En esta oportunidad, conversamos con Emmanuel Escobar, fundador de la Fundación Humedales Bogotá, quien desde hace 12 años, inspirado por el activismo ambiental de la década de los noventa y por un sentido socioambiental, decidió impulsar la creación de esta fundación defensora de los humedales desde un enfoque de educación ambiental, haciendo seguimiento a las problemáticas que vive cada uno de estos ecosistemas y, también, divulgando todo lo que en ellos sucede y las enormes potencialidades que tienen: “En los últimos cinco años hemos plantado más de 30.000 árboles y colaborado en más de 500 artículos que divulgan información de manera gratuita sobre los humedales”. Aportando su mirada positiva sobre la situación ambiental: “En Bogotá todavía existen comadrejas, curies y la margarita de pantano, que solo se ve en el humedal la Conejera”.

La importancia de estos ecosistemas para Bogotá se podría expresar en cinco puntos:

1. Regulación del ciclo hídrico, desde la acumulación de agua y siendo reserva de la misma.
2. Mejoramiento de la calidad del aire, captura de CO2 y generación de oxígeno.
3. Conservación de la biodiversidad.
4. Espacios pedagógicos, al ser aulas vivas.
5. Espacios para la salud, tanto física como mental.

En el caso específico del humedal El Burro, nos cuenta Emmanuel que: “se dio una problemática, siendo usado como botadero de Gibraltar. Hasta que las personas que defendieron los humedales en los noventa empezaron a reclamar por él, logrando defenderlo y comenzando su recuperación ecológica. Desde entonces, ha venido recuperándose”.

Al preguntarle sobre el cómo se involucra la comunidad aledaña de la localidad de Kennedy y en particular la comunidad de los barrios como Patio Bonito, en el cuidado y mantenimiento del Humedal El Burro, Emmanuel explicó: “Desde colectivos y organizaciones se realiza un trabajo de integración con la comunidad mediante diferentes actividades ofrecidas al público. En el caso de la Fundación Humedales Bogotá se realizan programas de servicio social y voluntariados, en estos programas hemos realizado diferentes acciones como cosechas, un hotel de insectos, recolección de residuos, podar pasto, realizar caminatas ecológicas, entre otras más. Igualmente, desde la Alcaldía se realiza un proceso de contratación de un administrador a cada humedal y un intérprete, el cual es el guía de los grupos que deseen asistir al humedal”.

Sobre la fauna y flora del Humedal El Burro y cómo esta afecta o beneficia a la comunidad, Emmanuel nos comentó: “El humedal El Burro se ha recuperado significativamente en la cantidad de fauna y flora. Los espejos de agua que solía tener, que se hallaban cubiertos de basura, se volvieron a abrir. Hace 13 años estos no eran observables y lo único visible era la basura que los tapaba. Gracias a la restauración de los espejos de agua, la fauna regresó y aumentó en el humedal. Actualmente, el humedal se halla en el octavo puesto en mayor cantidad de aves registradas durante los últimos 30 años entre los 17 humedales oficiales de Bogotá. Desde el último registro realizado en 2022, se cuenta con 98 especies de aves. En cuanto a la flora, anteriormente solo se hallaba pasto alrededor del humedal. Con el proceso de restablecimiento, se inició la siembra de árboles, a tal punto que se considera el humedal rodeado por un bosque, y con esto el ecosistema del mismo se expande”.

Aparte de esto, Emmanuel también destaca las iniciativas para el registro de especies en el humedal: “Desde la pandemia, la Fundación realiza una iniciativa de documentación de la cantidad de aves en los humedales, sistematizando con referentes toda esta información, agregándole datos obtenidos desde aplicaciones de ciencia ciudadana como NaturalistaCO y Ebird, donde las personas pueden subir cualquier observación de biodiversidad desde cualquier lugar del mundo y, también, con los registros hechos públicos por la Alcaldía y la Secretaría Ambiental acerca del avistamiento de especies en humedales de Bogotá. Esta información fue publicada en la página NaturalistaCO para acceso público y gratuito”.

Para concluir, Emmanuel envió un mensaje sobre la importancia de los humedales: “Hay que luchar desde la ciudadanía activa, participando en los espacios, empoderándose de estos sitios y generando más espacios de integración comunitaria. Los esfuerzos no deben quedarse solamente en lo pasivo; aunque estos aporten, se llama a una lucha ambiental activa con la participación de la generación actual”.