«Una Casa de la Memoria Local»
por la memoria de las víctimas de
brutalidad policia
Por: Rafael Salazar
Era el año 2021 y las calles comenzaban nuevamente a movilizarse por cuenta de la indignación que generó, en su momento, la reforma tributaria; en un ambiente pospandemia, al que le había precedido un importante levantamiento social en el 2019 y que, luego de dos años no se había diezmado. Lo que sí había cambiado es que luego de dos años de pandemia, todos salimos con mayores complicaciones económicas y frustraciones, resultado de las enormes desigualdades sociales.
En medio de las movilizaciones, los barrios de las periferias comenzaron a organizarse y a generar nuevos puntos de encuentro alrededor, no solo de la movilización y la protesta, sino también de la comida, de la cultura y del arte; así surgió el Portal de la Resistencia, en el antes denominado Portal Américas, donde la juventud, pero también las organizaciones sociales, comunitarias y de derechos humanos comenzaron a confluir en el marco del Paro Nacional.
La violencia policial del año 2021, fue exacerbada, de acuerdo a la ONG Temblores, entre el 28 de abril del 2021 y el 26 de junio del mismo año, ocurrieron, al menos, 4687 casos de violencia por parte de la Fuerza Pública (sin incluir casos de desapariciones, hasta el 22 de junio permanecían activos 77 mecanismos de Búsqueda Urgente activos).
El caso de Duban Barros fue uno de los más macabros, ya que enmarca violaciones de derechos humanos como la desaparición forzada y el asesinato. Dubán, de apenas 17 años, había estado participando en las actividades del Portal con su familia, pero el 6 de junio las horas pasaban y Dubán no retornó a su casa; la familia comenzó su búsqueda por diferentes entidades privadas y públicas, como estaciones de policía y hospitales, donde les fue negado el reconocimiento del joven; fue tan solo 37 días después que Medicina Legal aceptó haber tenido el cuerpo en sus instalaciones desde el primer día. Sin que hasta el momento se haya materializado una investigación y se hayan dado garantías de verdad.
Es por eso que, como ejercicio de reparación simbólica, su familia sigue a la espera de la instalación de la Casa de la Memoria Local de las víctimas de violencia policial y como homenaje a Dubán.
Al respecto Rafael Salazar, tío del menor expresó:
“La brutalidad policial en Colombia es de vieja data. El uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía Nacional, en el ejercicio de sus funciones, se ha manifestado en diversas formas, que van desde la violencia física y el uso indiscriminado de armas, hasta casos de tortura, ejecuciones extrajudiciales y abuso de autoridad.
Durante el estallido social, si lo consideramos desde el 2019-2021, la brutalidad se transmitió en vivo por redes sociales. A partir de allí, se hizo evidente el tratamiento que el Estado le ha dado a la manifestación social, con más de 3.500 casos a nivel nacional. En Kennedy, Julian Fory fue asesinado en 2020, cuatro jóvenes perdieron la vida en 2021, hay denuncias sobre torturas, abuso sexual, mutilaciones y lesiones de todo tipo. La impunidad sigue siendo un obstáculo para la justicia. Por eso, desde 2020 las familias del 9 y 10 de septiembre exigieron Casas de la Memoria en sus localidades.
Desde 2021, nosotros como familia venimos reclamando que el caso de mi sobrino, Dubán Felipe Barros, fue un caso de brutalidad policial, que incluye desaparición y ejecución extrajudicial. Así conocimos a otras familias que han perdido a sus hijos por la violencia institucional, y desde entonces, hemos impulsado la idea de una Casa de la Memoria para las víctimas de la brutalidad policial en Kennedy.
Sabemos que los casos del Estallido Social no son los únicos en el trato deshumano que se le da a la juventud en estos barrios empobrecidos, y queremos que la memoria se multiplique de manera viva a través de actividades artísticas, culturales y de atención psicosocial. Este espacio, una casa, permite un ambiente de verdad y justicia a partir de reconocer los relatos de las víctimas, de los colectivos, de las agrupaciones sociales y culturales. También, permite un diálogo sobre qué significa ser una localidad habitada por víctimas y excombatientes, cuáles son los procesos de repetición y revictimización y qué caminos podemos construir entre víctimas para que se avance en la no repetición, y sobre todo, se repare a los barrios que han sufrido tanta violencia.
El año pasado, gracias a la incidencia de muchas organizaciones, se expidió el Decreto, 624 de 2023 que impulsa el reconocimiento de las víctimas que hemos sido y que es Dubán, por los hechos victimizantes que sufrió y la violación de sus derechos a la vida y la integridad, lo que permite la exigencia de estrategias de construcción de memoria histórica local. Particularmente, contempla las Casas de la Memoria como lugares físicos.
Queremos convocar a todas las organizaciones sociales, de derechos humanos, artísticas y culturales que confluyeron en el Estallido Social y están interesadas en defender los derechos humanos a que nos juntemos en esta exigencia, para que florezca la memoria en nuestro territorio.
De esta manera, garantizamos que el caso de Dubán no quede impune, haciéndolo visible y, manteniendo la memoria de él viva, como ya lo venimos haciendo desde el Bosque de la Memoria que tenemos en el Portal de la Resistencia. Para nosotros que perviva su memoria es la única garantía de que se va a hacer justicia y que se va a buscar la verdad.
Esperamos que esto se dé y que podamos tener al fin, esta Casa de la Memoria en nuestra localidad de Kennedy”.