«Una adecuada disposición»
Por: Luis Felipe Camargo
El problema no son los residuos sólidos, el problema lo causamos nosotros por nuestros malos hábitos a la hora de separar en la fuente (casa, colegio, industria, etc.). Cuando ensuciamos la basura haciendo revueltos en nuestras canecas, es cuando inicia la contaminación a pequeña escala, que luego es recogida por el camión de la basura y llevada al botadero, donde todo revuelto desencadena la contaminación ambiental. Se contaminan los suelos, las fuentes hídricas, la atmósfera y, por tanto, también el aire, la lluvia y se da todo un desorden ambiental, que poco a poco nos lleva al cambio climático y al desastre natural.
La invitación está dada para que hagamos un cambio de cultura y de consciencia y comprendamos que aquello que es basura para algunos, para otros es la oportunidad de acceder a un mínimo vital, especialmente cuando les entregamos los residuos sólidos aprovechables. Hay otro tipo de residuos sobre los cuales una gran parte de la población apenas está tomando consciencia y son los residuos orgánicos, estos residuos en su estado natural entrarían en un proceso de transformación, cuando las hojas o los frutos se desprenden, o por algún motivo caen en la tierra, estos entran en un estado de descomposición, ayudados por los microorganismos que están en los suelos cumpliendo con esta función. Hay un principio de la física que se puede aplicar al manejo de los orgánicos: la materia no se crea, ni se destruye, solo se transforma. Darle la posibilidad a esta materia de convertirse nuevamente en tierra, que a su vez se transforme en alimento y en vida para miles de personas y de animales, depende de las acciones que emprendamos para disminuir la llegada de este tipo de residuos al Doña Juana, donde también se transforma en una peligrosa mezcla de gases y de líquidos.
¿Cómo podemos hacer un buen manejo de residuos orgánicos en casa?
Se inicia seleccionando los materiales, teniendo en cuenta que todo lo que es susceptible de descomponerse puede entrar en un proceso de tratamiento orgánico: cáscaras de fruta, de huevos, restos de comida, sobrantes de preparaciones o de jardinería, papel y servilletas.
Al tener bien seleccionados estos recursos se debe tener en cuenta que algunos pueden generar mayor humedad que otros. La materia orgánica se descompone naturalmente, al hacerlo se toma su tiempo, que puede ser bastante extenso. Lo que ha hecho el ser humano es observar este fenómeno e identificar que en algunas ocasiones es necesario acelerar el proceso para tener la capacidad de darle un manejo adecuado a este tipo de material, para eso se pueden usar técnicas de compostaje y otros ejercicios que aceleran la descomposición.
Uno de ellos es el particulado de los residuos, es decir, cortarlos o triturarlos en partes más pequeñas, para de esta manera acelerar los procesos de descomposición. También se puede realizar captura o cultivo de microorganismos, que luego son aplicados a los mismos residuos, ya particulados, los cuales producen calor y permiten que el proceso sea más efectivo. Este manejo de los orgánicos puede hacerse en canecas en la casa, en pilas o pacas en zonas verdes y en contenedores para un manejo industrial.
De este proceso se obtienen varios recursos, entre ellos los escurridos, que en un procesamiento controlado de material pueden ser reutilizados y aplicados a las plantas como abono líquido. Del proceso de descomposición en los diferentes contenedores, que deberemos estar removiendo de manera constante, podemos generar abono rico en diferentes compuestos, de acuerdo a la materia orgánica que comencemos a tratar. Por ejemplo, si tenemos muchas cáscaras de banano, va a ser rico en potasio.
LAS PEQUEÑAS ACCIONES pueden generar grandes cambios, si hacemos este ejercicio de compostaje y manejo de orgánicos en nuestras casas y además de eso separamos el material aprovechable y se lo damos al reciclador, vamos a reducir en un 80% el tamaño de las bolsas negras que llegan a los rellenos, y vamos a lograr que esas 623 hectáreas de tierra (más de 6 veces el parque Simón Bolívar) que hoy ocupa Doña Juana y cuya capacidad llega a su límite en el año 2023, sean innecesarias, porque no vamos a enterrar el mismo volumen de residuos que enterramos hoy.