El aumento de los precios de la canasta familiar no sólo afecta a los hogares, también afecta a pequeños y medianos tenderos de barrio, porque las ventas no son iguales a otros tiempos.

Lo que esto genera es que los tenderos ya no puedan comprar en grandes cantidades, para almacenar en sus bodegas. Ahora, surten día a día, lo que, por un lado, los enfrenta al aumento en el precio de los productos y por el otro lado, no les deja un buen margen de ganancia porque al comprar en grandes cantidades, obtenían mayores descuentos, que ahora no tienen. Así mismo, han bajado las ventas y han aumentado los fiados. Según lo que expresan los tenderos de los barrios de la localidad, los clientes, efectivamente, se quejan por los precios, pero no se han dado cuenta que las ganancias para ellos también se han visto minimizadas y que para poder suplir las necesidades mínimas, para poder sostener y tener productos surtidos en la tienda, ellos también se han visto en la necesidad de aumentar los precios.