«Editorial»

Por: El Callejero

 

 

En las pasadas elecciones del 29 de mayo, al contrario de lo que expresan los grandes medios de comunicación, la gente no fue a votar con miedo, los colombianos de uno u otro bando salieron a votar con alegría, probablemente con la esperanza de lograr el triunfo de su candidato. El panorama fue alentador, en Bogotá las avenidas estaban llenas, las calles entre barrios a reventar, las ventas informales disparadas, gracias a los centenares de transeúntes que aprovecharon el día para salir a votar y a compartir en familia. La ciudad reportó una participación alta, el 63% de los bogotanos, aptos para sufragar, cumplieron con su deber ciudadano.

La MOE identificó algunos reportes de irregularidades en la capital. En la localidad de Bosa se identificaron a personas acompañando reiteradamente a sufragar a varios adultos mayores, lo cual generó una alerta frente a posibles prácticas de constreñimiento electoral. También se reportaron tres organizaciones e instituciones bajo el mismo delito de constreñimiento al elector, en este caso, a sus empleados y estudiantes. Se presentó otro reporte desde la localidad de la Candelaria, en donde una compañía amenazó a sus empleados con la finalización de sus contratos.

A eso de las 4:00 p.m. el silencio se adueñó de la capital, la gente se recluyó en sus casas para hacerle seguimiento a los resultados. Mientras tanto, los ánimos en el hotel Tequendama, donde se entregaron los resultados de la primera vuelta presidencial del Pacto Histórico, eran menos que alentadores, después del reporte número 9 que se entregó sobre las 5:00 p.m. los porcentajes se mantuvieron proporcionales. Tanto los invitados como los periodistas esperaron con ansias la llegada del candidato Gustavo Petro, con los ánimos de la derrota en medio de la victoria, que de todas formas no cumplía con las expectativas del cambio en primera.

No deja de ser paradójico que, con una diferencia de más de 10 puntos porcentuales, Gustavo Petro no pueda hoy ser Presidente de la República. Sin embargo, la Constitución de 1991, en su artículo 190, indica que “El Presidente de la República será elegido para un período de cuatro años, por la mitad más uno de los votos que, de manera secreta y directa, depositen los ciudadanos en la fecha y con las formalidades que determine la ley. Si ningún candidato obtiene dicha mayoría, se celebrará una nueva votación que tendrá lugar tres semanas más tarde, en la que sólo participarán los dos candidatos que hubieren obtenido las más altas votaciones. Será declarado Presidente quien obtenga el mayor número de votos”. Legislaciones similares se encuentran en todo el sur de América Latina, en países como: Uruguay, Perú, Ecuador, Chile y Argentina.

Con todo lo anterior no hay que olvidar que los colombianos tienen la oportunidad de escoger entre dos opciones de gobierno, una que respeta la vida y que quiere gobernar con todos y para todos y otra machista, retardataria, clasista, que no respeta las formas de gobierno ni a las instituciones y que llega con promesas insulsas, que no modifican en nada las precarias condiciones de vida en las que se encuentran hoy la mayoría de los colombianos.

Los (as) invitamos a que visiten nuestras redes sociales: Facebook @periodicoelcallejero y nuestra página web www.elcallejero.com.co. También, los invitamos a que hagan parte de nuestra red de periodistas independientes, enviándonos sus artículos al correo elcallejeroperiodico@gmail.com. No olviden apoyar esta red de comunicación popular, comunitaria y alternativa desde las calles de Techotiba.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Estas sin internet en este momento!

Nos gustaria enviarte todos nuestros contenidos digitales y periódicos quincenales, tan solo debes dejarnos tus datos y siempre recibirás en tu correo el contenido!