«Fundación PT: Participación, Pedagogía, Productividad»
Por: El Callejero
Como un oasis en medio del desierto se erigió hace 36 años la Fundación PT en el barrio Patio Bonito, en los sures bogotanos que también existen como narra el poeta. Una experiencia próxima a la intersección entre la Villavicencio y la Ciudad de Cali. La referencia paisajística vale para situar las construcciones comunitarias tan necesarias en entornos marcados por la adversidad, como la que colectivamente ha logrado la Fundación. Esta experiencia se construyó con la gente, que fue la que decidió cómo quería que se viera la escalera de caracol, los salones y el primer piso de la casa; donde unos azulejos insinúan un río que atraviesa los dos edificios que la integran y que se deben surcar para llegar a las cocinas. Uno a uno se suben los medios niveles de este lugar que guarda color, inspiración y mucha vida hasta llegar al último piso: una huerta que inunda de verde en sabor y olor la propuesta de cultivar alimentos autónomamente, un símbolo más del buen vivir.
El periódico El Callejero tuvo la oportunidad de hablar con Luz Stella Talero, actual directora de la Fundación, habitante del barrio y quien tempranamente conoció la experiencia: “Nosotros, nosotras somos una experiencia comunitaria nacida en el barrio, aquí en este Patio Bonito. Desde nuestra génesis hemos acompañado a distintas infancias. El origen de la experiencia es la infancia que trabaja. Hace tres décadas la realidad de los niños y niñas en situación de explotación asociada a la economía era visiblemente más fuerte. Sin embargo, y tras el paso del tiempo, el fenómeno de la explotación ha cambiado y nos desafía de otra manera: ¿Cómo enfrentamos la explotación de la sobre-exposición en los tiempos de los niños y niñas frente al celular, al computador?, por ejemplo. Entonces, si bien nacimos acompañando a la infancia trabajadora, lo que hemos hecho a lo largo del tiempo es desarrollar un trabajo conceptual y metodológico para acompañar a las distintas infancias. Cada año están pasando por nuestros espacios de 160 a 170 personas considerando niños, niñas, adolescentes y jóvenes dentro de los programas. Fundamentalmente buscamos que haya un ejercicio pleno de derechos a través de tres bases que son: la participación, la pedagogía y la productividad. Nuestra vocación es aportar en el construir sujetos. Estela Quintar, desde los estudios críticos, nos habla de la noción de sujetos erguidos, sujetos que se ponen frente a sus circunstancias de manera crítica para transformarlas. En efecto, es lo que tratamos de hacer: aportar en la construcción de un pensamiento crítico, al lado de sujetos que puedan entender y transformar su realidad desde este lugar, desde esta orilla de la ciudad”, expresa.
Dentro de PT hay una serie de iniciativas que se vinculan a alguno de los tres ejes mencionados, para que niños y jóvenes desarrollen sus habilidades. El proceso de vinculación es abierto y totalmente gratuito y aunque los niños llegan desde las convocatorias que se hacen a inicio de año en el barrio, con otras organizaciones sociales, comunitarias y con colegios, las puertas de la fundación están abiertas todos los meses del año para que ingresen nuevos participantes.
En las iniciativas productivas los niños se vinculan a proyectos como la Huerta, Espiral Creativa o Vitrofusión. Allí construyen ideas para la generación de riqueza entendida de múltiples formas: del valor propio, social y solidario, de empoderamiento y al lado de ello, la riqueza material.
Las iniciativas del área pedagógica están vinculadas con la Universidad Pedagógica. En esta línea llevan ya 12 años de experiencia, trabajando con muchos de los niños que los colegios advierten como “niños problema”. En este proceso los niños y las niñas desde los Ecouniversos se centran en procesos educativos que les generan interés, por los que sienten curiosidad y gusto. Se trata de buscar que el hecho pedagógico se convierta en una experiencia significativa a partir del encuentro con la música, la literatura, el cine y en general con la cultura.
En el área política hay cuatro iniciativas: Palmitas, María Paz, Inquietos y Exploradores. Allí los niños, niñas y adolescentes se encuentran y dialogan críticamente con su entorno. El horizonte es conocer los derechos, reconocer los mecanismos de exigibilidad y colectivamente aumentar su visibilidad para abrir la posibilidad del diálogo intergeneracional y para que sus opiniones respecto a los hechos y problemáticas que les afectan sean escuchadas y tenidas en cuenta.
En el trabajo con jóvenes está la escuela de cocina MANQ’A. Una propuesta desarrollada desde hace 7 años que ha permitido la formación de 700 personas. La filosofía de la escuela es recuperar los productos locales en las preparaciones culinarias, aumentar el orgullo por lo propio y generar mayores y mejores vínculos con pequeños productores campesinos. MANQ’A ha logrado tejer comunidad en la localidad y cada vez es más reconocida como un escenario de formación integral que aporta en la construcción de sujetos críticos que transforman sociedades inequitativas a través del alimento.
Actualmente para los programas de MANQ’A, la Fundación cuenta con becas para personas entre los 16 a 35 años de edad para los cursos de cocina básica y cocina vegetariana, a desarrollarse los fines de semana. Son cursos que cuentan con certificación. Para mayor información se pueden contactar a los números: 302 4042124 – 310 2890406.