«La casa de los derechos y la equidad en Kennedy»
Por: Andrés Gómez Morales
La Casa LGBTI Edward Hernández de Kennedy, se enmarca en el proyecto 7756 de la Secretaría Distrital de Integración Social dando cumplimiento a la territorialización de la política pública y fue nombrada en homenaje al fallecido activista. Aquí no sólo se atiende a personas LGBTI sino a sus familias dentro de las localidades de Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy y Fontibón, para movilizar y eliminar todas las barreras de acceso a la atención psicosocial y asesoría jurídica en casos de violencia y discriminación.
La coordinación de la casa está a cargo de Ligia Peñuela, politóloga con estudios de maestría en Género de la Universidad Nacional, quien cuenta con una amplia experiencia de trabajo en derechos humanos y es una incansable activista, no sólo del movimiento social de mujeres lesbianas, sino en general de las mujeres que construyen paz en diferentes procesos a nivel nacional.
Dentro de las actividades que se realizan semanalmente en la Casa LGBTI, se encuentra la escuela PoliticArte, coordinada por Charlie Claire Crawford, desde donde se ha propuesto una escuela de derechos humanos a través del aprendizaje de artes transformistas. Por otra parte, se encuentra el espacio Conozcámonos, presidido por Deissy Lara, que brinda un lugar de esparcimiento y reconocimiento para las personas LGBTI. Las redes de afecto, son otro espacio liderado por Ros Mary Rincón, quien aborda las estrategias de mitigación, prevención de violencias y de suicidio. Además, la casa abre sus puertas para hacer articulaciones con entidades locales y distritales como el IDPAC. En general, todos los programas buscan generar un espacio seguro y tranquilo para las personas de los sectores, sus familias y redes de apoyo.
Paula Casas Ríos, es una de los apoyos administrativos, informa que desde finales de julio se presta atención a sesenta y ocho personas, fuera de un promedio aproximado de 430 personas asistiendo mensualmente a los espacios y a las diferentes actividades. Sin que esto afecte a la comunidad que acoge el letrero de LGTBI con familiaridad, al punto que se acercan a preguntar contribuyendo a la estrategia comunicativa del voz a voz.
Este ambiente de tolerancia y respeto por parte de la comunidad, entre otros factores, ha permitido la articulación de la casa con la Mesa y el Consejo Consultivo LGTBIQ+ de Kennedy, Bosa y Fontibón. Así, el hecho de que personas de otras localidades se conviertan en usuarios y usuarias funciona de puente para que activistas de la escena trans y colectivos de mujeres diversas se integren a su línea de trabajo, más allá de la noción institucional. No obstante, las dificultades que podía generar a este nivel la política establecida, que no incluye dentro del acrónimo LGTBI el “Q+”, se ha sorteado enfatizando la “T” como una gran sombrilla que acoge muchísimas T’s.
Respecto al tema de las diversidades y la inclusión en el lenguaje, tema de la presente edición de El Callejero, Paula Casas comenta que desde la casa Edward Hernández, se aplica la comunicación asertiva basada en el preguntar a los usuarios y usuarias cómo les gusta que les digan o qué pronombre prefieren. Se reconocen, por ejemplo, a las personas no binarias o personas que estereotípicamente parecen masculinos, pero su pronombre es neutro femenino. El género neutro, se ha adoptado por ser incluyente como efectivo para pensar el sistema cultural y visibilizar una mayor cantidad de opciones dentro de la diversidad, conforme a los protocolos del proyecto 7756 disponibles en plataformas institucionales.
Dando cumplimiento al Plan de Desarrollo, propuesto por la alcaldesa Claudia López, se ha logrado consolidar estos espacios para la comunidad LGTBI, que hasta el día de hoy son cinco casas. Se espera en el futuro contar con predios propios para las casas y que existan, por lo menos, veinte en el Distrito, a pesar de no estar contempladas dentro del Plan de Desarrollo de esta alcaldía. Sin embargo, la atención en Kennedy se ha extendido más allá de la comunidad LGBTI, gracias a la identidad que da el nombre de Edward Hernández, debido a que el activista gay estuvo mucho tiempo al frente de procesos de política pública y desde la academia con el grupo GAEDS de la Universidad Nacional, articulándose con la Secretaría de la Mujer.
Gracias a la gestión de Edward Hernández y su compromiso con las mujeres, la casa que lleva su nombre no desconoce que la localidad de Kennedy, es la tercera en el distrito con mayores índices de feminicidio, tiene dos alertas tempranas por parte de la Secretaría de Gobierno por violaciones a derechos humanos especialmente a líderes y lideresas dentro de la localidad. La problemática que padecen las mujeres se equipara a los índices de violencias a los sectores LGTBI, quienes también son víctimas de la violencia física, psicológica y patrimonial. Lo que permite relacionar en ambos casos la violencia de pareja y la discriminación en espacio público.
Respecto a los espacios específicos de la comunidad LGBTI coextensivos a los de las mujeres, la casa ha detectado que el índice de violencia en los espacios de homosocialización en Kennedy son de alto riesgo, a pesar de ser un tema del que casi no se habla. Aquí, como en los espacios de rumba se detectan muchos tipos de violencias, especialmente las establecidas debido al desconocimiento, por ejemplo, de las ITS’s y el tema del VIH que ha sido un estigma para la comunidad LGTBI por años. Por ello el equipo psicosocial busca la mitigación de todos estos daños. Así mismo, se atiende a personas menores de la comunidad LGTBI que se enfrentan a violencias en colegios, pues las personas trans siguen siendo víctimas de matoneo, no solo por sus compañeras o compañeros sino también por docente y directivas.
Aunque la casa Edward Hernández no atiende a menores de edad desde la misionalidad, se ocupa de sus familias, permitiendo emprender procesos de sensibilización en articulación con otras entidades como la Fundación Diferencia, en espacios como ferias de servicios alrededor de procesos de conciliación para los sectores sociales LGTBI. Gracias a esta gestión hoy se puede decir que la casa es visible tanto en Kennedy como en el distrito, tanto el tema de los derechos como de la equidad.