«Gorrión copetón»
Zonotrichia capensis
Ilustradora: Daniela Peláez Vélez
Etimología
Su nombre proviene del latín Zonotrichia que puede traducir cabello con rayas o con franjas, al ser esta una palabra compuesta por el latín Zona que significa faja o banda y del griego Thrix, Trikhós que hace referencia al cabello, por extensión a las plumas, lo cual remite a las rayas o franjas que tiene el copetón en su cabeza. Capensis significa el Cabo de la Buena Esperanza que se encuentra ubicado en Sudáfrica y cuyo nombre parece haber sido asignado por un error de toponimia.
Nombres comunes
También se le conoce como Afrechero, Cachilo, Chaquia, Chincol, Chesy hasy, Chingolo, Come maíz, Pichitanca, Pichuchancha, Pichuncho, Pinche, Pírris, Planchín o Coronadito.
Clasificación
Zonotrichia.
Descripción
Esta especie nativa puede medir entre 11 y 14 centímetros. Se identifica por su cabeza ligeramente crestada de color gris y varias franjas negras en la coronilla, otra detrás del ojo y otra cerca a la narina; su pico es cónico de tamaño medio; la nuca y los lados del cuello son rufos, formando un collar que se extiende hacia los lados del pecho; la garganta es blanca; el vientre y el pecho son pardo claro o blanquecino; el dorso también pardo manchado con negro, con las alas y la cola de un tono más oscuro.
Comportamiento
Habita en áreas abiertas desde el nivel del mar hasta altas elevaciones. Con frecuencia en bordes de carreteras, en parques, viviendas y también en áreas agrícolas y terrenos abiertos con árboles dispersos. Se mueve a saltos, solitario o en pareja en busca de alimentos, como frutos, semillas e insectos dependiendo de la época y la disponibilidad. Es una especie que puede ser observada con facilidad ya que la mayor parte del tiempo permanece sobre o cerca del suelo.
Canto
Para esta especie de copetón el canto es exclusivo del macho y cada individuo entona un tema distinto. Sus cantos están formados por un tema de tres tiempos y un trino posterior. Aunque cada tema sea distinto el trino es característico de un grupo poblacional, por lo que la hembra puede identificar la procedencia de su pareja. El canto se transmite de generación en generación, los pichones lo adquieren entre los 10 y 40 días de vida, escuchando el canto de los adultos de su grupo.
Servicio ecosistémico
Regulación – Dispersión de Semillas: Las aves son importantísimas dispersoras de semillas, especialmente de árboles y arbustos. Algunos de nuestros bosques no serían lo que son hoy día sin la ayuda de la dispersión de los frutos de los árboles a larga distancia. Gracias al paso por el tracto digestivo de las aves muchas semillas de arbustos son capaces de germinar mejor, ofreciéndonos luego ricos frutos como moras o frambuesas silvestres.
Distribución
Se distribuye por todo Centro América y Sur América. En Colombia se encuentra entre los 1000 y 3700 metros de altura sobre el nivel del mar en los Andes. También en la Serranía de Macuira en la Guajira, en la Sierra Nevada de Santa Marta, Serranía de Perijá, Serranía de la Macarena, al oriente de Guainía hasta el departamento del Vaupés.
¿Sabías qué? Mitos y leyendas urbanas
El copetón es una de las aves insignia de Bogotá, este nombre común recuerda la forma como los bogotanos de antaño se referían a quienes estaban medio bebidos o medio borrachos. En la literatura de la ciudad ha sido largo el repertorio que se ha creado en su honor como los versos de Nicolás Bayona Posada o en otras latitudes como en Chile fue retratado en los versos de Neruda en su poema Chincol. Cada cierto tiempo en algún medio de comunicación o revista se hace una semblanza sobre esta importante ave que en muchas zonas de la ciudad aún se ve en grandes cantidades, mientras en otras poco a poco desaparece.
¡Ojo!
No es verdadera la afirmación según la cual los copetones se están extinguiendo por causa de las mirlas o los chamones, en muchos ecosistemas como los de la Sabana de Bogotá es posible ver estas tres especies en gran número convivir en armonía. Lo que sí ha generado la disminución de su población ha sido la tala de árboles, la urbanización, las mascotas, la contaminación auditiva, la falta de semillas silvestres e insectos de los cuales se alimentan y el desplazamiento por otras especies no nativas o endémicas.