Esta nueva edición de El Callejero llega en tiempos no tan usuales en nuestra periodicidad, dado que, regularmente, publicamos en diciembre y enero es el mes en el que nuestro equipo de trabajo descansa y se prepara para un nuevo año. Sin embargo, mientras la mayoría celebraba las fiestas decembrinas y aprovechaba el tiempo para compartir en familia, para ir a otros lugares, salir de la rutina o simplemente para quedarse en la casa, nosotros, o bueno, algunos de nosotros, estuvimos abocados a uno de los momentos más complejos de la vida, no solamente la muerte, sino el proceso para llegar a ella, ese duro tránsito en el que el espíritu y el cuerpo se aferran a lo terrenal, mientras la enfermedad y el nefasto servicio médico de este país insiste en acercarnos a ella. Los días no solo fueron difíciles por ver el deterioro de la persona que amábamos, sino por tener que confrontar todas las dificultades de un supuesto equipo médico de enfermeras, intensivistas, médicos paliativos, oncólogos y una parafernalia de especialistas que hicieron de un momento que debería haber sido más humano, todo un tránsito de dolor, en el que día a día nos hicieron perder la esperanza.

Y aunque sabemos que es una situación ineludible, que la muerte es lo único asegurado que tenemos todos los seres que estamos vivos sobre esta tierra, el camino para llegar a ella y el desenlace siguen siendo al fin, ese momento en el que el absurdo se hace evidente, porque la ausencia y la desaparición de lo físico parece una cuestión irracional. El dolor, la confusión y la memoria hacen lo suyo para que los días no sean livianos sino pesados y que finalmente lo que era cotidiano deje de serlo, quizás sí logramos romper la rutina en este mes que estuvimos ausentes.

Y aunque seguramente nadie nos está preguntando o quizás nosotros ni siquiera queramos contestar, queríamos hacer este fragmento del editorial no solo como excusa de la no edición del mes de diciembre sino como un homenaje a la muerte y a los muertos, a aquellos que preferimos dejar sin nombre, pero que sembraron y cuidaron de nosotros, que nos dedicaron el tiempo y el amor suficientes para permitirnos ser las personas que somos hoy en día y mantenernos leales a nosotros mismos, en un mundo en el que la mayoría está dispuesto a perderse en el afán por ser o por tener más.

Así, seguimos en esta lucha y les presentamos finalmente esta nueva edición del periódico El Callejero con la que abrimos este año 2024, con toda la intención y la expectativa de seguir investigando y llevando información que se salga de la agenda informativa y que permita discutir sobre diferentes temas y reconocer otras realidades que se salen del espectro informativo de los grandes medios de comunicación y de la propaganda oficial. Es por eso que, para este año, ampliamos nuestro equipo de trabajo y sumamos nuevas voces para que se siga diversificando el análisis y la opinión, no de la realidad nacional, sino de las perspectivas de la realidad que podemos llegar a construir desde este rincón de la comunicación.

Reconociendo que la construcción de enemigos no es el objetivo de este ejercicio de comunicación popular, sino por el contrario, es una invitación a la reflexión y al análisis sobre una agenda sumamente amplia de situaciones que suceden a nivel internacional, nacional, distrital y local. Queremos, además, seguir enfatizando en la importancia de la construcción de una comunicación para la paz, que permita de manera respetuosa y reflexiva entender la realidad, en un mundo que opta cada vez más por dejar de lado el análisis y las bases democráticas y que parece querer tomar rápidamente el camino de la guerra y de la autodestrucción, no queremos ser nosotros quienes sembremos la semilla del odio en medio de la información que generamos. 

Los y las invitamos a que visiten nuestras redes sociales Facebook e Instagram @periodicoelcallejero y nuestra página web www.elcallejero.com.co También abrimos nuestras páginas para que hagan parte de esta red de periodistas independientes enviando sus artículos al correo: elcallejeroperiodico@gmail.com ¡No olviden apoyar esta red de comunicación popular, comunitaria y alternativa desde las calles de Techotiba!