¿Estamos ante la posibilidad de un conflicto mundial? Si se cierran las puertas del diálogo o si la OTAN interviene directamente en el conflicto atacando a Rusia, se habla de un punto de no retorno. Pero día tras día, la tensión parece seguir en aumento: sanciones económicas para Rusia, amenazas de Moscú a Turquía por el cazabombardero derribado, advertencias de la Unión Europea, advertencias del primer ministro alemán, avisos de Putin de preparar sus armas “disuasivas”, intercambio de propuestas de seguridad.

Aunque, desde tiempo atrás, Rusia viene solicitando a la OTAN que detenga su incesante expansión hacia el este, la OTAN asegura que no va a retroceder. Según el ex secretario de defensa alemán Willy Wimmer, la OTAN ha incumplido las promesas que hizo a Moscú: la expansión de dicho organismo hacia el este, no hace más que confirmar los argumentos que afirman que Occidente está progresivamente arrinconando a Rusia y aislándolo de la comunidad internacional.

Pero ¿cuáles serían los intereses de Estado Unidos para que la OTAN siga extendiendo sus fronteras?

Como se ha visto, las declaraciones de Washington, en las últimas semanas, no han hecho más que recalcar la propaganda de que supuestamente hay una amenaza rusa. Lo cual, evidentemente, vendría a justificar la expansión de la OTAN (de doce a treinta miembros, incluidas repúblicas ex soviéticas como Lituania o Letonia. Sin embargo, las ventajas económicas para EEUU de dicha expansión se hacen cada vez más evidentes, pues son las empresas del complejo industrial y militar de Estados Unidos (tan decisivos económicamente para la campaña de Joe Biden), quienes están tras la venta de las armas. Por lo tanto, entre más conflictos, más ventas, sin importar los resultados desastrosos y crímenes de lesa humanidad que se han venido produciendo en los sangrientos conflictos (Serbia, Afganistán, Libia, Yemen, Siria e Irak). Pero, se hace mucho más evidente la hipocresía y la insostenibilidad de dichos comunicados, así como la provocación que han generado sobre Moscú, si tenemos en cuenta que fue el gobierno de EEUU, quien apoyó a Ucrania en el sangriento golpe de Estado para derrocar al gobierno democrático en el 2014 y quien ha producido una crisis cada vez más profunda en la región: aporte de armas, entrenamiento por parte de la CIA a las fuerzas militares ucranianas para preparar un enfrentamiento contra Rusia, el anuncio de sumar a Rumanía y Georgia además de la propia Ucrania a la OTAN. Las provocaciones se siguen sumando a la propaganda de guerra, mientras el discurso oficial gira en términos de una agresión rusa y se replica una y otra vez, sin mayor contenido, tanto en la ONU como en la Unión Europea.

Entre tanto, las oficinas de prensa compiten por el rating y concentran su análisis en las supuestas repercusiones económicas de todo ello. Se busca adhesiones a uno u otro discurso, incentivando la controversia y creando más división sin sensibilidad ante el sufrimiento, el horror y la muerte.

No se comprende entonces, que con tantos seres excepcionales, con tanta capacidad económica y tecnológica, capaces de los más asombrosos avances en materia de inteligencia artificial, ingeniería genética, física cuántica, viajes espaciales o colonias en marte, etc., no se hayan propuesto algún tipo de estrategia u organismo internacional que se empodere de un discurso serio y unas prácticas efectivas hacia el camino por la PAZ.

O bien estamos todos inmersos en el mismo sueño, sin lograr darnos cuenta de una buena vez, que la línea que separa al verdugo y a su condenado es tan falsa como la línea que divide a un mismo pueblo en dos estados; o acaso no logramos despertar de la pesadilla para encarar siquiera esta amenaza: la más latente y funesta de cuantas se hayan visto. La amenaza de que este último espectáculo de la infamia desplegado en suelo ucraniano, se convierta en la temporada final para el cierre del Gran Reality de La Crueldad Global cuyo vencedor (último emperador de un estéril cementerio de cenizas) se jactaría de haber sobrevivido la extinción de la mayor parte de la vida del planeta.

Para detener esta historia que se repite vergonzosamente en tantos rincones del planeta, para que no se convierta en la Crónica de un Juicio Final Anunciado, es tiempo de diseñar entre todos el gran antivirus contra el egoísmo, es tiempo de resetear en función de un programa global integral ese obsoleto programa del espíritu mercachifle, es tiempo de actualizar nuestros hábitos en función de nuestro hábitat, descubramos juntos la vacuna contra esta fría demencia que se ha hecho Pandemia, alcancemos juntos la inmunidad de rebaño contra la cruel indiferencia mutante, sembremos y cosechemos juntos este Arte Global de la Paz.