Para Rafael Yockteng, peruano, que llegó a los 4 años a Bogotá, Eloísa es un personaje con el cual se siente fuertemente identificado. La historia y la ilustración de Eloísa van de la mano, ella nos cuenta sobre su llegada a una ciudad muy extraña y muy diferente a la que habitaba antes, este mundo al que acaba de llegar es sorprendente, pero ella no se siente nada bien, alrededor todos son “bichos raros”, Yockteng los ilustra como insectos, en ese punto logra relacionar el texto con la imagen y darnos una idea de lo que siente y experimenta Eloísa, para ella todos son anormales, se ven, hablan, actúan de una manera muy distinta a la que ella lo hace. Con el pasar de los días se va adaptando y descubre que, aunque ni ella ni su papá pueden olvidar todo lo que dejaron atrás, sí pueden rehacer su vida, el cuento termina en la voz de Eloísa quien dice: “Es verdad que no nací aquí, pero en este lugar aprendí a vivir” y de pronto los bichos raros de las ilustraciones, dejan de serlo y se parecen más a ella.