«Una reflexión sobre la infancia»

Por: Sebastián González Saavedra

 

Los últimos meses han sido un tiempo de grandes aprendizajes, aprendizajes difíciles como muchos en la vida; de grandes cambios, también, de grandes encuentros y reencuentros con quienes compartimos el hogar. Compartir más tiempo con la familia, con los niños y las niñas, ha sido algo que nos ha traído este momento insólito, y en ese compartir se abre la oportunidad para redescubrir una etapa de nuestra vida sobre la que no reflexionamos muy a menudo: la infancia.

El concepto de infancia es una construcción social e histórica. La idea sobre la niñez que tenían las sociedades antes del siglo XVI, no es la misma idea que tenemos hoy en día. En el pasado las sociedades no cuidaban a los niños, ya que se les concebía como pequeños adultos. Por el contrario, en el presente las instituciones y el Estado velan por los derechos de la infancia, cada día, se buscan las maneras más adecuadas para cuidar a los niños (as), maneras en las que puedan desarrollar su ser libre y sanamente. Y es en este punto en el que el arte y la lectura juegan un papel fundamental en el desarrollo integral de los más pequeños.

No sé si todos recordamos esos primeros años de nuestras vidas ¿Qué pensábamos? ¿Cómo pensábamos? ¿Qué sentíamos? ¿Qué cosas, situaciones o personas nos hacía sentir fuertes emociones? ¿Cuáles eran nuestros mayores deseos? Un juego o un dulce, quizás… Seguramente nuestros deseos se han transformado en la adultez. Sin embargo, esos primeros momentos de nuestra vida fueron fundamentales para la formación de los seres que somos en el presente.

La literatura infantil, los ritmos, las canciones, los colores, las texturas diversas y los juegos pueden abrir puertas a nuevos universos que les permiten a los niños (as) crear su propio mundo. Esto se constituye como un proceso fundamental en su desarrollo como seres humanos. Para los padres, madres y cuidadores resulta primordial dedicar tiempo a los niños (as) en los que puedan jugar y crecer en su compañía. Las Bibliotecas Públicas de la capital representan ese lugar de encuentro con los lenguajes artísticos y lúdicos que son fundamentales en la educación de los niños (as), no solo en sus instalaciones físicas, sino también, a través de internet, ya que la Biblioteca Pública está constituida por las personas al servicio de la cultura y su rol fundamental es garantizar el acceso a la información, al cual todos y todas tenemos derecho. Pues, en el conocimiento y en la cultura se encuentran las herramientas con las cuales podemos empoderarnos de nuestras vidas y participar activamente en nuestra sociedad y sobre nuestros territorios, incluso desde los primeros años de vida.

Si queremos una sociedad, un país o una ciudad que tenga dinámicas más justas, más libres, con más garantías y disfrute de los derechos, el mejor camino que podemos tomar es reflexionar sobre el papel que juega la infancia en nuestra vida diaria y tomar acciones reales y permanentes sobre el mundo en el que viven y se expresan los niños (as) que nos acompañan en nuestro viaje por este planeta.

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