­les de millones de pesos en reverdecer a Bogotá, no obstante, decisiones como la de desaparecer el Canal de la 43, su agua y la vida que se extendía a su alrededor, plantean todo lo contrario. Pos­teriormente, se trabaja sobre algunos puntos que permitan comenzar a pensar y a crear orde­namientos territoriales y gobernanza de la mano de las luchas populares en los territorios.

También, se plantea la experiencia de las Emi­soras de Paz, un escenario de participación, resulta­do del Acuerdo de Paz fir­mado entre el gobierno y las antiguas Farc.

En este número, se informa sobre la alerta por violencias basadas en género, con datos alar­mantes sobre los distin­tos tipos de violencia que sufren las mujeres en Bogotá y las cifras de los primeros cuatro meses del año.

A continuación, se plantea el panorama pre­cario de los trabajadores contratados por presta­ción de servicios en en­tidades del Estado, par­ticularmente, del sector cultura. Y, como página central se aborda el Acto Legislativo por el cual se reconoce al campesinado como sujeto de derecho y la aprobación de la Juris­dicción Agraria y Rural.

Las últimas páginas del periódico recogen al­gunas voces y experien­cias de artistas locales y las denuncias e invita­ciones que hizo la comu­nidad en el Escuchadero de El Callejero, una es­trategia por diversifi­car la comunicación en la localidad.

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