¿Se repite la historia golpista contra el gobierno progresista?
Memoria de la destitución de Petro en la Alcaldía de Bogotá (2013)
Por: Julio E Cortés Monroy
El 09 de diciembre de 2013 Gustavo Petro fue destituido de su cargo como alcalde mayor de Bogotá e inhabilitado para aspirar a cargos públicos por un período de 15 años. La drástica decisión la tomó el procurador Alejandro Ordoñez, un representante de la ideología más conservadora de la ultra derecha colombiana, quien consideró que “el alcalde Petro había fallado al implementar un innecesario nuevo modelo de recolección de basura por fuera de la ley y de manera improvisada».
Los conflictos entre Petro y el procurador Ordoñez surgieron a finales del año 2012, cuando el alcalde de la Bogotá Humana decidió entregar el manejo de la recolección de basura al sector público. En su libro, Una vida muchas vidas, Petro señala que decidió “cambiar nuestro modelo de aseo, incluimos a los recicladores en el modelo y desprivatizamos, eso nos permitió bajar las tarifas al usuario, porque los cuatro empresarios del aseo se estaban robando el dinero. Esa remuneración a los recicladores nunca se había hecho y fue lo que, en parte, permitió superar la pobreza. 65 mil hijos de los recicladores dejaron de trabajar y se dedicaron a estudiar. Esas mismas familias lograron cambiar sus lugares de vivienda y mejoraron su calidad de vida”.
Dicha destitución del alcalde Petro desató de inmediato una gran indignación popular. Muchos la consideramos un castigo injusto y un abuso de poder de Ordoñez con un trasfondo político. Ante este golpe a la democracia el alcalde de la Bogotá Humana acudió a la movilización ciudadana y llamó a sus seguidores a manifestarse en las calles y a defender la voluntad popular. «Estamos ante un golpe de Estado sobre el gobierno progresista en la ciudad de Bogotá. Pido a toda la ciudadanía democrática movilizarse en Bogotá y en el país. Vamos por la Paz y por la Democracia”, señalo el entonces alcalde Petro.
La respuesta de la gente provocó una inmensa concentración en la Plaza de Bolívar que terminó en la noche con un campamento en apoyo al alcalde. “Le tocó a Bogotá ser el inicio de este movimiento de los indignados de Colombia, oscuros fachistas, no pasarán”, fueron algunas frases de Gustavo Petro ante la multitud en la Plaza de Bolívar. Las masivas protestas por la destitución del alcalde continuaron el resto de diciembre de 2013 y en la Plaza de Bolívar se congregaron durante días y noches miles de jóvenes, mujeres, artistas, estudiantes, trabajadores, educadores, activistas sociales, y gente de toda Bogotá, expresando su respaldo al alcalde Petro, quien en las noches emitía emotivos discursos desde el balcón del Palacio de Liévano, de la alcaldía de Bogotá.
Los golpistas creyeron que la gente se iría de vacaciones a pasar el fin de año y lo dejarían solo. Por el contrario, cada día se manifestaba más gente en apoyo al alcalde. “vamos a demostrarles que esto no es flor de un día, que no nos vamos a cansar, aquí comenzó una revolución democrática pacífica, que es la que puede construir la paz de Colombia», dijo Petro convocando a continuar la movilización el año siguiente. Efectivamente, la movilización social y la batalla jurídica nacional e internacional, terminaron dándole la razón a Petro. Justamente, este 27 de mayo de 2024 se acaba de proferir un fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en donde se señala que el presidente Gustavo Petro ya no tendrá que pagar la millonaria multa que le había impuesto la Contraloría Distrital cuando implementó el modelo de basuras en Bogotá durante su alcaldía (2012-2016). Esa victoria legal a su favor y su gran compromiso con los pobres de Bogotá lo convirtieron en un indiscutible líder del pueblo. La derecha oscurantista en cabeza de Ordoñez hizo brillar al alcalde Petro.
Pasaron casi 10 años, estallidos sociales y sangre derramada, hasta que por fin Petro logró el sueño histórico de millones de colombianos: El triunfo de un gobierno popular. Pese a todas las adversidades, amenazas de muerte y de fraude electoral, y los ataques de la prensa y de las élites conservadoras, Petro logró ganar la presidencia de la república en 2022. Sin embargo, la oposición no se ha quedado quieta y se repiten los intentos de golpe de estado y desestabilización contra el Gobierno del Cambio. Desde la posesión de Petro, la anterior Fiscalía y la Procuraduría han abusado de su poder judicial desatando una fuerte persecución y saboteo, como se ha visto con la suspensión y destitución de varios miembros del gobierno nacional por parte de la procuradora Margarita Cabello. Igualmente, ha sido constante la conspiración contra Petro por parte del ex Fiscal Francisco Barbosa, un acérrimo activista de la derecha colombiana muy amigo del ex presidente Iván Duque.
El propio presidente Petro y representantes del Pacto Histórico, han hecho denuncias en contra de dichas instituciones de la rama judicial por corrupción y su campaña de entorpecimiento y desestabilización del gobierno. Esmeralda Hernández, senadora del PH, interpuso una fuerte denuncia contra la procuradora Margarita Cabello, a quien acusa por múltiples casos de corrupción y nombramientos a dedo en contrataciones como el que benefició la hija del ex procurador Alejandro Ordoñez. “Cada vez se ratifica más como ha venido siendo utilizada la Procuraduría General de la Nación y la Fiscalía en beneficio de algunos sectores políticos y económicos que no quieren soltar el poder y que además han perpetuado la impunidad en estas entidades”, dijo la senadora del Pacto.
La guerra y el Golpe de Estado para derrocar el gobierno Petro están en marcha. Ahora acuden al CNE para poner en duda la legitimidad de Petro por un supuesto manejo irregular de recursos de la campaña del Pacto a la presidencia en 2022. Extrañamente, uno de los demandantes es el ex representante a la cámara por el Centro Democrático, Álvaro Hernán Prada, actual Magistrado del CNE. Prada, gran amigo de Álvaro Uribe Vélez, tendrá que ir a juicio pues la Corte Suprema de Justicia lo acusa por el delito de soborno en actuación penal, como cómplice del ex presidente Álvaro Uribe, en el caso por falsos testigos, que pretendía enlodar al senador Iván Cepeda.
Pero el cinismo del ex presidente Uribe no tiene límite y en una reciente visita a la Universidad de la Sabana incitó para que las Fuerzas Militares desobedezcan al presidente y se subleven contra el gobierno de Petro. ¿No es esto otra declaratoria del Golpe de Estado? ¿Estamos pasando del golpe blando al golpe duro? A pesar de la gravedad de lo dicho no ha suscitado críticas ni escándalos en los medios. Ni los tibios de “centro”, ni los derechosos han querido polemizar del suceso. Todo se queda en una simple anécdota de un grito desesperado de un expresidente autoritario y acobardado ante los pasos de justicia, que por fin parecen recaer en su contra y romper su trono de impunidad.
Mientras tanto, los medios crean el ambiente golpista a punta de cizaña y noticias falsas que manipulan y satanizan el gobierno del cambio. Como pueblo nos corresponde movilizarnos, defender el mandato popular, la democracia y apoyar las luchas de los movimientos sociales en sus búsquedas de Paz y justicia social. No permitiremos que los anhelos de cambio y dignidad, sean negados por una minoría corrupta y tirana. La amenaza del Golpe de Estado es real. No olvidemos los ejemplos golpistas contra gobiernos progresistas en Bolivia, Perú, Brasil, Paraguay, Honduras, entre otros. El Cambio y las reformas no tienen reversa. ¡No Pasarán!
Una muestra más que cuando las cosas se hacen bien, tocan a los poderosos, tratan de aplastar y callar la verdad. Es la hora de la justicia social y no podemos permitir que este malévolo ser como lo es Álvaro Uribe siga moviendo los hilos de este país.