«Palestina libre»
Por: Juan Manuel Arias
¿Cuál podría ser la noticia? ¿El número de muertos? ¿Una guerra donde solamente un bando tiene capacidad de ataque? ¿La evidente inutilidad de los organismos internacionales? ¿La censura? ¿El genocidio? ¿El apoyo internacional a un gobierno que extiende la muerte y el conflicto en la región?
Quizás no haya ni siquiera un titular suficiente, un encabezado o un relato periodístico que abarque la magnitud de la tragedia que viven hoy las mujeres, niñas, niños, ancianos y hombres que permanecen aprisionados en la Franja de Gaza, un territorio que cada vez se reduce más en medio del asedio israelí y cuyas fronteras están cerradas, obligando a una población de cerca de 2 millones de habitantes a desplazarse por unos estrechos 300 kilómetros cuadrados, que con cada bombardeo se disminuyen.
Lo más trágico es que la catástrofe se convierte en paisaje, mientras pasan los días las multitudinarias movilizaciones van mermando y la falacia comunicativa de las redes sociales convierte los rostros del hambre y de la guerra en un rápido scroll que pasa hacia arriba o hacia la izquierda, en medio del que se podría considerar el primer genocidio transmitido en vivo y en directo, al cual el mundo occidental ha decidido darle la espalda y apoyar el asesinato de civiles inocentes.
Las cifras
Aunque la gran mayoría de los medios han mantenido una cifra oficial entregada por las autoridades palestinas, que ha oscilado desde hace varios meses entre los 30.000 a los 40.000 muertos, hace pocos días la revista médica británica The Lancet publicó un artículo titulado “Contar los muertos en Gaza: difícil pero esencial” en el que expone que la actual situación humanitaria no permite concluir que los datos oficializados sean del todo ciertos, especialmente si se tiene en cuenta la poca capacidad de reacción que hay en la Franja y los continuos e incesantes bombardeos que han destruido cerca del 40% de la infraestructura del país, bajo cuyos escombros permanecen miles de muertos; sumado a los fallecimientos asociados a la guerra que tienen que ver con el hambre, la desnutrición y las enfermedades que no han podido ser tratadas.
Al respecto, la publicación plantea que el número de muertes registradas es apenas una subestimación: “En los conflictos recientes, la cantidad de muertes indirectas es entre tres y quince veces mayor que la de muertes directas. Si se aplica una estimación conservadora de cuatro muertes indirectas por cada muerte directa, de las 37.396 muertes reportadas, no es inverosímil estimar que hasta 186.000 o incluso más muertes podrían ser atribuibles al conflicto actual en Gaza. Usando la estimación de población de la Franja de Gaza de 2022 de 2.375.259, esto se traduciría en el 7,9% de la población total de la Franja de Gaza”.
Hay que tener en cuenta que Israel ha violado toda la legislación referente a los derechos humanos y que la falta de agua, de suministros y de alimentos ha sido una de las estrategias que se ha sumado a la guerra. Estas medidas tienen cada vez mayores consecuencias, entre ellas, los brotes que se vienen identificando de enfermedades graves como disentería, diarrea, hepatitis, sarna, cólera y polio. Louise Wateridge, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA) expresa que sumado a las enfermedades que surgen por los altos niveles de contaminación y la falta de agua, se está multiplicando la plaga de ratas, escorpiones, moscas, piojos y mosquitos convirtiendo a Gaza en un auténtico “infierno en la Tierra”.
De todas estas situaciones, proviene el llamado urgente que hacen todas las organizaciones de Naciones Unidas, las no gubernamentales, médicas y de defensoras de derechos humanos por un alto al fuego que garantice la vida de los sobrevivientes de este genocidio, que ya completa más de 9 meses.
La censura
Esta ha sido otra de las características de la guerra y ha venido de la mano de los grandes mecanismos de información actuales que son las redes sociales. Estas, al contrario de lo que piensa la gran mayoría de la gente, no son de total acceso, a través de algoritmos los dueños de estas grandes multinacionales y monopolios controlan los contenidos que pueden o no tener alcance a nivel mundial, ya algo se vio sobre su sistemático control en medio de la pandemia y en crisis nacionales como en el estallido social.
Hace unos meses, Afroféminas, colectivo de mujeres afrodescendientes y negras en España, denunció que varios de sus videos fueron retirados de su perfil de Instagram por denunciar comportamientos racistas en contra de la población palestina. Pero no habría que hilar tan delgado, es cada vez más evidente la censura a artistas y figuras internacionales que expresan su apoyo al pueblo palestino y denuncian el genocidio israelí.
El apoyo de los Estados Unidos
Netanyahu inició su visita a Estados Unidos durante la última semana de julio y habló frente al Congreso de la República desde donde reafirmó su intención de no parar el asedio y el genocidio, el cual desde el primer día ha recibido recursos y apoyo del gobierno estadounidense. Su discurso fue recibido entre aplausos mientras afirmaba la permanencia de la guerra: “hasta que destruyamos las capacidades militares de Hamas y su gobierno en Gaza y traigamos a todos nuestros rehenes a casa”, lo que deja entrever la poca voluntad de paz del mandatario.
Vale la pena resaltar que a su llegada a los Estados Unidos y durante todo el recorrido fueron constantes las protestas en su contra. Asimismo, múltiples países rechazaron su discurso frente al Congreso.