«La Caja de Pandora»
Por: Laura María Rodríguez
El surgimiento de la caja de Pandora es la venganza de Zeus, una maldición como respuesta a la osada acción de Prometeo que le había robado el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres. Los dioses griegos son pasionales y terribles, no les importa enfrentarse en guerra contra los hombres, verlos padecer, violar a sus mujeres y hurtar a sus hijos. Pero la creación de Pandora es quizás el peor de todos los castigos, Pandora es la primera mujer sobre la tierra, Zeus ordena que sea creada con el fuego de Hefesto; la belleza, la gracia y la sensualidad de las diosas inmortales, don brindado por Afrodita; el dominio de las artes se lo da Atenea y su capacidad para mentir, seducir y tener un carácter inconstante se lo brinda Hermes. Pandora un regalo/ castigo de los dioses seduce a Epimeteo, hermano de Prometeo, quien, involucrado en el terrible plan de venganza, se casa con la bella mujer. Ella recibe de las manos de Hermes un regalo enviado por Zeus, una hermosa caja que tiene prohibido abrir. Intrigada, Pandora termina abriendo la caja y desatando todos los males del mundo. Hesíodo narra que hasta ese momento los hombres habían vivido libres de fatigas y enfermedades. La caja de Pandora derrama la desgracia en la humanidad, lo único que atinó Pandora a dejar encerrado en su caja fue la esperanza, con lo cual el peor castigo aplicado a los hombres por parte de los dioses fue llevado a cabo. Para Prometeo la venganza no terminó allí, después de ver condenada a la humanidad fue llevado al Cáucaso y encadenado por Hefesto, allí Zeus envío un águila para que se comiera el hígado de Prometeo. Como Prometeo seguía siendo inmortal su hígado crecía cada noche y el águila volvía a comérselo cada día.
En el imaginario popular la caja de Pandora se relaciona con el descubrimiento, aparición o desencubrimiento de algo, abrir la caja de Pandora es dejar a la luz los más profundos secretos. Sin embargo, lo que se destapó hace algunos días tiene que ver más con el mito griego, los Pandora Papers dejan ver a la humanidad la manera como ese 1% de la población, que tiene más de la mitad de los recursos financieros del planeta, los ha obtenido a costa de pasarse por encima las reglas del juego, creando cuentas y empresas en nuevos paraísos fiscales que los libran de pagar impuestos y de responderle a los estados por sus exorbitantes cantidades de dinero. En este caso, la venganza es que un 99% de la población sigue viendo impávida, como sus pocos recursos son captados por unos pocos que manejan sus destinos.
Los encargados de descubrir este entramado de corrupción, que agita al día de hoy a todos los países del mundo, fue el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), quienes obtuvieron más de 11,9 millones de documentos confidenciales, resultado del trabajo de 600 periodistas de más de 150 medios, que se dedicaron dos años a examinar y rastrear los archivos judiciales y públicos de cientos de países. Como resultado, se han expuesto los secretos financieros de decenas de jefes de estado, ministros, multimillonarios e importantes figuras públicas a nivel internacional.
Uno de los más reveladores descubrimientos es que las cuentas y las empresas, ya no se encuentran en los habituales paraísos fiscales, que han estado desde hace varios años en el ojo de huracán, lugares como las Bahamas, Panamá, las islas Caimán y otras islas paradisiacas, así como los bancos de Suiza, han tenido que entregar, principalmente a las autoridades de Estados Unidos información sobre los dueños de sus cuentas. Lo que revelaron los Pandora Papers es que la mayoría de estos movimientos financieros de millones de dólares se venían dando dentro del mismo Estados Unidos, en estados como Dakota del Sur, Nevada, Delaware, entre decenas de estados más. Lo que plantea la gran diferencia del control permanente, porque Estados Unidos no muestra ninguna intención de entregar información sobre estas operaciones bancarias.
El escándalo también salpicó a más de 500 personas naturales y jurídicas en Colombia, entre ellas los expresidentes César Gaviria, Andrés Pastrana, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, la ministra de Transporte Ángela María Orozco, el actual embajador de Colombia en Chile Guillermo Botero, el embajador de Colombia en China Luis Diego Monsalve, varios miembros de la familia Char y para colmo de todos los males, el director de la DIAN Lisandro Junco, quien cándidamente salió a afirmar que esos dineros eran un ahorro que tenía para estudiar en el exterior, y aunque tener empresas o recursos en el extranjero no es ilegal, de lo que no cabe duda es que el hecho de que esté implicado en esta compleja red de empresas que ocultan y lavan dinero en el extranjero no es fortuito, justamente los Pandora Papers, a diferencia de los Panama Papers, quieren dejar en evidencia que en una aparente aura de legalidad se están escondiendo una gran cantidad de recursos libres de impuestos y de responsabilidades fiscales. Lo cierto es que apenas han comenzado a revelarse todos los males de esta nueva filtración que afecta al mundo entero.