«Transformación y degradación»

Por: Juan Manuel Arias 

 

 

La transfor­mación es un proceso que se utili­za para tratar de descon­taminar el planeta. Trans­formar es evitar enterrar los residuos sólidos apro­vechables y los residuos orgánicos. Es por eso que, cuando transformamos le estamos dando otros usos a estos materiales y logramos reducir la con­taminación del planeta, además evitamos seguir agotando los pocos re­cursos naturales que aún nos quedan. Cuando reci­clamos le estamos dando otro uso a esos desechos que pasan a convertirse en materia prima para la industria, de esta manera se les da otra oportuni­dad a los árboles, al agua y a la misma tierra. Para crear la mayoría de los productos que consumi­mos a diario, la industria debe utilizar una gran cantidad de recursos na­turales, por ejemplo:

Botellas de plástico: Son aquellas que com­pramos en la tienda y que suelen contener gaseosas o agua, están compuestas de PET (Polietileno tere­ftalato) que se hace con petróleo crudo, gas y aire. Un kilo de PET está com­puesto por 64% de pe­tróleo, 23% de derivados líquidos del gas natural y 13% de aire.

El Papel: Se fabrica con fibras de celulosa que hay en la madera. Para fabricar una tonelada de papel se utilizan especies de madera dura como ro­bles y arce, para fabricar una tonelada de papel se utilizan 17 árboles.

Bolsas plásticas: En las refinerías especializa­das, se purifica el petróleo hasta llegar a convertirlo en gas, el etileno es este gas que posteriormente es polimerizado y solidi­ficado hasta crear lo que se llama polietileno, se corta en pequeños gra­nos, como los del arroz y es enviado a las fábricas de bolsas u otros materia­les que los utilizan como base.

Tetrapak: Al igual que los anteriores, requie­re una importante base de polietileno que implica el uso de grandes cantida­des de agua, petróleo y gas. Además, trae un re­cubrimiento de aluminio que es el que protege a los alimentos del oxígeno y les permite mantener su valor nutricional y su sa­bor.

La preocupación ra­dica en la cantidad des­mesurada de recursos na­turales que se requieren para solventar el consu­mo humano y la mala dis­posición final, que per­mite que estos residuos lleguen a los botaderos, donde tardan, decenas, cientos y miles de años en descomponerse:

 

 

Nos damos cuenta que el proceso de degra­dación tiene un efecto tardío para muchos ma­teriales, al enterrarlos es­tamos duplicando el mal, porque todo este material enterrado genera gases de efecto invernadero o gas metano, que es el prin­cipal factor del calenta­miento global y la pérdida de la capa de ozono, todo lo que se entierra se con­vierte en gas y va hacia la atmósfera, lo mismo suce­de si se opta por quemar­lo. Por todo lo anterior el llamado es urgente hacia el consumo responsable, reciclar, transformar, reu­tilizar y no acabar con lo poco que nos queda.

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