«En defensa del patrimonio»

Ante la amenaza de desalojo por parte de Transmilenio y el IDU

Por: Huerta El Tunjo

 

 

 

El pasado 10 de abril, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) pretendió, de manera inapropiada y sin dar previo aviso a la comunidad, expropiar un terreno en el cual funcionan tres canchas de fútbol (las más grandes de la localidad de Tunjuelito y el único espacio verde del barrio San Vicente) y la huerta urbana El Tunjo, que se han venido construyendo con la comunidad desde hace más de tres años, en busca de alternativas de soberanía alimentaria y educación ambiental. Esta amenaza de expropiación por parte del IDU, desplazaría a más de 500 niñas y niños que hacen parte de las nueve escuelas de fútbol y ven en este deporte un catalizador que trasciende las barreras socioeconómicas, al tiempo que, potencializa sus habilidades físicas.

Por otro lado, vulnera un principio constitucional, el derecho colectivo y fundamental a un ambiente sano, al privar a la comunidad de las pocas zonas verdes vivas que aún permanecen. Las instituciones ignoran, convenientemente, la importancia de la estructura ecológica presente en el predio, que es atravesado por dos canales del río Tunjuelito y que, a su vez, se conecta hidráulicamente con el complejo de humedales El Tunjo; que hizo parte del Resguardo del Tunjuelo, y la importancia espiritual de los espejos de agua del Complejo de Humedales El Tunjo, esta zona hace parte de los Sitios Sagrados de la Comunidad Muisca reconocidos según Resolución 2664 del 4 de diciembre de 2023 de la Secretaría Distrital de Planeación. Se trata de una zona de pagamento que se ha recuperado de forma comunitaria y que busca mantener la relación con la tierra, con el alimento y con la vida, desde la recuperación de usos y costumbres ancestrales, en relación a cómo entendemos la tierra y el territorio.

El accionar de las entidades distritales tiene la intención de beneficiar políticas privatizadoras y totalmente nocivas para el ambiente, específicamente la ampliación del patio taller de Transmilenio, proyecto “Laguna II” que intensificará la problemática de la pésima calidad del aire existente en la localidad.

La comunidad ya completa varios días en el territorio, sentando un precedente de inconformidad y digna resistencia, cada vez son más los residentes de Tunjuelito que se han unido a esta lucha con pancartas en mano y voces de protesta con poco o nulo acompañamiento institucional que brinde garantías de seguridad y acceso a la información sobre el futuro del predio.

La exigencia a las autoridades locales y a las entidades pertinentes es a que reconsideren su decisión y valoren el significado que la huerta El Tunjo y sus canchas tienen en la vida de la comunidad.

Esta es nuestra tercera batalla, desde 2018 contamos con la determinación y el compromiso de los habitantes de Tunjuelito para resistir este proyecto de Transmilenio. En un mundo cada vez más urbanizado, espacios como El Tunjo son más que simples parcelas de tierra; son refugios de esperanza y resistencia, donde la comunidad se reúne para sembrar, no solo alimentos, sino también sueños de un futuro mejor.

La primera mesa de diálogo entre la comunidad de Tunjuelito, representantes de Transmilenio y el IDU tuvo lugar el pasado 15 de abril de 2024 en el salón comunal de San Vicente Ferrer. En esta reunión, asistieron personas delegadas de ambas entidades, así como miembros de la comunidad. Durante la sesión, la comunidad expresó con firmeza su posición respecto a la huerta El Tunjo, destacando su importancia como patrimonio ambiental y espacio vital para el desarrollo comunitario. Una de las intervenciones más conmovedoras provino de una niña apasionada por el fútbol, quien compartió cómo la cancha ha sido un refugio para ella y sus compañeros, brindándoles oportunidades de recreación y superación personal, incluso en medio de circunstancias adversas.

A pesar de las múltiples voces que defendieron el territorio y solicitaron la protección de la huerta y las canchas, los representantes de Transmilenio y el IDU parecieron no tomar nota de las preocupaciones y argumentos presentados por la comunidad. Al final de la reunión, se informó que las entidades llevarían la discusión a sus superiores, sin proporcionar garantías concretas sobre el futuro de estos espacios comunitarios.

Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó más tarde, cuando un representante del IDU mencionó, una vez que la comunidad se estaba retirando, quedando unos pocos en la reunión, que el desalojo era inevitable y que, por el momento, se permitiría que la huerta y la cancha continúen operando hasta que se lleve a cabo el desalojo definitivo.

Este giro de los acontecimientos dejó perpleja a la comunidad, que se sintió desprotegida y desamparada frente a la falta de respaldo por parte de las autoridades. La ausencia de representantes de la Personería, Secretaría de Ambiente y de otros entes encargados de velar por los derechos de la comunidad también generó malestar y cuestionamientos sobre la transparencia del proceso.

Ante esta situación, la comunidad de Tunjuelito reafirma su compromiso de defender su patrimonio ambiental y deportivo, y continúa en pie de lucha para garantizar que la huerta El Tunjo y las canchas de fútbol sigan siendo parte integral de la vida comunitaria.

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