Leonardo Rodríguez es reciclador de oficio hace más de 30 años, hoy en día hace parte de GAIAREC y de la Asociación Colombiana de Recicladores. Trabaja en el área administrativa, pero también hace una parte de trabajo operativo: “Yo hago acompañamiento y capacitación a los compañeros recicladores y a los usuarios para que separen sus materiales adecuadamente y se los entreguen a nuestros compañeros, que aprendan a hacer la separación en la fuente sin contaminar los materiales. Ahora con la pandemia, los recicladores estamos pasando por una situación muy complicada y riesgosa porque los usuarios no han aprendido a separar los tapabocas, los guantes y los trajes contaminados del reciclaje. Lo cual genera que nosotros como recicladores al estar en contacto directo con este tipo de residuos nos contaminemos y pongamos en riesgo nuestras vidas y las de nuestras familias, entonces es un mensaje muy claro, tanto para el usuario como para nuestros compañeros, que mantengamos las medidas de autocuidado y que separemos en bolsas, debidamente identificadas, este material que constituye un riesgo biológico”, afirma.

Para nadie es un secreto que el reciclaje se ha convertido en una opción de vida para muchas personas, es solo cuestión de sacar las bolsas, para ver que a los pocos minutos son recogidas por un reciclador de oficio o por una persona que ha visto en el reciclaje una opción de vida. Lo innegable es que cada vez es más difícil obtener el mínimo vital debido a la competencia y a la gran cantidad de personas, nacionales y extranjeras, que han encontrado en el reciclaje la única opción de obtener una retribución económica. Para Leonardo el reciclaje es, principalmente: “Un trabajo de generación, es una labor dignificante que hemos defendido por más de 80 años”, asegura. Además, vale la pena resaltar que es una opción incluyente para una gran cantidad de personas que no tienen acceso a un empleo formal, como reconoce Leonardo: “Aunque no siempre nos ganemos mucho, nuestros compañeros no tienen la oportunidad de acceder a un trabajo formal, porque unos son adultos mayores, otros no tienen la capacidad física para realizar el trabajo. Además, muchos de nuestros compañeros no han terminado ni siquiera la primaria, entonces es una desventaja muy grande. Tenemos que seguir defendiendo nuestro pan y nuestro mínimo vital, si nos ganamos $10.000, $15.000 o $20.000 pesos, eso es lo que tenemos y es lo que hay en estos momentos de pandemia. Antes, es de resaltar que el reciclaje es uno de los sectores en los cuales se puede trabajar, porque como podemos ver hoy en día muchos locales y muchas empresas han cerrado por la pandemia. Nosotros tenemos que seguir escarbando nuestras basuras para seguir trabajando”.

El Decreto 596 le dio a las asociaciones de recicladores un tiempo de transitoriedad de cinco años, para nivelarse con las empresas privadas de aseo, lo que más preocupa de esta transitoriedad es cómo se logra que sea equitativa, Leonardo vive a diario este proceso y al respecto opina que: “En el caso de la ARB estamos cumpliendo los cinco años de las fases de gradualidad del Decreto 596, que es el que nos lleva a nosotros como empresas del servicio público, en este caso en el componente de aprovechamiento del reciclaje. La verdad las empresas privadas tienen más de 40 años llevando esta gradualidad y aun así no cumplen, a nosotros como sector reciclador nos dieron cinco años en los cuales, primero, es muy poco tiempo, segundo, no podemos cumplir con todas las exigencias que nos dicen las fases para llegar al nivel de una empresa como son las de aprovechamiento públicas y privadas, faltan muchos recursos. La ARB por lo menos viene cumpliendo con algunos, pero si nos vamos a mirar a otras organizaciones, todavía les falta demasiado, les falta mucha pedagogía, les falta mucha parte técnica, les falta mucha información y no porque no quieran, porque somos trabajadores informales y desde hace muchos años hemos venido organizándonos en el sector, sino porque los cinco años son muy pocos y eso es lo que estamos peleando y queremos decirle al Distrito, lo sentimos mucho pero no alcanzamos con esos cinco años para que nos digan que ya podemos ser iguales al nivel de un sector público, que aún hoy en día tienen un montón de PQR elevados porque su servicio no es muy eficiente”, afirma.