Sobre la intervención artística que se realizó en el mes de diciembre en la calle del Cartuchito aún hay mucho para contar. Este ejercicio tiene como perspectiva implementar una experiencia de un grafitour de la memoria, para que los visitantes, tanto locales como extranjeros, tengan la posibilidad de construir un relato histórico asociado a las dinámicas del territorio. Dinámicas que abordan transformaciones sociales, comunitarias e históricas que han sido de gran trascendencia para la localidad.

Con la comunidad se eligieron seis temas transversales que permitieran contar los cambios y las permanencias que, desde la historia y la memoria, se podían percibir en el territorio. Uno de los temas que se eligió dada la cercanía de la calle con la avenida de las Américas fueron los monumentos, la mayoría de ellos se encuentran sobre las Américas y son una huella del importante papel que ha cumplido la localidad en la historia de la ciudad.

Camilo Molina Ramírez y David Novoa Ramírez son hermanos y viven en la localidad de Kennedy, muy cerca de la calle del Cartuchito. Ellos han encontrado en el grafiti no solo una oportunidad, sino también una pasión. David, más conocido en el gremio como Bekan92, cuenta que siempre le ha gustado dibujar, pintar y colorear: “A mí me gustaba andar el barrio y veía los grafitis y decía ´algún día voy a intentarlo´. Con mi hermano nos decidimos y salimos, empezamos a grafitear, a hacer cosas pequeñas y hemos venido evolucionando y aprendiendo, desde hace 5 años, más que todo en la localidad, pero también en otros barrios y otras zonas”, comentó.

Para hablar de los monumentos eligieron el monumento a las Banderas porque como habitantes de la localidad consideraron que era el más representativo: “Es muy antiguo y uno de los íconos de la localidad octava”, afirman. Además, resaltan la importancia de la representación de la mujer en esta obra.

La técnica que utilizaron para hacer el mural partió de una base de colores que fueron el blanco y el negro para el monumento, para el fondo utilizaron verdes y varios tonos de morado. La aplicación de sombras permitió que la obra cobrara vida.

La experiencia de Camilo y de David en la intervención en la calle fue, probablemente, la más compleja de todas, porque las condiciones en las que tuvieron que trabajar fueron adversas. Por un lado, el andén había prácticamente desaparecido, por lo que poner los andamios fue muy difícil y la lluvia hacía que esa zona se inundara con facilidad, además por esas mismas condiciones, ese lugar en particular se prestaba para que dejaran una gran cantidad de residuos, lo que generaba olores muy fuertes, sumado a esto, en ese lado de la pared también se ubicaban constantemente recicladores con sus carretas o zorros, lo que les dificultó la salida y el acceso. “Lo más complicado fue el espacio, la zona como tal, que ya es complicada, pero en el espacio donde se trabajó fue más complicado aún, el piso, la basura, la lluvia, varias cositas. Pero se disfrutó, algo que hay que resaltar, el muro estaba hecho como en piedra y es muy difícil trabajar en un muro así, pero se logró. Lo bueno fue la gente, más que todo se hace por la gente de acá, del pedazo. Siempre pasaban y les llamaba mucho la atención y les gustaba mucho todo lo que se estaba representando en el muro” contó Camilo, más conocido como BomerOne.

Para David la experiencia también fue retadora y resalta lo positivo de ella: “El espacio me pareció muy bueno porque es algo que cambia el sector, que cambia la perspectiva de la gente.  Es llegar a darle un poco de vida a un espacio donde la gente vive situaciones muy duras, es traer una esperanza en medio de tanta dificultad” afirmó.