«Entre tinto y tinto»

Diario de una vendedora de café.  

Por: Yamile Valencia

 

 

El tinto es una forma coloquial en la que los colombianos nombramos el café que nos acompaña durante todo el día. Ese café hace parte de nuestra vida cotidiana, lo tomamos en las mañanas, nos da fuerzas para salir a trabajar y, al parecer, todo funciona mejor después de tomarse una buena cantidad.

Por eso decidí montar mi negocio independiente y alegrar las mañanas de cientos de personas, que todos los días recorren las calles del Cartuchito, con esta bebida mágica que ilumina nuestros días.

Trabajo de martes a domingo. Mi jornada comienza a las 2:00 a.m. mientras me organizo para salir a trabajar, pongo a hacer todo lo de la venta, que, además del nombrado tinto, incluye el perico, la maicena, el chocolate, la aromática y los panes, organizo todo en el carrito para salir a trabajar. Pero como no todo son las ventas, también debo preparar a los niños para llevarlos al colegio a las 6:00 a.m. y de ahí salir rápidamente a trabajar hasta las 10:30 a.m. para lograr recogerlos al medio día.

La rutina cambia si hay alguien en la casa que me ayude con los niños, en ese caso, me levanto a la 1:00 a.m. y salgo a trabajar desde las 4:00 a.m. 

Los sábados y los domingos son los mejores días, por eso madrugo un poquito más y vendo hasta las 11:00 a.m. Finalmente llego a la casa y comparto con mis niños, hacemos el almuerzo, arreglamos la casa, hacemos las tareas y en la tarde, nuevamente pienso en el trabajo, salgo a comprar el surtido y alisto todo lo que necesito para ir a trabajar al otro día. En promedio quedo desocupada a las 9:30 p.m. cuando al fin hay tiempo para descansar, eso si no salen imprevistos durante el día.

Una de las ventajas de vender tinto es que tengo tiempo para compartir con mi familia, puedo trabajar mientras los niños estudian y soy mi propia jefe. Yo no cambio mi trabajo porque estoy tranquila y le agradezco a todos mis amigos y a mis clientes con los que comparto todos los días mis mañanas, también le agradezco a Dios por darme la oportunidad de compartir con ellos y hacerlos parte de mi vida, disfruto mi trabajo y sé que, aunque soy independiente debo ser responsable y cumplir con esa loable tarea de caminar por las calles del Cartuchito llevando una cálida bebida, alrededor de la cual nos sentamos a conversar y a olvidar nuestros problemas. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Estas sin internet en este momento!

Nos gustaria enviarte todos nuestros contenidos digitales y periódicos quincenales, tan solo debes dejarnos tus datos y siempre recibirás en tu correo el contenido!