«El valor de lo artesanal»

Como colombianos es muy común el regateo, la negociación para llegar al precio «justo».

Por: Andrea Londoño Jaramillo 

 

 

¿Han escuchado hablar de las hamacas y las mochilas wayuu o del sombrero vueltiao? Pues cómo no, si usted es colombiano seguramente reconoce la belleza y la calidad de estos artículos hechos a mano y con ingenio por indígenas y artesanos.

Las mochilas son elaboradas con diseños únicos, colores llamativos, se hacen lisas, con macramé, con pompones y en estilos tan diversos que es imposible evitar preguntar: “¿Cuánto cuesta?” y no es sino que el artesano exprese su valor para que de inmediato se responda en tono exclamativo: “¡Está súper costoso, eso no vale!”. Como colombianos es muy común el regateo, la negociación para llegar al precio “justo”. Sin embargo “¡Súper costoso!” no es la frase adecuada para pedir esa famosa rebaja ¿Sabe usted cuánto tiempo se demora un artesano para elaborar una mochila? ¿Conoce la técnica que usa? ¿Ha consultado si la materia prima para las mochilas es fácil de conseguir?

Considero, desde mi experiencia, que los colombianos somos hipócritas, regateamos el valor de una artesanía sin tener en cuenta los factores que inciden en su elaboración, pero no ponemos reparo al comprar ropa de “marca” y bolsos en almacenes de cadena, en los que nos cobran hasta por una ojeada. En esos lugares nos da pena pedir rebaja y si nos parece costoso,  entonces sacamos la tarjeta de crédito y “me lo compro porque me lo merezco”.

Algunas veces me pregunto qué es lo que pasa, queremos que aprecien nuestro trabajo, lo que hacemos y la forma en la que lo hacemos, pero no apreciamos el de los demás, no nos ponemos en la tarea de averiguar cómo lo hacen y la forma en la que lo hacen, queremos que las cosas cambien, pero no cambiamos nosotros.

¿Por qué tenemos tan arraigado el pensamiento de que si es nuestro no sirve? o mejor dicho ¿Si es hecho por un indígena o un artesano no debe ser costoso? ¿Quién nos ha metido esa idiosincrasia? La respuesta es una sola, es muy sencilla y nos hace hablar del peor de todo los males… La ignorancia.

Desconocemos que para elaborar una mochila wayuu, una artesana puede invertir hasta 25 días en su elaboración, si la hace de uno o dos hilos usando la técnica del croché ¿Considera usted que casi un mes de trabajo es de poco valor? antes de pedir la rebaja y decir algo que lastime a los artesanos, debemos ponernos en su lugar, pensar que si llevamos casi un mes trabajando, poniéndole empeño y amor a una creación, no nos gustaría que nos dijeran que el valor está muy elevado y no nos gustaría porque sabemos el trabajo que tuvimos que pasar para poder elaborar ese producto.

Pero, además de la ignorancia hay otros factores que generan que no tengamos conciencia sobre nuestra riqueza cultural. Desde mi punto de vista, creo que ese otro factor es el gobierno que permite y en ocasiones propicia el abandono de nuestros pueblos artesanos e indígenas.

Les cuento que hace unos días un familiar fue a Tuchín, si no lo conoce o no le suena se lo presento, es un municipio del departamento de Córdoba, la cuna de los sombreros vueltiaos y su población es indígena. Imaginen mi sorpresa cuando mi familiar me contó que parecía un pueblo abandonado por Dios, aunque la verdad, más que sorpresa fue tristeza, pues ni sabía que allí se hacían los sombreros y mucho menos que existía en Colombia un pueblo remoto llamado Tuchín, hasta llegué a pensar que era poca cultura general solo mía, pero cuando le pregunté a otras personas si lo conocían la respuesta siempre fue la misma: “¿Eso qué es?” Como verán, no soy la única de pobreza cultural.

Es triste que toda nuestra riqueza se vea opacada por el descuido, uno de los mayores problemas de Tuchín son sus vías destapadas, lo que no permite una comercialización idónea de sus productos, ni el acceso de los turistas, que tienen que pasar de largo.

Los emprendedores de esas lejanas tierras, no solo tienen que luchar por mostrar sus ingeniosas creaciones, también tienen que luchar con una infraestructura deficiente y unos potenciales compradores que no reconocen su valor.

Vuelvo y hago la pregunta… ¿Es costoso? si su respuesta sigue siendo afirmativa, déjeme decirle querido amigo, que su ignorancia no solo es de conocimiento, sino también de raíces y de empatía.

 

 

1 comentario en “El valor de lo artesanal”

  1. Muy buen mensaje que nos ayuda a comprender y entender que todo lo que hacemos se merece valor y también en apoyar los artesanal, lo que es hecho con tanto esfuerzo y dedicación para bri dar prendas y accesorios muy hermosos y cómodos y que debemos valorar a todas esas personas que luchan, crean y se puede decir hasta hacen sacrificios por darnos a conocer su arte pero la pregunta está ¿y quien los conoce a ellos o sabe donde y cómo hacen las artesanías?
    Debemos de aprender a valorar lo nuestro, lo de nuestro pueblo lo de nuestra gente porque si nosotros no le damos importancia es un arte que queda en el olvido, hay que tomar conciencia y apoyar a todos eso emprendedores artesanos y todo lo que sea hecho por nuestro pueblo, ellos merecen la misma importancia que una tienda de marca o de productos de otros países.

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