El doctor José Raimundo Russi fue un abogado de la Santafé de 1850, mucho se dice de él, su historia está rodeada de un halo de misterio y soledad. Él, un hombre humilde pero ilustrado, se ubicó del lado de las gentes que no tenían recursos para defenderse, al parecer fue la piedra en el zapato de la burguesía de la ciudad, que buscaba abrir las puertas al librecambio afectando directamente a los y las artesanas, que veían disminuidos sus ingresos y el valor de su trabajo. Este abogado defendía la causa artesana y no tenía problema en usar sus conocimientos en favor de los humildes.

Muchas y diversas son las versiones de los historiadores de la época, quienes coinciden en afirmar que su historia conmovió a la ciudad, y no se sabe cómo, pero su cráneo resultó guardado en el Museo Nacional de Colombia hasta nuestros días, lo cual nos genera inquietudes en relación a quién construye la historia oficial de una nación y decide qué cosas se almacenan o se exponen en un museo. Según varios relatos de la época, Russi fue incriminado injustamente de haber asesinado al cerrajero de la ciudad, quien hacía parte de la Cuadrilla del Molino del Cubo, ladrones que asolaron a la aristocracia de la ciudad a mediados del siglo XIX.

Conmovedor resulta el pensar que Russi asumió su propia defensa, en un texto poético y desolador, en el que relata la injusticia que se está cometiendo en su contra, por haber defendido a la gente humilde, lo cual nos hace pensar en los falsos positivos de nuestro país, los líderes y lideresas sociales asesinados o condenados por defender causas colectivas.

Después de este extraño juicio, el doctor Russi fue declarado culpable y fusilado, a pesar de la falta de pruebas incriminatorias, quizás su muerte y su silencio convenían a más de un poderoso, y tristemente esta historia se repite una y otra vez en nuestra macondiana cotidianidad. Al pobre Russi le quedó sólo la posibilidad de convertirse en fantasma, alma en pena que vaga por las calles de la Candelaria asustando a los caminantes.

Esta historia conmovió profundamente al grupo Croché Títeres, quienes decidieron llevarla a escena a partir del teatro de títeres y sombras, logrando el año pasado estrenarla, gracias a la Beca de Creación en Teatro de Títeres y Animación de Objetos, del Idartes, y con la cual buscan reconstruir esta fantasmagórica historia que tiene tantas resonancias en el panorama actual del país.