«Menos oportunismo político y más acciones»

Hacia un enfoque del Manejo Integral del Fuego para Colombia.

Por: Arturo Cortés

 

 

El Manejo Integral del Fuego (MIF) emerge como una estrategia crucial para enfrentar los incendios forestales en Colombia, sin embargo, la falta de inclusión en la legislación y la desatención previa a esta herramienta integral resalta la urgencia de reformas y un enfoque más proactivo por parte de los líderes políticos y tomadores de decisiones.

En la legislación pasada, el Congreso de la República archivó el proyecto de Ley 338 de 2021, que establecía los lineamientos para la adopción del MIF. Este desafortunado suceso se debió a la falta de agenda para su último debate, subestimando la importancia que esta estrategia merecía en ese momento. Ahora, en medio de la actual crisis de incendios forestales, políticos oportunistas resaltan la importancia de abordar este problema, revelando una reactividad que contrasta con la desatención previa.

Es cierto que el Fenómeno del Niño contribuye a la intensificación de los incendios, pero decisiones políticas erróneas, como el archivo del proyecto de ley, tienen un impacto más significativo. Archivar iniciativas como la del MIF, que busca una gestión integral y preventiva del fuego, refleja una falta de visión a largo plazo y compromiso con la protección del medio ambiente y la seguridad de las comunidades.

La implementación del MIF se ve enfrentada a una complejidad acentuada por la arraigada relación cultural entre las comunidades colombianas y el fuego. Es importante tener presente que, incluso en pleno siglo XXI, el uso del fuego en Colombia persiste como una herramienta integral en la gestión del territorio. Este incluye aspectos como la renovación de pasturas para el ganado, prácticas agrícolas, caza, pesca, comunicación, control de plagas y se manifiesta en expresiones artísticas, tales como canciones y narrativas. Además, resulta crucial destacar que algunas comunidades emplean el fuego de manera controlada para reducir las cargas de combustible, es decir, queman la vegetación de manera planificada para facilitar el control de incendios posteriores.

Asimismo, la cosmovisión de nuestras comunidades aborda el fuego no solo como una herramienta práctica, sino como un símbolo intrínseco de la vida cotidiana. Esta conexión se plasma en expresiones artísticas que narran la relación entre el fuego y la tierra, transmitiendo conocimientos ancestrales sobre su uso responsable. Integrar el MIF en este contexto implica comprender y respetar esta rica tradición cultural.

El MIF, al considerar la cosmovisión y prácticas culturales arraigadas, necesita un enfoque equilibrado. La educación y sensibilización deben respetar la conexión simbólica entre el fuego y las poblaciones, promoviendo prácticas sostenibles y seguras en armonía con las comunidades y los ecosistemas.

En este escenario, la inclusión del MIF en la legislación no solo se trata de una medida preventiva contra incendios forestales, sino de un reconocimiento respetuoso de la conexión cultural con el fuego. La colaboración con las comunidades para desarrollar estrategias adaptadas a sus prácticas y cosmovisión se presenta como una vía efectiva para su implementación exitosa en Colombia.

En conclusión, la carente inclusión del MIF en la legislación colombiana subraya la necesidad de un cambio de enfoque y una mayor atención a estrategias integrales de gestión del fuego. Integrar la cosmovisión de nuestras comunidades en la implementación del MIF asegura no solo la prevención de incendios, sino también el respeto a la invaluable tradición cultural que rodea el fuego en muchas comunidades de Colombia.

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