Colombia es el país invitado de honor a la Feria del Libro de Madrid 2021, que se realiza entre el 10 y el 26 de septiem­bre. Sin embargo, el país no brilló por su diversidad literaria y la polifonía de sus autores y autoras, sino por un es­cándalo político de censura, que hace pensar en las más nefastas dictaduras.

Hace algunos días el embajador de Colombia en España, Luis Guiller­mo Plata, excluyó a muchos de los más reconocidos escritores (as) de la esce­na nacional por no ser “neutros” en lo político.

La literatura, como lo afirmó hace pocos días la escritora Pilar Quintana, debe ser un espacio de reflexión, tam­bién debe ser un espacio de crítica y de retrato e interpretación de la sociedad y del tiempo en el que vivimos, por eso ni el gobierno nacional, ni ningún ente que se diga representante de la cultu­ra puede llegar a decidir si lo que dice un autor (a) está a favor o en contra de un gobierno. Lo que se quería evitar el gobierno, más allá de llevar o presen­tar a uno u otro escritor, fue la discu­sión abierta, el testimonio y la reflexión de los intelectuales colombianos en el extranjero. El gobierno colombiano le tiene más miedo del que demuestra a esa bandera al revés y a las voces de los deportistas, artistas, escritores e inte­lectuales denunciando que llevamos 19 años de dictadura y que vienen por más.