Tuvimos la oportunidad de hablar con Subarsivos, un colectivo de artistas de la localidad de Suba, que viene desde hace varios años apostándole al tema del mural con unas líneas de trabajo muy claras, principalmente entendiendo el muralismo como una técnica y un mensaje que se trabaja en colectivo y en busca de una narrativa que permita contar relatos y reivindicar raíces históricas y culturales de las comunidades y los territorios. 

• Les preguntamos sobre sus inicios y lo que están haciendo ahora y esto nos respondieron:

 “Subarsivos, en este momento, está conformado por David Lemus, Lilian Clavijo, Reinaldo Castro, Wilson Olivares y mi persona Juan Millán. Lo que queremos es generar procesos de identidad, de enseñanza y de formación, hemos trabajado con diferentes comunidades. Tuvimos la fortuna, con Wilson, de tener como maestro al gran muralista Ariosto Otero y creo que esa es la base filosófica que nos fundamenta. Actualmente, en la localidad de Suba tenemos un mural, con el que arranca Subarsivos como tal, no el Andamio (que era la organización de base precedente), ese mural es Sintiendo mi Suba, que es básicamente una línea de tiempo del territorio de Suba, partiendo desde la cosmogonía Muisca, hasta llegar a la actualidad, reconociendo cómo se ha fracturado o cómo se ha modificado el territorio, eso fue lo que quisimos contar, hemos visto cómo la gente lo ha apropiado y cómo la gente mayor genera algún tipo de conversación con las demás generaciones acerca de cómo era el territorio. Nosotros hicimos una investigación desde la geografía antigua, desde la cosmogonía, desde la parte rural que tuvo este territorio, que de hecho todavía tiene, y cómo fue transitando hacia la ciudad, cómo la ciudad lo fue absorbiendo. Es un mural pictórico de 43 metros de largo por 4 metros de alto. También tuvimos la oportunidad de realizar otro mural, de una forma más comunitaria, más colectiva, con los jóvenes que nos acompañaron a un espacio de formación que propiciamos en México, y fue súper interesante cómo desde los saberes, desde su hacer artístico, trabajamos todos en una idea, un mural  que se llama Suba patrimonial y narra el tema agrario y el tema del trabajo de la mujer a través de esta Suba rural de hace algunos años”, afirmaron.  

• Subarsivo ha tenido la oportunidad de conocer la experiencia artística de creación del mural en países como México, cómo ha sido ese intercambio y esa experiencia:

 “En Ciudad de México contamos ahorita con tres murales, uno en la delegación Álvaro Obregón, ese mural lo organizó la alcaldía, bajo la premisa de los valores humanos, nosotros quisimos hacer un análisis crítico de qué es lo que se valora por las sociedades y nos apoyamos en el Manifiesto nadaísta de Gonzalo Arango, que básicamente empieza a indagar y a cuestionar todo lo que para nosotros pueden ser valores, sin decir que no hayan buenos valores en la sociedad actual. Otro, el primero que hicimos, fue en el corredor internacional, en Xochimilco, Teoapantil, canal sagrado. Estos tenían una temática totalmente prehispánica, hacia las culturas originarias, principalmente hacia la cultura Mexica, en este mural quisimos narrar la cosmogonía o la historia del quinto sol, que para ellos es la quinta era del hombre. Hace poco, en el marco de los presupuestos participativos, hicimos dos murales alusivos a los dioses, de hecho se llaman los Dioses ocultos, en ese mismo lugar. Tuvimos la posibilidad de llevar a diez artistas colombianos, cinco que hacen parte del colectivo, y cinco artistas, tres que pertenecen a la Mesa Local de Grafiti de Suba, un joven que es aerografista y una chica que se dedica a las artes plásticas. La idea que teníamos, era permitir que esa experiencia la pudieran vivir otras personas, para quizás, cambiar un poco el paradigma.

Muchas veces pensamos que el grafiti es lo que está ahí, que el grafiti es lo actual, cuando yo hablo del grafiti no me refiero a la técnica del aerosol, sino al mensaje, hacia lo vano que termina siendo una imagen muy bonita. Lo que nosotros aprendimos del muralismo es que tiene que tener una narrativa, tiene que tener una secuencia de hechos, tiene que ser cinematográfico, tiene que adaptarse a la arquitectura y creo que muchas de estas características los grafiteros o los que están interviniendo hoy en día la ciudad no lo tienen en cuenta”. 

• Cómo ven la movida del grafiti y el mural en la ciudad: 

“A nivel de la ciudad, cuando hablamos de grafiti, hablamos de muchas cosas, pero el grafiti como tal es muy importante, porque cumple con esa necesidad del ser humano de dejar huella. Entonces, básicamente los que hacen este tipo de manifestación, están cumpliendo con esa necesidad de una manera tangible, de dejar su huella, de dejar rastro por el lugar que habitan o por el lugar que transitan. Me parece que en el marco de las manifestaciones, se empezaron a generar múltiples intervenciones, de carácter panfletario, en contra del Estado y a modo de denuncia, pero lo que sí siento es que terminan siendo efímeras, muchos de esos murales o intervenciones hoy ya no existen. Lo que pretendemos desde el colectivo es comprometer a los actores a hacer estas indagaciones, a generar expresiones de mayor calidad, con mejores materiales que duren en el tiempo y que de alguna manera puedan ser sugeridas o creadas, para convertirse en patrimonio cultural de la nación”.