«Los pasos de la bioconstrucción»

Por: Yilmer Alexander Moreno

 

 

Siempre he tenido gusto por el arte, gusto que en mi juventud me llevó a explorar con materiales naturales como el totumo y el bambú, con los que hacía bisutería y accesorios para decoración. Gracias a la magia del arte conocí personas y lugares maravillosos, andando de mochila por Colombia me encontré con varios proyectos de bioconstrucción, en los que tuve la oportunidad de tener contacto con elementales poderoso como lo son el barro y la guadua, me sumergí en un mar de ideas para crear grandes proyectos en pro del medio ambiente, de cierta manera, quería enmendar un poco mi huella de consumo en el planeta.

Lo que me generaba ingresos en la ciudad eran las artes gráficas y el montaje de escenografías para eventos, era mi pan de cada día ir al ritmo de mi bici por toda la ciudad, pero aún así sentía que algo me faltaba, para algo especial había llegado a este mundo y no era para la publicidad, algo tenía que pasar, algo tenía que cambiar y así fue.

Llegaron los días en los que se detuvo el mundo y mi trabajo se fue como se iban los infectados por el virus. Días oscuros se veían venir por la pandemia y yo le seguía diciendo a mi parcero (al que nunca llamo por su nombre y al que todos le dicen profe) que la bioconstrucción era la forma de dejar una huella en este mundo que habitamos lleno de cemento y de plástico. En medio del caos por la cuarentena obligatoria, una casa de barro brilla en la oscuridad de las montañas dando luz al sueño de lograr una auténtica armonía con la madre tierra. El barro y la guadua, los elementales que vibran bonito, son los actores principales de este sueño, en el que me han acompañado a crear casas, domos, cabañas, hornos de barro y artesanías. Lo mejor de todo esto es la pedagogía, ver cómo las personas replican lo aprendido es ver la semilla del cambio en un mundo que se transforma, esa huella que dejamos es el futuro de nuestros hijos y esa consciencia que generan los elementales es para hacer de este mundo un lugar mejor, eso es lo especial a lo que he venido.

¿Qué es bioconstrucción?

Aunque el término parece novedoso, en los campos del país nuestros abuelos y nuestros ancestros indígenas ya aplicaban este tipo de técnicas para la construcción de sus viviendas, haciendo uso de materiales vegetales como el barro, las palmas, la tierra, los tallos y las piedras, entre otros materiales, biodegradables y que se integran de manera armoniosa con el medio ambiente.

Es solo hasta la revolución industrial y el gran éxodo del campo a la ciudad, que la rapidez de la vida urbana obliga a implementar una construcción con materiales que generan en la actualidad, el 23% de la contaminación atmosférica, el 40% de la contaminación del agua potable y más del 50% de los residuos que llegan a los rellenos sanitarios de las ciudades. La contaminación se genera en todas las etapas, desde la extracción de materias primas que constituye la etapa de mayor impacto, por la implementación de la minería a cielo abierto en las canteras y graveras, que generan pérdida del suelo, deforestación, contaminación atmosférica y acústica; la fase de producción en la que se emplean un alto consumo de energía y materiales que generan contaminación ambiental, lo que se traduce en emisiones a la atmósfera de CO2, polvo en suspensión, ruidos, vibraciones, vertimientos en fuentes hídricas y residuos. Por último, su ciclo final de vida genera una gran cantidad de residuos, en su mayoría contaminantes que contienen disolventes y químicos que pueden ser perjudiciales para la salud y que muy pocas veces pueden ser reutilizados o aprovechados.

Al contrario, la bioconstrucción fomenta una arquitectura en armonía con los recursos naturales que promueve un desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida, con la conciencia de que las acciones humanas tienen consecuencias en los demás seres vivos, por lo que tiene en cuenta la gestión del suelo, del agua, del aire, de la energía, el consumo y desarrollo local. Los fundamentos de la bioconstrucción propenden por una ubicación adecuada, la integración en el entorno, el empleo de materiales saludables y biocompatibles, la optimización de recursos naturales, la implantación de sistemas de ahorro, de producción limpia y de recuperación de residuos. Algunos de los materiales utilizados actualmente en la bioconstrucción son: el barro, la guadua, la madera, la tierra, la arcilla y los materiales reciclados de plásticos, papel, vidrio u otros.

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