«Mesa de Rock Techotiba: Contra todo pronóstico»

Por: Juan Camilo León

 

 

Alejandro Bedoya y Roberto Vidal nos hablan de la odisea para lograr la que hoy es conocida como la Mesa de Rock de Techotiba, un escenario en donde las bandas de la localidad vienen construyendo cultura y luchando por sus derechos

La Mesa de Rock de Kennedy nació hace 25 años, en 1998, por una generación de la que hicieron parte figuras clásicas de la localidad como Andrés Pantoja, Manuel Ballesteros y Mauricio Castellanos. Ese primer escenario tenía un objetivo claro, ampliar la participación ciudadana en los espacios culturales de la localidad. En estas más de dos décadas la Mesa se ha desintegrado y se ha vuelto a integrar, algunas veces respondiendo a la institucionalidad, otras proponiendo escenarios alternos y ejercicios autónomos, lo que sí es cierto es que hoy la Mesa Local está más viva que nunca y sabe hacia dónde va.

 25 años después

La reorganización de una comunidad activa con el conocimiento para ejercer mecanismos de participación ciudadana comenzó a consolidarse desde el 2020, bajo la unión de distintas bandas. A pesar de las dificultades de la pandemia, tuvieron la capacidad de sostener el proceso organizativo y con el poco recurso público entregado, brindar mejores garantías para el desarrollo del Festival Local de Rock. Pero no se han limitado solo al Festival, han venido gestionando espacios, no solo desde lo público, sino también con recursos autogestionados que les ha permitido hacerse escuchar.   

Gracias al esfuerzo por consolidar la Mesa, conformada por dieciséis agrupaciones, obtuvieron el año pasado una de las becas de Es Cultura Local, con la que invirtieron en merchandising para hacer crecer y darle identidad a la iniciativa, pero, aún más importante, promover la diversidad musical de las agrupaciones locales, reuniendo bandas de punk, ska, metal, rock alternativo y muchos más, al punto en el que actualmente se cuenta con veintiocho bandas activas y dos convocatorias anuales, desde donde rigurosamente revisan que sean de la localidad para fortalecer el talento del territorio.

Así mismo, enriqueciendo esta labor, han hecho trabajo en conjunto con otras mesas de Bogotá como la de la Candelaria y San Cristóbal. Para el 2022 hicieron el circuito Techotiba Rock, pero ante el poco apoyo por parte de la Alcaldía Local y la baja financiación, apostaron de manera independiente por un escenario más grande y diverso, creando un festival autónomo en alianza con la Fundación Gilberto Álzate Avendaño. Allí se realizaron cuatro fechas para diciembre del 2022.

Para la Mesa, una de las tareas principales ha sido darle más visibilidad a las bandas y a los artistas locales, así como garantías en el acceso a sus derechos culturales y reconocimiento como patrimonio local. Por lo que su proceso se ha enfocado en buscar que la escena cultural local sea digna, democrática y justa.

Alejandro Bedoya, Roberto Vidal, conocido como Canaviro, Maritza Acevedo, Juan Carlos Corredor, Diego Torres, Juan Osorio y Rubén Silva iniciaron nuevamente con la Mesa Local de Rock, desde donde comenzaron a evidenciar las distintas falencias que se seguían presentando, para ellos era claro que no había una ejecución equitativa y coherente y que todavía había un largo camino por recorrer.

Organizar la Casa

El año pasado, la Mesa le solicitó a la Alcaldía Local conmemorar los 25 años del Festival de Rock Techotiba, por lo que se dieron a la tarea de recuperar el material y darle vigencia a ese recorrido histórico del Festival. Hoy en día la Mesa, como se ha mencionado, centra su objetivo en hacer crecer la escena musical local e impulsar a que las bandas independientes tengan mayor visibilidad, producción y calidad, lo que ha implicado aportar conjuntamente gracias a las distintas bandas e integrantes para que los productos y la música, principalmente, se realice en condiciones de dignidad. 

A partir de lo anterior, los espacios democráticos surgen con la intención de dar voz y voto por medio de distintas sesiones semanales y plenarias trimestrales. Todo esto, precisamente, para preservar la autonomía y la autogestión, para garantizar que las bandas no dependan de los filtros, tiempos y manejos de la Alcaldía, por darle fuerza al movimiento y preocuparse por la cultura local y los modelos de acceso para realizar arte hoy, los cuales dejan grandes preguntas en cómo se mercantiliza y se monopoliza el espacio artístico y de ocio que se supone debe haber en cada territorio. Es decir, la Mesa de Rock de Techotiba declara su resistencia frente a la carencia de recursos y las posibilidades que, en un sentido ideal, deberían estar más en manos de la gente y de quienes viven la cultura. En medio de ese aporte interno han crecido en su funcionamiento, creando el diseño de su página web y posicionando la identidad del Festival, lo que implica una ardua tarea de abogar por la calidad del material audiovisual y digital, pero más que eso, han entendido el valor de lo colaborativo, para lograr objetivos como realizar eventos que puedan cubrir alimentación, hidratación, registro audiovisual y su pleno desarrollo como respuesta a las malas experiencias con órganos gubernamentales.

Este proceso ha atravesado diversas denuncias a las gestiones, uso e implementación de los recursos necesarios para realizar música en la localidad, lo que ha llevado a exigir mayores cifras que se quedan cortas ante la realización de otros festivales, estableciendo así un Acuerdo Local que garantice un recurso digno para el Festival, tres días de desarrollo y un componente académico para su realización.

Contra todo pronóstico, en una lucha constante, los plantones y derechos de petición, han venido recuperando los recursos que debería tener el Festival, como, por ejemplo, financiar audiciones y dar cuenta de las distintas necesidades y diagnósticos del ecosistema cultural de la escena de rock en Kennedy, las cuales, habían sido restadas por apoyar a otros festivales, deslegitimando la importancia de condiciones dignas para la plena realización del evento. Otro de sus logros, fue el reconocimiento y la diferenciación de las categorías de banda emergente y banda de larga trayectoria, reconociendo rubros diferenciados por cada categoría.

Pese al interés de diferentes partidos políticos de formar parte de la Mesa, la intención es mantenerse independiente y de la gente, sin perder la autonomía pese a estar mediados por las distintas directrices financieras del Estado y la necesidad de acoger a quienes apoyen el acuerdo de la Mesa Local.

Es por esta apuesta que se viene dando hace ya cuatro años, que el año pasado lograron sacar una edición digna del Festival para sus 25 años, en donde se pudo contar con una revista, rueda de prensa y registro audiovisual de calidad. Siendo así, se hace el compromiso de proteger y preservar el patrimonio de un escenario cultural que se remonta a tiempos anteriores a Rock al Parque, donde se ha rescatado, además, material fotográfico, y cartográfico para dar más fuerza a todo lo que se viene construyendo. Hoy continúa el crecimiento de la Mesa de Rock y del Festival para ofrecer una versión incluso mejor para la conmemoración de sus 30 años, el cual resulta muy importante para una localidad con una potencia hidrográfica, ecoambiental y turística.

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