«Una solución sin solución»
La problemática de la bodega de la UAESP ubicada en el sector de Patio Bonito.
Por: Juan Manuel Arias
La bodega de corotos de la UAESP (Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos) ubicada en la avenida Ciudad de Cali, frente al barrio Patio Bonito, fue una solución que planteó la Alcaldía de Bogotá y la misma UAESP frente a un proceso de recuperación del espacio público que se inició en agosto del 2017, después de que el Distrito adelantara una operación en contra de la delincuencia en el sector, lo cual dejó las calles del Cartuchito, de María Paz y los alrededores desiertas. Para la época, una de las mayores preocupaciones fue el qué hacer con los vendedores y los coroteros de la calle del Cartuchito, que se ganan la vida ejerciendo esta labor que es fundamental para el medio ambiente. Lo que se hizo visible en la mesa fue que la posibilidad de sustento de los recicladores, no depende únicamente del material que van a pesar a las bodegas, sino que, en gran medida, depende de lo recogen de la venta de los corotos, todo lo que se puede volver a utilizar: ropa, juguetes, electrodomésticos, entre muchos otros objetos más. Con todo ese panorama la UAESP con el apoyo de la alcaldía asignó una bodega para unos 300 a 400 coroteros, que hoy por hoy, y con apenas dos años de uso, está en el olvido.
De esos cerca de 400 coroteros que comenzaron, hoy apenas quedan cerca de 20-25 personas, no se comprende cómo esta bodega, después de 2 años, sigue con sus puertas abiertas sabiendo que puede ser un descalabro público para el bolsillo del pueblo, un costo que asumimos todos como ciudadanos. Si analizamos la otra cara de esta situación, vemos que en la calle donde se hizo la recuperación del espacio público, las medidas que tomó la Alcaldía Mayor y la entidad de servicio público UAESP no fueron las adecuadas porque el número de coroteros se incrementó, volviendo a tomarse las calles del Cartuchito.
De manera que la bodega de corotos fue un real y sólido fracaso. Este diario fue a preguntarle a las personas que estuvieron en la bodega el año pasado y el presente, entre ellos, Luis Antonio Laverde quien nos comentó que cuando lo reubicaron las ventas eran muy buenas, que alcanzaba para llevar el sustento a su casa, pero con el tiempo tuvo que volver a las calles porque las ventas bajaron al cien por ciento; nos cuenta que duró un año largo, pero se cansó y volvió a ocupar su puesto en la calle, porque la calle le daba el ingreso necesario para poder llegar a su casa con algo para su familia.
A otras personas que le preguntamos, nos confirmaban lo mismo, nos contaron que estuvieron en la bodega, pero que no habían vuelto porque no se vendía un centavo, o que a veces vendían, pero muy poco. En cambio, cuando salían a ocupar el espacio público les iba muy bien, dicen que la bodega es para almacenar. Además, otros comentan que, cuando van a pedir un puesto les dicen que los tienen en la lista o que los tienen en cuenta, pero no pasa nada y no los vuelven a llamar.
Como vemos, la bodega después de ser una opción para la reubicación de los coroteros del Cartuchito, en la actualidad no sirve, es un desfalco al erario público, hacemos un llamado a las entidades de control para que le den a una solución a estos desfalcos o bienes mal administrados.